Foto: Juan Pablo Marconi

La Biblioteca Popular Constancio C. Vigil de Rosario fue devuelta este lunes a sus socios y a sus históricos dirigentes en un verdadero acto de reparación de la memoria histórica, luego de 35 años de judicialización tras la liquidación y saqueo de la última dictadura cívico militar, y la posterior omisión por parte de los gobiernos constitucionales desde la apertura democrática.

Este lunes por la noche, en el Distrito Municipal Zona Sur Rosita Ziperovich, se celebró la primer asamblea ordinaria en 35 años luego de su intervención, esta vez presidida por la Comisión de Normalización, y a la que asistieron el 90 por ciento de los asociados en condiciones de votar. Allí se proclamó a las nuevas autoridades de la Vigil restituyendo a los rosarinos de una deuda de la democracia.

“La comisión normalizadora fue dispuesta por mandato del Inaes, que se traduce en una política en defensa de los derechos humanos y la gestión de la misma fue fundamental en tanto que, no sólo se bregó por la recuperación de la mutual en este caso, sino por la recuperación de la memoria popular”, expresó a Redacción Rosario Carlos Merli, miembro de la comisión en representación de la Federación de Mutuales.

De acuerdo al estatuto vigente, la comisión abrió un padrón para los socios y llamó a la conformación de listas. “Memoria y Futuro” fue la única lista presentada, encabezada por Augusto Duri como presidente, Raúl Alberto Frutos como vice presidente y Antonia Gracia Frutos como secretaria, los mismos que estaban en ejercicio hace 35 años cuando irrumpió «la patota de Feced» el 25 de febrero de 1977.

“Hay que tener mucha fuerza de voluntad para seguir peleando por estas cosas, sobre todo ante todas las situaciones negativas que se nos han dado. Durante la dictadura civico militar era impensable creer que la biblioteca pudiera retornar a sus dueños, que son toda la población de Rosario. Y una vez en democracia, parecía posible que todo lo que nos habían quitado pudiera recuperarse pero no fue así, para nada fue así”, expresó el ahora presidente de la Comisión Directiva, haciendo un balance de los últimos años en la lucha por la recuperación de la Vigil.

En este sentido, el emblemático dirigente recordó a este medio que una nueva etapa comenzó a partir de 2005, cuando el gobierno de Santa Fe presentara un proyecto de donación, en carácter de reparación histórica, de terrenos que la provincia había comprado en medio de la liquidación ilegal que había establecido la última dictadura. “Ahí asomó la punta del iceberg», explicó Duri, y agregó: «Ahora, el próximo desafío es recuperar los bienes de la biblioteca, porque tenemos padrón de asociados y una comisión directiva pero no tenemos un espacio físico siquiera para reunirnos”.

Luego añadió: “Es cierto que en la biblioteca no está todo como entonces, lo único que está como entonces es la férrea decisión de este grupo, más el de una cantidad muy grande de asociados de volver a levantar el movimiento de la Biblioteca Vigil que en definitiva fue en favor del barrio, la educación, la cultura y del movimiento mutualista”, concluyó Duri.

Por su parte, Marcelo Scalona del equipo de abogados de la Vigil y socio de la biblioteca observó la importancia de la recuperación “desde el punto de vista simbólico, sabiendo todo lo que ha pasado en este país. Esta es una de esas entidades que fue asesinada físicamente, espiritual y patrimonialmente y de un modo tan premeditado y cruel. Además, yo no se si hay antecedentes en Argentina, pero en Rosario no hubo nunca un proceso judicial que durara 35 años, así que te imaginas lo que significa para aquellos que pudimos hacer algo, en mi caso como abogado y socio, junto a casi toda la gente que está acá, y otros socios que lamentablemente no están, pero que por distintas razones son muy valiosos y que integran el núcleo que siempre trabajó por la recuperación de la Vigil”, dijo.

De este modo, Scalona resumió: “ Es dificil que la gente que tiene menos de 40 años acabe de entender la impronta y la dimensión que tuvo, fue una institución cultural, social, popular, es muy difícil mensurar hoy en día porque aquel era un proyecto de casi de toda la ciudad y por eso quizás creció tanto y, bueno ahora nos queda a nosotros trabajar desde ahí, hay muchos ideales que hay que volver a poner en acto, en fin, empezar de nuevo.”

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