Las Madres de Neuquén recibieron la solidaridad de las porteñas. | Foto: Pepe Delloro/Télam

La Línea Fundadora de Madres de Plaza de Mayo exigió el esclarecimiento del atentado a la casa de una Madre de Plaza de Mayo en la capital neuquina, a dos días de iniciarse el juicio oral y público a 34 represores acusados de delitos de lesa humanidad ocurridos en las provincias de Río Negro y Neuquén durante la última dictadura, conocido como la «Escuelita II».

El ataque con disparos de armas de fuego se produjo el viernes en el domicilio de Inés Ragni, integrante de Madres de Plaza de Mayo filial Neuquén y Alto Valle, en donde funciona la sede del organismo de derechos humanos.

«No es casual que esto ocurra cuando se llevan adelante los juicios a los genocidas que no aceptan que la justicia legal les llegue», afirmó en diálogo con Télam, la integrante de Madres de Plaza de Mayo Línea fundadora, Taty Almeida.

La entidad se solidarizó con las Madres de Neuquén y manifestó su «repudio ante el cobarde atentado» y exigió «que e investigue hasta las últimas consecuencias a los autores de tan denigrante actitud y se haga justicia».

En ese marco, Almeida instó a los organismos correspondientes que «cuiden como nunca a los testigos» en las causas por violaciones a los derechos humanos porque «no queremos más (Jorge Julio) López y (Silvia) Suppo», dijo por el testigo desaparecido en 2006 y la sobreviviente y testigo asesinada.

Atentado

La Madre de la plaza de Neuquén, Inés Ragni, junto a su esposo Oscar presenciaron el miércoles el inicio de las audiencias del segundo juicio contra 24 represores acusados de delitos de lesa humanidad, ocurridos en la región durante la última dictadura militar, que lleva adelante el Tribunal Oral Federal de Neuquén.

«No les tenemos miedo. Treinta y cinco años en la calle ¿y les vamos a tener miedo ahora?», había delcarado Ragni en una conferencia de prensa convocada por Madres de Plaza de Mayo filial Alto Valle de Río Negro y Neuquén, organización de la que forma parte, tras el cobarde atentado que sufriera.

La vivienda Inés que habita con su esposo Oscar Ragni, también sede de la filial de Madres, recibió cuatro disparos de armas de fuego el lunes último, dos días antes del comienzo del juicio oral contra represores del centro clandestino de detención «La Escuelita», que funcionó durante la última dictadura en Neuquén.

«Por esa puerta salió una persona desparecida (su hijo Oscar), que todavía la estamos buscando. Por esa puerta tiene que volver a entrar al menos uno (de los represores) y que nos cuente la verdad», declaró Inés.

La integrante de Madres agregó que seguirán «de por vida la lucha» de más de tres décadas. «Estos hijos de perra no se la van a llevar de arriba, nos pueden tirar todo los tiros que quieran en la puerta, que vamos a salir y vamos a ir a todas partes».

«No les tenemos miedo. Sabemos que son ellos. Están escondidos esperando avanzar y no los tenemos que dejar. Treinta y cinco años en la calle ¿y les vamos a tener miedo ahora? Entre todos vamos a triunfar, ni un paso atrás», subrayó.

Otra integrante de Madres, Lolin Rigoni, informó que recibieron «innumerables llamados» solidarios y que ese apoyo «es una manera de sentirse reconfortada y saber que nos cuidan».

«Nos reune el horror, la agresión brutal de estos genocidas asesinos, pero también nos junta con los que queremos, con los que nos acompañan. Como dice el canto, con ese pueblo que pelea y que no quiere la impunidad», añadió.

Rigoni dijo también que la lucha de Madres seguirá adelante «con las armas que hemos tenido siempre: la palabra y la ética del pañuelo».

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