Foto: Manuel Costa

El ministro de Seguridad provincial, Raúl Lamberto, confirmó este jueves el apartamiento de tres efectivos policiales, involucrados en un caso de extorsión, elípticamente relacionado con el robo sufrido la semana pasada por la fiscal Nora Marull. “Hay policías que enaltecen el uniforme y otros que lo denigran”, expresó el ministro.

“Asuntos Internos determinó la responsabilidad bastante probada de los agentes. Desde el ministerio hay voluntad de que los hechos de corrupción se conozcan y que los responsables se hagan cargo”, señaló el ministro.

Lamberto, ansioso ante la necesidad de demostrar los esfuerzos del gobierno provincial en lavar el creciente desprestigio que tiñe a las fuerzas de seguridad, reafirmó la voluntad de “que los buenos policías sean destacados y que los malos sean separados”.

“Hay policías que enaltecen el uniforme y otros que lo denigran”, remarcó.

Este miércoles se conoció la detención de un oficial principal, un cabo y una agente en el marco de la investigación por el robo que sufrió la semana pasada la fiscal Nora Marull.

Mediante escuchas al celular sustraído a la fiscal detectaron un pedido de coima para liberar a dos detenidos en la comisaría 8ª. El aparato estaba en posesión de la novia de uno de los detenidos en esa seccional.

La jueza de Instrucción Alejandra Rodenas destacó que efectivamente uno de los celulares que le robaron el jueves pasado a la fiscal Norma Marull es uno que les dan a los fiscales y jueces del Estado. De allí la importancia de recuperar los datos y contactos registrados en el aparato.

Al día siguiente del robo, descubrieron que el celular estaba siendo utilizado por la novia de un detenido en la seccional 8ª. «Detrás de esa llamada había cuanto menos indicios importantes de que se estaría cometiendo una tentativa de extorsión por parte de personal de esta ciudad, que presuntamente le habrían solicitado a la que poseía el celular una suma de dinero a cambio de la libertad de su pareja», explicó Rodenas.

En ese marco, la jueza destacó la tarea minuciosa de la División de Asuntos Internos de la policía, que permitieron «a partir de ese mínimo dato reconstruir la situación que desembocó en el allanamiento de la comisaría 8ª, en la detención de un oficial principal, un cabo y una agente que quedaron presos incomunicados por el delito de extorsión».

Fuentes: La Capital, Rosario 3.

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