Respecto de la autodenominada investigación periodística del Gran Diario Argentino sobre la participación de presos en actos políticos, este lunes en Casa de Gobierno, la presidenta Cristina Fernández -tapa de Clarín en mano- aseguró que a algunos medios “no les importa un pito la verdad ni lo que sufren las víctimas, sino atacar al Gobierno”.
Este lunes, en ocasión de la presentación del nuevo sistema de seguridad para controlar el ingreso a los estadios de fútbol, la primera mandataria se expidió contra la nota del matutino porteño que aseguraba que a algunos presidiarios, como Eduardo Vázquez, condenado hace poco por prenderle fuego y matar a su esposa, se les concedían salidas transitorias para que asistieran a actos del kirchnerismo.
En el artículo de la polémica, que fue tapa este domingo, y por el cual el Ministro de Justicia, Julio Alak, tuvo que salir por varios medios a desmentirlo, Clarín sostenía que se sacaba a los presos de las cárceles para llevarlos a actos políticos oficialistas.
En tanto, desde Casa de Gobierno, Cristina ponderó la excelencia del Servicio Penitenciario Federal (SPF). “Es un modelo”, enfatizó y aclaró que dentro del mismo sólo se encuentran bajo su órbita 9.700 convictos “de los 60 mil presos que tiene Argentina”.
Al señalar esta diferencia de números, la Presidenta quiso poner en evidencia cómo «además de la cadena nacional del miedo y del desánimo, (se agrega) la del encubrimiento, porque para determinados casos hay claramente la figura del encubrimiento y para otros la mentira, la injuria y tratar de involucrar siempre al gobierno nacional que solamente tiene nueve mil presos a su cargo».
De este modo, apuntó contra el gobernador bonaerense, Daniel Scioli, quien, a diferencia de las autoridades nacionales como Alak o ella misma, no salió a dar explicaciones por la reciente fuga “con complicidad” de Marcelo Segovia, confinado en el penitenciario de máxima seguridad de Florencia Varela luego de ser condenado a 29 años de prisión por secuestro y asesinato.
«No vi a ninguna figura política tener que dar explicaciones por esto», fustigó la titular del Ejecutivo nacional e insistió: “Por eso hablo también de la cadena nacional del encubrimiento”
«Fíjense qué curioso -conminó-, la tapa que habían puesto cómo se reclutaba gente para actos políticos, cuando en realidad era por orden judicial en los programas establecidos», los cuales tienen como objetivo la resocialización y reinserción del preso “no solamente por convicciones de ética y principios de derechos humanos sino para evitar la reincidencia» que desde 2003 a la fecha, descendió “más del 50 por ciento con este sistema» del que colaboran la Uocra, Smata, la Iglesia Católica y la evangélica, como así también “más de 20 ONGs”.
Dentro de esta veintena de organizaciones “está este batallón militante”, concedió Cristina para quien “parece ser que cuando las ONG tienen una determinada orientación son malas, porque también recuerdo a una organización como Poder Ciudadano que era muy independiente y su presidenta una de sus miembros más conspicuas terminó siendo diputada de un partido de centro derecha». Esta vez el palo le tocó a Laura Alonso, legisladora nacional por el PRO.
«¿Qué pasó? Que estas organizaciones no gubernamentales con autorización judicial llevan la tarea de reinserción social, de no aislamiento del preso de modo tal de poder lograr su reinserción», agregó por lo que no escatimó en críticas –luego de describir las virtudes del SPF- a “esta mentira absoluta (por la tapa de Clarín) en lo que es obligación por ley hacer, que es la tarea de la reinserción y socialización”. Menos aún, con “las organizaciones no gubernamentales de la seriedad que están participando en este tipo de eventos”.
«La verdad que no les importa un pito a los que escriben estas cosas lo que sufren las víctimas; lo único que les interesa es cómo manipular este dolor para causar daño político, para estigmatizar, para mentir», fustigó y concluyó: “De los hechos más espantosos y relevantes y todavía no esclarecidos, de eso no se habla, no se escribe y no se firma».
Antes y ahora
El titular del Cels (Centro de Estudios Legales y Sociales) y periodista Horacio Verbitsky, puso en valor el proceso cultural de cambio que vive la Argentina por cuanto hace más de medio siglo nuestro país “tuvo un servicio penitenciario modelo para todo el mundo en la época que lo dirigía Roberto Pettinatto, el padre del animador homónimo, y eso fue destruido a partir de 1955 y el destrato que comenzó en las cárceles con las personas privadas de su libertad se replicó luego al resto de la sociedad».
En cambio ahora, según especificó la Presidenta en su alocución del lunes, “el 70 por ciento de los presos tiene trabajan y cobran el salario mínimo de 2.300 pesos, lo que les permite a sus familias y a ellos tener una reinserción».
“El 66 por ciento de los presos –continuó- está bajo el régimen de educación formal y de los que han tenido el título universitario, salvo el caso de (Sergio) Schoklender, no hay ninguno que haya reincidido”; y agregó: «En materia de infraestructura somos los únicos en Latinoamérica que no tenemos superpoblación carcelaria”.
Verbitsky celebró todo lo detallado por Cristina, y en tal sentido se quejó que desde algunos medios de comunicación «están cuestionando algunas de las cosas positivas que están ocurriendo” y confesó que le gustaría que las boinas blancas de los radicales y los camisetas amarillas del PRO “vayan a las cárceles a tener actividades con las personas privadas de su libertad en vez de considerarlas escoria humana descartable».
Fuente: Télam
