La Justicia autorizó la publicación de Negar todo y otros cuentos, libro de Roberto Fontanarrosa que aún permanecía inédito debido a un conflicto de intereses entre el hijo del escritor, Franco, y su última esposa, Gabriela Nahy.
La obra no había sido publicada por que Franco Fontanarrosa esgrimió tener los derechos morales sobre la producción de su padre.
El juez civil y comercial Nº 12 de la Rosario, Fabián Bellizia, consideró abusivos los derechos esgrimidos por Fontanarrosa y declaró legitimo el contrato firmado, el 27 de febrero de 2008, entre Mahy y Ediciones La Flor para publicar el libro del Negro.
El reconocido humorista y escritor falleció el 19 de julio de 2007 a los 62 años, es decir que casi 6 años después sus lectores podrán disfrutar de su última obra debido al conflicto.
Franco en octubre de 2012 dio su consentimiento para que se distribuya y comercialice los libros: El área 18, El mundo ha vivido equivocado, La gansada, La mesa de los galanes y No sé si he sido claro. Pero no por la editorial con la cual trabajaba su padre, Ediciones La Flor, propiedad de Daniel Divinsky, amigo personal del escritor.
El magistrado tuvo en cuenta la relación de Divinsky con Fontanarrosa según consta en un apartado de su dictamen.
Respecto del contrato el juez dijo: «Está demostrado que el contrato es de similares (o casi idénticas) características y contenido que todos los contratos de edición de igual tenor que fueron firmados entre Fontanarrosa (en vida) y Ediciones La Flor SRL durante la larguísima relación comercial y de confianza que existió entre ellos».
Más allá de la reciente decisión tomada por el juez, aún resta el fallo de fondo sobre el litigio entre la cónyuge y el hijo del escritor sobre quién debe administrar las producciones.
Bellizia declaró la legitimidad «en todos sus alcances del contrato de edición en base de la acción y referido a la obra denominada Negar todo y otros cuentos«, y autorizó su divulgación por considerar «abusivo el ejercicio de los derechos patrimoniales y morales por parte del coheredero señor Franco Fontanarrosa».
«Esta sentencia representa el puntapié inicial para limitar el desmanejo caprichoso y abusivo que Franco Fontanarrosa viene realizando de la obra de su padre, y que hemos denunciado en más de una oportunidad», sentenció María Soledad Alvarez, abogada de Mahy. A la vez la abogada sostuvo que «permite que toda la sociedad disfrute de la última obra en la que trabajó Roberto Fontanarrosa antes de morir. El pronunciamiento es pionero en lo que respecta al tratamiento de los límites en el ejercicio de los derechos morales del autor, por cuanto coloca como norte el interés superior de la comunidad en acceder a la obra por sobre el del heredero».
Ambas letradas de la ex esposa, Soledad Alvarez y Karina Font, sostuvieron que “el fallo es el primer antecedente jurisprudencial local y nacional respecto de la extensión de los derechos morales del autor tras su muerte. Si bien sus herederos reciben sus derechos morales, una vez fallecido el autor éstos deben ser ejercidos prestando especial atención al derecho de la comunidad en acceder a los productos culturales”.
