El jueves último, en la feria del Libro uruguaya de Maldonado, se presentó el libro “La filosofía popular y regeneradora del magnánimo José Artigas”, de Leonardo Rodríguez Maglio. Parece que entre las rendijas se cuelan voces y movidas de una región que no entrega su pasado y retoma las huellas de la identidad territorial.
Don Rodríguez Maglio, licenciado en Filosofía, vive en Piriápolis y seguramente sorprendió a sus profesores de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Universidad del Uruguay, cuando en su tesis final, más que a los griegos, apuntó a “Los valores en José Artigas”.
“El pensamiento de Artigas me impactó desde niño, desde la escuela, y me marcó para toda la vida. Luego, ya en la facultad, trabajé mi tesis sobre el tema”, explica a el eslabón desde aquellas orillas.
“Siempre me pareció que la síntesis de su ideario que nos enseñaban: Independencia, República y Federación, se quedaba muy corta. En los años 60 y 70 se incorporó el tema de la justicia social, con el estudio del Reglamento de Tierras. Pero yo sentía que todavía faltaba más. Luego de terminar la facultad, siempre quedé con ganas de retomar estos temas en una investigación rigurosa”, señala.
En tanto, indica que “la tapa del libro tiene la auténtica bandera. Es la que diseñó y ordenó levantar en las ciudades y pueblos que integraban la liga federal. Es la bandera de los pueblos libres».
El 10 de octubre presentó su libro en Montevideo, el 6 en Maldonado y el próximo 13 de enero de 2015, la cita será en el Hotel Argentino de Piriápolis, en conjunto con el documental «Buscando a Andresito», con la participación de su director, Camilo Gómez Montero, de la correntina Paye Cine.
Pensador popular
«Artigas es un pensador y un educador popular», sostiene. Desde su formación en Filosofía, el investigador indaga y analiza cartas de Don José y documentos históricos. Entonces, dice del prócer: “Aunque no hizo estudios curriculares, era un autodidacta genial, era una esponja que no desperdiciaba su tiempo cada vez que tenía oportunidad de conversar con alguien», sostiene, y advierte que “estaba al tanto de Aristóteles, Platón o Rousseau. Seleccionaba lo que leía o escuchaba con criterio propio y a partir de ahí elaboraba”. Agrega que Larrañaga (Dámaso Antonio, Montevideo 1771-1848), religioso, político y naturalista) lo define muy bien y dice que era “original en todo su respecto”.
Por otra parte, advierte que “una de las preocupaciones que se palpan en las discusiones políticas y cotidianas actuales es el estado de la educación. Y hablo de educación, no de capacitación. «Hay que educar en valores », es una frase con la que me encuentro reiteradamente en boca de algunos dialogantes, sean estos docentes curriculares o padres de familia. «¿Artigas hablaba de valores»? En mi libro (pag. 82), rescato una frase no muy conocida de él, en la que pregonaba: «enseñemos a los paisanos a ser virtuosos » (carta al Cabildo de Montevideo, 8/8/1815). ¿Tiene algo que ver esta frase con la educación en valores? ¿Nos puede orientar el pensamiento de José Artigas para mejorar la educación familiar y formal actual?”.
“Virtud y valor son conceptos diferentes, aunque ambos pertenecen a la esfera de la Ética. Virtud es más antiguo, ya se lo usaba en la filosofía clásica griega, lo usó Artigas, y está en nuestra Constitución. Valor (como concepto ético) es de aparición mucho más reciente en la Historia. Artigas no lo usaba, pero en la educación actual se lo utiliza mucho más que el concepto virtud. Es conveniente definirlos, para apreciar sus diferencias y sus conexiones”, explica.
Entonces, al ser consultado sobre cómo se articula esa filosofía popular de Artigas con el presente, Rodríguez Maglio señala: “Se vincula con el presente en dos niveles: como actividad de reflexión e investigación se articula en grupos de estudio como el nuestro, y en las diversas actividades de este tipo que sobre el artiguismo se realizan en la región y más allá de ella; y como producto de esa actividad. Se articula como ideas de orientación general para muchas organizaciones sociales y políticas y también de gran cantidad de personas en sus comportamientos cotidianos, aunque muchas veces no se tenga conciencia de eso”.
Provincias de la Patria Grande
Por otra parte, el autor remarca que “Artigas tenía un proyecto que él llamaba de Reforma de las Provincias Unidas, que era más grande que los actuales Uruguay y Argentina. La Patria, desde el punto de vista territorial, era la América del Sur toda, no sólo la hispana. Él hablaba de «nuestro continente entero»”.
Y sostiene que “aquellos que dicen que Artigas nunca quiso la existencia de un Uruguay independiente, se confunden en dos temas. Su Patria era América del Sur, toda, y su país era la Provincia Oriental. En cuanto a las Provincias Unidas del Río de la Plata, él las consideraba un proyecto regional a realizar según su Plan de Reforma, y un primer paso a dar en dirección a la unión (igualitaria, federal, y teniendo por base la libertad), de los países de toda América del Sur.
Menciona citas del prócer utilizadas en su libro: “Nuestro continente entero” (le llama a América del Sur, en carta a Elías Galván, 23/1/1812)”. En otra, dice: “Despliéguense las ideas que harán feliz a la América del Sud”. Carta al Cabildo de Santa Fe, 30/11/1818.
En ese marco, “invitaba a las provincias de la Liga Federal, en carta del 5 de marzo de 1817, a celebrar «el triunfo que han conseguido en Chile las armas de la Patria contra el poder de los tiranos». Él se consideraba un patriota sudamericano por nacimiento y destino”.
Por eso, el 16 de diciembre de 1811 afirmaba que los portugueses eran un “ejército que invade nuestro país”. Y, el 21 de mayo de 1819 afirmaba que “el gobierno de Buenos Aires y sus satélites han comprometido ese desgraciado país”.
Si alguna duda queda todavía, basta mirar este otro texto que dirige al Cabildo de Montevideo, el 3 de abril de 1815: “Luego que nuestra unión sea firmada con Buenos Aires y demás pueblos, regresaré pronto a mi país”.
Unión, no subordinación
Y aclara: “Tanto Artigas como el gobierno de Buenos Aires querían la unión, pero entonces, ¿por qué la guerra entre ellos? Porque la unión estaba subordinada, en ambas partes, a objetivos y sentidos de vida diferentes. Mientras Buenos Aires quería mantener para sí misma el dominio político y económico que había gozado bajo España, como capital del Virreinato, Artigas no admitía esto”.
El autor sostiene: “Artigas quería una firme Liga de amistad, en igualdad de dignidad, privilegios y derechos entre todas las provincias; que era decir –para él-, entre todos los países del Río de la Plata y de América del Sur. Daba prioridad, por encima de la unión, al concepto de que «los pueblos deben ser libres» (4 de abril de 1813), y eso se expresaba concretamente en que debían gobernarse por sí mismos. Lo mismo exigía también para los pueblos indios, pues era la forma que él entendía que podían disfrutar la felicidad práctica de ser libres”.
Y sintetiza Rodríguez Maglio: “Artigas quería, en primer lugar, que todos los pueblos que componían los diversos países de América del Sur fueran libres y se gobernaran por sí mismos (por lo tanto, también quería que su país -la Provincia Oriental- fuera libre, soberano e independiente); en segundo lugar, que se unieran en una misma Patria igualitaria mediante una gran Federación. Con aquellos que estuvieron de acuerdo en esto, se unió en la Liga Federal. Pero a aquellos que querían países subyugados a un tiránico poder central, fueran americanos o extranjeros, a esos les hizo la guerra”.
