La ex Textil San Justo es objeto de disputa entre la cooperativa de trabajo que la reactivó e inversores privados. Buscando una solución, se apeló al espacio de promoción de la desjudicialización de controversias dependiente del Ministerio de Justicia provincial.El conflicto en torno a las instalaciones de la ex Textil San Justo, que frenó la producción de la cooperativa textil 15 de febrero de esa ciudad santafesina, parece encaminarse a una solución en el marco de una instancia nunca antes aplicada en situaciones similares, al menos en territorio santafesino: una mediación, que se desarrolla en el ámbito del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la provincia y que ya derivó en tres reuniones con avances significativos.
Lo que está en juego no es menor: el predio ubicado a la vera de la ruta 11, en el acceso sur a la ciudad ubicada 100 kilómetros al norte de la capital provincial, es enorme y cuenta con varios galpones, incluidos los reactivados por la cooperativa de trabajo que retomó la producción cuando la patronal y la Justicia no ofrecían más que la desolación de la quiebra.
Ese proceso de recuperación mereció el reconocimiento de la Legislatura provincial, que sancionó una ley de expropiación de las instalaciones a favor de la cooperativa que rige hasta noviembre del año próximo. Pero el Poder Judicial, asumido en este caso por el magistrado Eduardo Sodero, del fuero civil y comercial santafesino, rumbeó para otro lado: desconoció la presencia de la cooperativa con el argumento de que sus 30 integrantes no suman los dos tercios de los ex empleados de la empresa quebrada y vendió la planta a inversores privados, quienes a su vez avanzaron de hecho y hace un mes ingresaron por su cuenta a los galpones en los que trabaja la cooperativa, a cuyos integrantes les quedó vedado el acceso su fuente laboral, con la consiguiente angustia para sus familias.
El conflicto motivó la inmediata solidaridad de trabajadores de otras empresas recuperadas. Dirigentes de la Confederación Nacional de Cooperativas de Trabajo (CNCT) manifestaron su respaldo a la cooperativa sanjustina y aportaron asesoramiento legal; y también se movilizaron trabajadores autogestionados de la provincia y el referente del Movimiento de Empresas Recuperadas José Abelli, quien junto con Eduardo Ianni, de la cooperativa rosarina La Cabaña, acompañaron a los representantes de la 15 de Febrero en gestiones y reuniones como la del último lunes en Santa Fe, con el vicegobernador Jorge Henn y el ministro de Justicia Juan Lewis.
En ese encuentro, Lewis propuso abordar al tema desde la Dirección de Desjudicialización de la Solución de los Conflictos Interpersonales dependiente de su cartera, que el martes recibió a los integrantes de la cooperativa y sus acompañantes. Al día siguiente, profesionales de ese organismo se reunieron con la contraparte, los inversores que compraron las instalaciones en el marco de la quiebra; y ya el jueves fue el primer encuentro entre las dos partes y los mediadores, donde se estableció un pacto de confidencialidad que impide conocer detalles de lo tratado, pero no informar que hubo algunos avances importantes y la instancia de diálogo en pos de un acuerdo tendrá continuidad.
Continuidad de la producción y de su fuente de trabajo, para la que con ayuda del Estado se han provisto de nueva maquinaria y materia prima a la que ahora no pueden acceder, es lo que reclaman los trabajadores de la cooperativa, que esperan con ansiedad resultados concretos del espacio de mediación abierto porque tienen compromisos que cumplir y recursos económicos que generar. La 15 de Febrero forma parte de instancias más amplias como la Red Textil Cooperativa (RTC), promovida desde la CNCT e integradora de varias empresas autogestionadas del rubro para el desarrollo de proyectos como el de la elaboración de prendas con imágenes de Zamba, el popular personaje del canal infantil Paka Paka, cuya figura pueden utilizar en el marco de un convenio con varios ministerios nacionales, que apoyan decididamente la iniciativa de integrar unidades productivas gestionadas por sus trabajadores.
Para cumplir con el objetivo de retomar la producción, en la cooperativa de San Justo ya habían mostrado, antes de la apertura de la instancia de mediación, disposición para analizar algún acuerdo con los inversores que les garantice reiniciar su actividad, para la que utilizan sólo parte de las instalaciones.
La citada cláusula de confidencialidad -básica para el éxito de una mediación, según remarcan los especialistas en el tema- impide también saber si las negociaciones van en ese rumbo, hacia un acuerdo basado en la convivencia en el predio, por lo menos por un tiempo, de la cooperativa y los inversores. Habrá que ver. Además, queda por saber qué actitud asumirá el juez Sodero si la instancia de mediación tiene resultado positivo. El Poder Judicial no está obligado a adaptar sus resoluciones a esos acuerdos, aunque bien podría decirse que esa actitud será justicia.
De síndico, Manuelito
“En este conflicto tengo una perlita para vos”, le acota al cronista el referente de empresas recuperadas que informa sobre la situación en San Justo. “¿Sabés quién es el síndico de la quiebra de la empresa? ¡Nuestro querídisimo Manuelito Usandizaga!”, exclama, canaya de corazón igual que su interlocutor. “Ojalá que los compañeros de San Justo no terminen en el descenso”, reflexionan los hinchas de Central, que no digieren aquellos tiempos en los que el hijo del ex intendente de Rosario, por entonces presidente del club de Arroyito, gestionaba los destinos de la institución.
Nota publicada en el último número del periódico El Eslabón.
