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Los pronósticos hablan de una casi segura segunda vuelta. (Foto: Télam)

Dos candidatos a presidente empatan en intención de votos para este domingo. Oscar Zuluaga, de derecha y títere del ex presidente Álvaro Uribe. Y Juan Manuel Santos, también de derecha y ex ministro de Defensa de Uribe. Pero este último, ahora disfrazado de cordero, impulsa el diálogo con las FARC para despegarse de su pasado.

Los dos tienen la misma intención de voto. Los dos son de derecha. Los dos están vinculados a un ex presidente represor y también de derecha. El actual presidente de Colombia, el conservador Juan Manuel Santos, que busca la reelección, está cabeza a cabeza, según señalan las encuestas, con Oscar Iván Zuluaga, delfín del ex presidente derechista Álvaro Uribe. La campaña electoral ha tenido todos los condimentos necesarios para producir una buena serie o película de acción y suspenso, con acusaciones cruzadas, espionajes y fondos supuestamente mal habidos. La elección tiene segunda vuelta, prevista para el 15 de junio, y para esta instancia las encuestas señalan que persiste el empate. El suspenso se mantendrá hasta el último capítulo.

También compiten el centroizquierdista Enrique Peñalosa, la conservadora Marta Lucía Ramírez y la izquierdista Clara López, aunque con menos posibilidades, según las encuestas, que les asignan porcentajes que rondan el 10 por ciento.

Zuluaga, a quien consideran una suerte de títere de Uribe, representa la ultraderecha guerrerista, represiva, vinculada a la llamada “guerra contra el narcotráfico” de los Estados Unidos. Santos es un conservador de derecha, un lobo disfrazado de cordero que impulsó las negociaciones de paz para despegarse de Uribe y tener otra imagen ante el electorado. Pero no hay que olvidar que Santos fue ministro de Defensa durante el gobierno Uribe, desde julio de 2006 hasta mayo de 2009, o sea, el ejecutor de las políticas represivas de Uribe.

Las negociaciones de paz entre el gobierno de Colombia y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que se están desarrollando en La Habana, y que han logrado ciertos avances en puntos clave en los últimos días, fueron impulsadas por el actual presidente Santos y se considera que este hecho fortalece su candidatura ante una ciudadanía ya harta de más de cincuenta años de violencia.

Las FARC anunciaron un cese unilateral al fuego por las elecciones y señalaron además que se llegó a un acuerdo con el gobierno sobre el tema de las drogas, uno de los más importantes de la agenda, en el marco de los diálogos de paz.

El candidato Zuluaga, en cambio, está en contra de las negociaciones de paz, al igual que su mentor. Uribe ha venido atacando el diálogo con las FARC con dureza, manteniendo la misma posición guerrerista, represiva y conservadora que caracterizó su gestión. Zuluaga es candidato del partido a Centro Democrático del ex presidente Uribe (2002-2010), y se presenta ante el electorado como el continuador de la “obra” del ex mandatario. Al igual que Uribe se opone al diálogo de paz porque considera que traerá “impunidad para los guerrilleros”. «El país no se puede entregar a las FARC», dijo Zuluaga.

Uribe, sospechado de tener contacto con los paramilitares, es partidario de la mano dura contra las FARC y llevó adelante la llamada “guerra contra el terrorismo”. Exhibe entre sus “logros” haber eliminado a varios de los principales líderes guerrilleros. En su presunta “guerra contra el terrorismo” fue acusado de reiteradas violaciones a los derechos humanos, además de no respetar la soberanía de Ecuador y Venezuela en la persecución armada contra grupos guerrilleros.

Las últimas semanas de campaña se caracterizaron por las acusaciones mutuas entre Santos, Zuluaga y el mentor de éste último, Uribe. Hace pocos días, la revista Semana y el diario El Tiempo dieron a conocer un video que produjo un gran escándalo. En el material se ve una conversación entre Zuluaga y un hacker sobre operaciones de espionaje y planes para atacar el proceso de paz con la guerrilla de las FARC y la campaña del presidente Santos. El hacker que aparece en el video es Andrés Sepúlveda, detenido a principios de mayo por interceptar comunicaciones electrónicas de Santos y de los negociadores de paz en Cuba. Pero el candidato uribista se defendió diciendo que se trata de un montaje.

“Nunca me imaginé que los enemigos de la paz, que los que pretenden que continuemos en guerra indefinidamente, llegaran a los extremos a los que han llegado. Nunca me imaginé», señaló Santos. Por su parte, Uribe contraatacó denunciando que Santos recibió dinero de la mafia para su campaña presidencial de 2010. El presidente negó en forma rotunda la denuncia, pero a la vez echó al asesor que se menciona como el responsable de recibir ese dinero de oscuro origen.

«Yo creo que esta ha sido una campaña especialmente sucia, comparable con el Proceso 8.000 (cuando se descubrió la entrada de dineros de la mafia a la campaña del expresidente Ernesto Samper, quien gobernó entre 1994 y 1998)», declaró a BBC Mundo Elisabeth Ungar, directora de la ONG Transparencia por Colombia.

“Queremos Paz”, es una de las consignas que más se muestran en los actos de campaña. La posibilidad de alcanzarla, el lugar de Colombia en la región, y su relación con Venezuela, en particular, están en juego en las elecciones de este domingo 25 de mayo.

 

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