“Voy a dar una opinión personal, la empresa no tiene nada que ver, no pedí permiso para decir esto: me parece un disparate”, dijo hoy Luis Novaresio, respecto de la decisión del gobierno santafesino de tener un canal de televisión y una radio públicos.

En esa frase, desde su honestidad y preso del vértigo y la espontaneidad que impone la radio en vivo, el conductor del programa 10 puntos marcó claramente lo que todos saben pero casi nadie expresa: en Radio 2, como en todas las empresas periodísticas, se pide permiso para opinar, al menos respecto de determinados temas. Y don Alberto Gollán, propietario del grupo Televisión Litoral (Radio 2, Canal 3, FM Vida, Rosario3.com), es de los patroncitos que más atento está a lo que se dice en sus medios.
Así que Luis aclaró que don Alberto todavía no bajó línea, y tal vez por temor a pasarse de la raya, sólo tiró lo de “disparate” y algo más y la cortó ahí, no sin plantear que la que debería explicar lo del canal y la radio es Chiqui González, la ministra de Cultura de la provincia.
¡Qué lindo cruce sería! Novaresio enojado porque la provincia tiene muchos problemas como para dedicarse a un canal y una radio; y Chiqui, supongamos, defendiendo la importancia de generar nuevos medios de comunicación para que la población tenga una oferta más variada y la información y la expresión se democraticen un poco más.
Pero es probable que Luis y Chiqui no puedan enredarse en el debate. Porque es probable que don Alberto mande tender un manto de silencio. Porque estas cosas, en las empresas periodísticas, primero las discuten las cúpulas.
 

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