Una denuncia anónima presentada en Tribunales a fines de febrero implicó directamente a quince efectivos policiales de jerarquía con el tráfico de drogas y el robo de automotores. Carlos Cobani, el fiscal encargado del caso ya ordenó la investigación.
El anónimo efectúa un relato detallado sobre la existencia de supuestas cajas policiales relacionadas al narcotráfico y al robo de automóviles; asimismo, menciona específicamente a quince jefes policiales, y como prueba adjunta un DVD con filmaciones caseras que tienen que ver con la sustracción de vehículos.
La denuncia anónima ingresó por la Fiscalía de Cámaras el 28 de febrero a cargo de María Eugenia Iribarren y ya se encuentra bajo responsabilidad del fiscal de turno, Carlos Cobani. Empero, en diálogo con el programa “La que se viene» de LT8, la funcionaria admitió que si bien el texto “menciona a muchas personas” aún no puede dar detalles al encontrarse el caso en plena investigación. “Los anónimos se toman como denuncias que no dan la posibilidad de interrogar. Siempre se trata de cotejar y ver la veracidad del relato. De un relato en un escrito anónimo a encontrar pruebas y sustentar acusaciones hay un trecho», explicó.
Por su parte, el fiscal encargado del caso ya ordenó una investigación sobre la situación patrimonial de cada uno de los denunciados, como así también envió copias del anónimo a la justicia federal, ámbito donde se investigan cuestiones vinculadas a las drogas, y a Asuntos Internos para que desarrolle una pesquisa paralela. «Si hay participación en actividades ilícitas del personal policial necesariamente va haber enriquecimiento ilícito. Por eso se le dio intervención a Asuntos Internos para que se haga un cotejo de bienes», admitió en declaraciones al mismo programa radial de La Ocho.
En tanto el ministro de Seguridad, Leandro Corti volvió a desdramatizar el recambio de autoridades policiales, afirmando que el mismo “no tiene nada que ver» con investigaciones por drogas y apuntó que los flamantes jefes tendrán que trabajar sobre una fuerza muy desorganizada: “Hay que trabajar fuerte sobre las líneas de mando intermedias para que agenden que la carga horaria del personal debe cumplirse en tiempo y forma. También tenemos que generar mucho control en el tránsito que hay desde que se redacta la orden operacional y su resultado. Eso es un descontrol histórico”. “La desorganización tiene que ver con un problema actitudinal y de control”, declaró.
No obstante, convino en la existencia de un importante entramado de economías delictuales “que giran en torno del negocio del narcotráfico” y con las cuales grupos policiales efectivamente tienen contacto.
“Tenemos una preocupación cierta sobre cuestiones de violencia que se producen en áreas suburbanas de Rosario pero no tiene que ver con lo que detonó los cambios. Motivos para una decisión siempre hay; no es arbitrario que un ministro de Seguridad cambie una cúpula policial”, disparó y manifestó que en el corto plazo, uno de los objetivos principales de su gestión es “organizar en forma adecuada un servicio policial que sea racional en relación a los indicadores del delito y relativamente eficaz en base a los recursos disponibles”
“Entiendo que así como por la policía pasará la solución hoy es uno de los grandes problemas. Y el problema es de varios tipos: de organización, de actitud y de control. Ya interviene la Dirección de Asuntos Internos con enorme decisión y todo el respaldo del gobierno para avanzar en las investigaciones sobre los sectores de policía implicados”, concluyó.
