Foto: Daniel Dabove/Télam

Foto: Daniel Dabove/Télam


Por Guillermo Griecco. El acuerdo con el Club de París para cancelar la deuda en default sin la intervención del FMI y la invitación a la próxima cumbre del principal bloque de países emergentes dejaron bien parada a la Argentina.

Dos sucesos de relevancia para la Argentina, con impacto internacional, ocurrieron este jueves a pocas horas de diferencia. El ministro de Economía Axel Kicillof cerró un acuerdo con el Club de París para regularizar la deuda en default después de que el canciller Héctor Timerman anunciara que el país había sido invitado a la próxima cumbre de los Brics, el influyente bloque económico y político que conforman Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, que se realizará en julio próximo en la ciudad brasileña de Fortaleza.

Las dos noticias apuntaron en el mismo sentido, enhebradas por la defensa de la soberanía de la política económica, con objetivos de más inversiones, mayor industrialización, más crecimiento e inclusión social.

Economistas, empresarios, dirigentes políticos y buena parte de la prensa nacional e internacional destacaron sendos acontecimientos, que sirvieron para ahuyentar cantos de sirenas proféticas que ubican a la Argentina todo el tiempo al borde del abismo. Las predicciones del conservadurismo económico-financiero volvieron a trastabillar con la barrera de la realidad. El acuerdo con el Club de París y el convite de los Brics desmintieron, una vez más, el supuesto aislamiento de Argentina en el plano global.

El acuerdo con las naciones que integran el Club de París, un organismo que se formó en 1956 a partir de una deuda argentina, se cerró en la madrugada del jueves, lo que obligó a varios diarios a tirar dos ediciones al día siguiente, donde la Rosada se ganó la mayoría de los títulos centrales y secundarios. Mucha tinta con perfume parisino en las portadas. Hubo celebración generalizada aunque no faltaron críticas que apuntaron a la “ilegalidad” de la deuda.

Sin la supervisión del Fondo Monetario Internacional, una cuestión para nada menor, Argentina cerró así un nuevo capítulo de su política de desendeudamiento. La negociación con el Club fue encabezada por el ministro de Economía Axel Kicillof y se extendió por 17 horas. El monto total de la deuda con el foro de países acreedores (Alemania y Japón concentran el 60 por ciento de ese pasivo) asciende a 9.700 millones de dólares y será cancelado en un plazo de cinco años, con un pago inicial de 650 millones de dólares en julio próximo. El segundo pago –de 500 millones– será en mayo de 2015 y el siguientes en mayo de 2016.

En un comunicado emitido tras la prolongada reunión en la capital del país galo, el Palacio de Hacienda destacó que “Argentina continúa el camino de regularización de los pasivos internacionales producidos por el default de 2001”. En este recorrido se cuentan los canjes de deuda de 2005 y 2010, el pago del monto total adeudado al FMI en 2006, y los pagos a las empresas con laudos en el Ciadi en 2013. También se puede sumar el acuerdo alcanzado semanas atrás con la petrolera española Repsol por la expropiación del 51 por ciento de YPF. Falta todavía la gran batalla con los fondos buitre.

El Club de París reúne a 19 países (Australia, Austria, Bélgica, Canadá, Dinamarca, Finlandia, Francia, Alemania, Israel, Italia, Japón, Holanda, Noruega, Rusia, España, Suiza, Suecia, Inglaterra y Estados Unidos) con los que Argentina contrajo diversas deudas desde 1956 –dictadura de Pedro Aramburu– en adelante. Hubo varias renegociaciones y en 2001 se cayó nuevamente en incumplimiento como consecuencia de la crisis que determinó el fin de la convertibilidad vigente desde principios de los 90. La mitad de la deuda con el Club fue contraída durante la dictadura de Videla y compañía.

“La búsqueda de una solución para la deuda impaga con el Club de París fue siempre un objetivo de este gobierno, que en 2008 tomó la decisión de saldarla en su totalidad en un único pago. Con el decreto ya firmado, la decisión fue frustrada por el estallido de la crisis financiera mundial y la caída del banco Lehman Brothers en Estados Unidos. La iniciativa se pospuso hasta la fecha”, recordó la cartera de Economía, y añadió: “El acuerdo asumido garantiza sustentabilidad de los pagos y no implica condicionalidad alguna para llevar adelante las políticas económicas, además de constituir un paso importante para promover la inversión productiva”.

Por otro lado, que Argentina haya sido invitada a participar de la próxima reunión de los Brics, grupo que se presentó de manera oficial en 2008, muestra un reconocimiento al país como una de las economías más importantes de la región. Y tal situación no está alejada de la economía doméstica, que pese a todas las dificultades parece estar muy lejos de venirse a pique como muchos pronostican.

El gobierno ruso fue quien dio curso a la invitación. Esta alianza económica y política de países atravesados por el eje Sur-Sur, que siguiendo las iniciales podría transformarse en Bricsa si se suma la Argentina, refleja un cambio en el escenario geopolítico, donde dentro de un sistema capitalista emergieron naciones (Rusia sería más bien una potencia que resurge) que fueron consolidando sus economías con desarrollo social y ya no son patio trasero de nadie.

Esta nota acompaña la edición 145 del semanario El Eslabón.

Más notas relacionadas
Más por Redacción Rosario
Más en País

Dejá un comentario

Sugerencia

Sadop Rosario pidió un 35% de aumento salarial

El secretario general del gremio de la docencia particular, Martín Lucero, aseguró que “si