A pesar del fallo de la Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo, que dictaminó la reincorporación de Ricardo Junghanns, un delegado despedido en el 2008 por la empresa Artear del grupo Clarín, este miércoles se le impidió el ingreso al canal.

Cuando Junghanns se presentó este miércoles en la empresa para retormar su puesto, personal de seguridad del canal le impidió el ingreso. “Suponíamos que esto podía pasar”, dijo el trabajador en cuestión, en diálogo con el programa de radio Poné la Pava (Aire Libre 91.3).

“El fallo de Cámara fue contundente, obliga a la empresa a reconocer que mi despido fue ilícito, fue persecutorio, fue producto de un marco de hostilidad gremial, dice textualmente la Justicia, y los obliga a mi reincorporación inmediata”, señaló.

“Nosotros tratamos de hacer cumplir este fallo ayer (por este miércoles). Nos presentamos a trabajar, rodeado por la solidaridad de compañeros del canal y de muchas otras empresas periodísticas, pero chocamos con la policía privada del canal”, narró el periodista.

Junghanns, que se presentó en las puertas de Canal 13 acompañado además por representantes gremiales y del Ministerio de Trabajo, se desempeñaba como editor de noticias tanto para esa señal de aire como para la de circuito cerrado TN, ambas pertenecientes al grupo Clarín.

En diciembre 2008, “sin ningún argumento que lo justificara, se me prohíbe, junto con Marcelo (Moreira, otro de los delegados cesanteados) el ingreso a la empresa, justo cuando los trabajadores de prensa de Canal 13 habíamos tomado la decisión de empezar a organizarnos gremialmente”, relató.

La lucha por el derecho de los trabajadores a tener una representación gremial en las empresas del holding viene de larga data. En ese sentido, Junghanns revisó los antecedentes de la firma, “la que tiene por costumbre histórica castigar a los trabajadores que deciden participar gremialmente”.

“En el año 2000 fueron echados 117 compañeros del diario Clarín –recordó–, por precisamente intentar organizarse gremialmente. Echaron a la comisión interna entera. En el 2004, en la imprenta del grupo fueron cientos de compañeros despedidos junto a toda la comisión interna”.

“En el caso nuestro también lo intentaron hacer –continuó Junghanns–, pero ocurre que circunstancias que tienen que ver fundamentalmente con el nuevo contexto político en Argentina, permitió que nosotros estemos discutiendo este tipo de cosas dentro de las empresas del grupo Clarín”.

En ese orden, agregó que “hoy hay una comisión interna de delegados conformada por cinco trabajadores, tres de los cuales están trabajando efectivamente dentro de la empresa, dos tenemos prohibido el ingreso, pero se actúa normalmente”.

“A partir de este espacio hemos logrado instalar una asamblea permanente dentro de la empresa, así como abrir una instancia en el Ministerio de Trabajo y una mesa paritaria, la que está discutiendo una agenda que va desde un convenio colectivo de trabajo a las libertades sindicales”, detalló.

“Son discusiones muy difíciles. Es una empresa que intenta por todos los medios vaciar de contenido las conversaciones por las condiciones de trabajo”, concluyó Junghanns.

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