Vehículos que se paran solos y no vuelven a arrancar si el que lo compró en cuotas se atrasó con el pago, gracias a un chip que tienen instalado. Y cuidado con los televisores inteligentes: tienen mecanismos de captación de datos (micrófonos, cámaras) y pueden ser buchones.
Como los pensadores venían avisando hace años, antes incluso de la existencia de Internet, la vieja sociedad de control se convertiría en la sociedad de la vigilancia. Y hoy la vigilancia forma parte de la vida cotidiana. En principio, está al servicio de la represión política, la injerencia imperialista, la criminalización de la protesta y la persecución de la disidencia. Pero también brinda grandes servicios a las empresas interesadas en ejercer control sobre sus clientes. Dos investigaciones recientes publicadas en medios de los Estados Unidos dan cuenta de cierta utilización de las tecnologías de control en tiempos de capitalismo financiero.
“Imaginen esta escena: Usted está viajando en auto, a mucha distancia de su casa, y frena, debido al tránsito. Pero cuando intenta arrancar, el auto se apaga. Hay nafta en el tanque y no hay problemas mecánicos. Usted se queda varado, lejos de casa, porque se atrasó unos días en el pago de las cuotas del auto y el acreedor no quiere dejar que siga manejando antes de que se ponga al día”, señala Cliff Weathers en su nota del sitio estadounidense Alternet, titulada “Lenders Can Now Disable Your Car When You’re Driving on the Freeway” (“Los acreedores pueden desactivar su auto mientras usted está manejando en una carretera”).
“Suena como parte de un futuro distópico”, señala Weathers, para enseguida aclarar que no lo es. “Está sucediendo hoy en buena parte del mundo automotor. Los vendedores de autos y los que otorgan créditos instalan mecanismos internos, guiados por GPS, que son capaces de detener los vehículos”, explica el autor de la nota, que menciona además que, según una investigación reciente del diario The New York Times, unos dos millones de autos tienen esos dispositivos en los Estados Unidos.
A los acreedores no les importa que el que maneje el auto vaya apurado, se dirija a trabajar, esté en una emergencia, o se encuentre en medio de la ruta, atravesando una zona inhóspita o insegura. La idea es cobrar o cobrar.
Televisores buchones
La segunda investigación se publicó en el sitio on line Salon, con el título “I’m Terrified of My New TV: Why I’m Scared to Turn This Thing on –and You’d Be, Too” (“Estoy aterrorizado con mi nuevo TV: ¿Por qué tengo miedo de encender esta cosa? Y porque usted debería tenerlo también”). El autor de la nota, Michael Price, advierte que los televisores inteligentes tienen la capacidad de captar una gran cantidad de datos del usuario, muy útiles para las empresas y para la policía.
“La cantidad de datos que esas cosas recogen es asombrosa. Registran dónde, cuándo, cómo y por cuánto tiempo se utiliza el aparato. Se establecen las cookies de rastreo y tienen mecanismos diseñados para detectar cuándo se ha visto un contenido particular o un mensaje de correo electrónico en particular”, señala Price.
“También cuentan con una cámara integrada, con reconocimiento facial. El propósito es proporcionar control de gestos para la TV, lo que permite iniciar la sesión en una cuenta personalizada con solo utilizar la cara”, señala el autor de la nota. “El lado negativo es que la conexión a Internet hace que toda la televisión sea vulnerable a los hackers, que han demostrado la capacidad de tomar el control completo de la máquina”, señala Price en su nota del sitio estadounidense Salon.
“Pero lo más preocupante es el micrófono. El televisor cuenta con una función de reconocimiento de voz que permite a los espectadores controlar la pantalla con los comandos de voz. Pero el servicio viene con una advertencia de mal agüero: Por favor, tenga en cuenta que si sus palabras habladas incluyen información confidencial, personal, o de otro tipo, esa información será uno de los datos capturados y transmitidos a un tercero», agrega el autor de la nota, que promete no decir jamás cosas personales frente al aparato.
