La presidenta de Brasil pasó un mal momento en Mato Grosso do Sul. Los productores rurales expresaron su descontento con la política de demarcación de tierras que realiza el gobierno en favor de los indígenas.
«Les quiero decir algo. Brasil está mejor ahora que hace 10 años. Entonces, no hay problema si gritan en mi contra. La democracia es esto. Hay gente que cree que la democracia es ausencia de uno en desmedro de otros. Democracia es convivir con diferencias, buscar un punto de equilibrio y resolver, por consenso cuando se puede, pero siempre con diálogo», dijo la presidenta Dilma Rousseff.
Lo hizo durante un discurso en el que entregó autobuses escolares en Campo Grande, capital de Mato Grosso do Sul. La mandataria afirmó que Brasil vive un momento de «mucha confianza» en el que seguirá creciendo, y que el país, en los últimos años, se ha declarado «vencedor» superando complejos de inferioridad.
«Además de mostrar un fútbol fantástico a lo largo de la historia, Brasil mostró también que es capaz de distribuir riqueza, de tener 378 mil millones de dólares en las reservas del Banco Central, un país estable que controla la inflación y la menor tasa de desempleo de la historia, un récord también a nivel internacional», sostuvo.
La mandataria insistió en que su gobierno –que se jugará la reelección en octubre de 2014– buscará la aprobación de la ley petrolera que destinará todos los recursos de la exploración carburífera a la educación, un tema que está detenido en el Congreso en el medio de una maraña de intereses de los estados productores de crudo.
«Brasil debe destinar esa riqueza a la educación. En esta cuestión somos tercos, insistentes, vamos a enviar la propuesta para que los royalties y las ganancias extraordinarias vayan a la educación», agregó.
Fuente: Ansa
