El secretario de Cultura municipal, Horacio Ríos. Foto: Javier García Alfaro.
El secretario de Cultura municipal, Horacio Ríos. Foto: Javier García Alfaro.

Horacio Ríos habló sobre los reclamos y quejas de los artistas, realizadores y titulares de bares y espacios culturales de Rosario. Defendió su gestión y admitió la necesidad de una nueva ordenanza que contemple una nueva situación.

En una entrevista que dio al eslabón, el secretario de Cultura de la Municipalidad, Horacio Rios, defendió su gestión, valoró la existencia de los espacios culturales emergentes y la necesidad de que se sancione una nueva ordenanza, aunque reconoció que no hay presentados proyectos del Ejecutivo ni de la bancada oficialista en el Concejo. También cuestionó algunas consignas del Festival No Autorizado: “No estoy de acuerdo con lo que dicen que el Estado quiere monopolizar la cultura, prohibir y censurar”.

Después de la amplia convocatoria que tuvo el Festival no Autorizado, realizado el 9 de noviembre, impulsado por el Colectivo Avispero y al que adhirieron decenas de artistas y emprendedores, el Complejo Cultural Gran Atlas difundió el martes pasado que sufrió inspecciones de personal municipal con policías y gendarmes y se sumó al reclamo de los espacios y bares culturales que denuncian sucesivas trabas burocráticas por parte de la Municipalidad que impiden el normal funcionamiento de los mismos. Incluso, en los últimos días también trascendió que es inminente el cierre definitivo del bar Bienvenida Cassandra.“Es difícil continuar con la cantidad de multas que recibimos”, dijeron las responsables del lugar.

La piedra angular del conflicto es la ordenanza 7.218, que si bien fue modificada en el tiempo, data de 1972. Todas las partes coinciden en algo: la ordenanza está caduca. Lo cierto es que hasta que se sancione una nueva, la movida cultural en Rosario crece, se expande y se fortalece al tiempo que los espacios habilitados se reducen. Para el “mientras tanto”, la Secretaría de Cultura informó que está en vigencia el decreto que “flexibiliza” un artículo de la norma, que establece las condiciones en que debe desarrollarse la actividad de los locales que pertenecen al rubro “no bailable” con “amenización musical”.

Este decreto surgió de reuniones entre funcionarios municipales de las secretarías de Control y Convivencia, Cultura y Gobierno, en las que también participaron representantes de la agrupación Espacios Culturales Unidos de Rosario (Ecur). Para la agrupación, el decreto “no cumple con las expectativas”, porque “no se ha comprendido el planteo de fondo”. También acusaron la iniciativa como “unilateral” y sostuvieron que “clausura el debate”. Dicha resolución fue anunciada los primeros días de septiembre. Sin embargo, desde Ecur dijeron que habiendo pasado más de dos meses, el decreto no fue aplicado.

“El decreto se reglamentó y tenemos un tiempo de comunicación antes de aplicarlo estrictamente. Parte de la reglamentación tiene que ver con que ellos se inscriban en un registro, pero nosotros tenemos la responsabilidad de publicarlo. El objetivo era transitar hacia una ordenanza que está faltando y que nosotros también la estamos reclamando, no solamente lo privado”, dijo a este periódico el secretario de Cultura de la Municipalidad, Horacio Ríos.

“Desde el Estado también queremos que haya una ordenanza que contemple el mapa actual de la actividad cultural emergente, que es muy grande y muy activa y que tiene la posibilidad y el derecho de ganarse la vida con la actuación, del rubro que sea. Y que da un mapa muy distinto al que habia hace un tiempo”, aseguró Ríos.

Al ser consultado sobre la aplicación de dicha resolución, el funcionario explicó que aún no se ha resuelto. “Cómo va a funcionar eso en lo fino lo estamos viendo. Qué les vamos pedir, qué les vamos a hacer poner en el local. Estamos viendo cómo lo aplicamos, pero nosotros tenemos que resolverlo ya”, admitió el secretario de Cultura, apurado por la demanda generalizada de una solución, aunque sea parcial y temporaria.

Luego, el funcionario insistió: “Nosotros nos involucramos porque entendemos que hay cosas que rayan lo irreal de la ordenanza y que podemos ayudar. Hace 10 años había dos peñas folclóricas, tres talleres y dos bares, ahora son 40. Hay que ir lo rápido que va esto, y por eso es necesaria una ordenanza y entiendo a los chicos. Por eso hicimos una reunión de Gobierno, Control, Inspección y Cultura, hasta que la ordenanza definitiva encuentre esa herramienta”.

—Si desde el municipio reconocen la necesidad de una nueva ordenanza: ¿El Ejecutivo o el bloque oficialista, presentaron algún proyecto que reconozca el mapa actual de la actividad cultural?
—No. Ese borrador, esos cambios (a la ordenanza actual a través del decreto) nosotros se lo pasamos al Concejo. Ahí nos dijeron que nos iban a invitar a nosotros y a los bares, pero invitaron a otro tipo de locales, como boliches y discotecas. A mi no me llamaron nunca. Nosotros presentamos el decreto a modo de plataforma para una nueva ordenanza.

—La crítica de Ecur es que ese decreto no cambia la situación si se sigue simplificando en las categorías de bailable y no bailable.
—Sí, la definición de los rubros es clave para ellos. Nosotros pretendíamos que esto fuera una herramienta para flexibilizar esta ordenanza, pero no podíamos hacer un decreto para modificar la ordenanza contradiciendo o violando lo que la propia ordenanza dice, no sería legal.

—¿Tienen diálogo con los concejales desde la Secretaría?
—Nosotros sí hablamos con los concejales a los que tenemos acceso, incluso con los que no son oficialistas, también tenemos muy buena relación con los concejales de otros partidos y hemos hablado y les dijimos que tenemos que encontrar en habilitaciones un rubro que flexibilice la participación de los artistas. Después hay planteos de concejales que exceden a mi competencia, como es el registro de oposición. La figura del vecino hace 20 años no la hubiésemos pensado así, y se corresponde por ejemplo a la figura del fumador afuera. Antes le prohibimos fumar adentro ¿Le vas a prohibir fumar afuera también? La evolución que hubo hace que un bar que ya tiene resuelta la sonorización, reciba denuncia porque la gente sale a fumar a la puerta. ¿Cómo hacemos? El bar hace un esfuerzo gigante para cumplir con lo que se le exige, pone aislante acústico, baja las decibeles, incluso respeta la ordenanza que prohíbe fumar. ¿Qué hacen 20 o 30 tipos a las 3 de la mañana? Salen a fumar a la puerta.

—¿Qué lectura hacen desde Cultura sobre el Festival No Autorizado?
—Cuando fue el Festival No Autorizado, la consigna era que nosotros no aceptamos ninguna oferta cultural que no sea la del Estado, y yo no estoy de acuerdo para nada con eso. Por ejemplo, Farolitos, el Bodegón de Pocho, los chicos del Club Federal, nos piden una mano o no, a veces sólo piden una habilitación común, pero hacen sus actividades. Nosotros los estamos ayudando, (al Club Federal) lo vamos a acompañar por los ataques que recibieron y no por eso es una actividad del Estado, es una actividad de ellos. Además, por dar otro ejemplo, el Cobai (Coreógrafos, Bailarines e Investigadores Independientes) estaba adhiriendo al Festival no Autorizado y también hacen un festival con nosotros. Yo no juzgo a nadie, todos tienen el derecho de protestar y de ser parte de una consigna tan importante como es la de “abramos la cultura para todos”. Yo estoy de acuerdo. Ahora, que digan que el Estado quiera ser el único gestor cultural y que prohíba y censure al resto, yo en lo particular y desde mi Secretaria, no estoy de acuerdo y no lo veo así.

—El planteo general de los espacios es que en esta gestión predomina más la línea de control que la de promoción de la cultura. También denunciaron en muchos casos arbitrariedad en el área de Pablo Seghezzo. ¿Vos hacés alguna crítica a la Secretaría de Control y Convivencia Ciudadana?
—Yo a Control no le hago ninguna crítica. Además, cuando hay reunión del Ejecutivo nos juntamos todos con ellos. Incluso, cuando nos involucramos con el tema hicimos una reunión, los invitamos y vinieron. Nos sentamos Gobierno, Control, Inspección y Cultura junto con el Ecur, hasta que la ordenanza definitiva encuentre esa herramienta. Ahí los chicos pudieron plantear sus críticas y el jefe de Inspección los escuchó y puso sus argumentos. Pero todos somos responsables, no hay un culpable. Hay cosas que son innegociables para nosotros, que son las condiciones de seguridad mínimas, el factor ocupacional, material ignífugo, salidas de emergencia. Si tenés 200 personas y una puerta, bueno, por esa puerta no salen todos, no te enojés, es la realidad. Hay un control que es necesario y que se debe dar en el marco de que nos respetemos todos, por eso también Seghezzo se sentó en esa mesa de diálogo.

“En 21 años que estoy, acá nunca existió censura”

“Nosotros fomentamos la actividad cultural, tenemos permisos para actuar en calle cuando en otras ciudades del mundo, o de Latinoamérica, no lo tienen”, dijo Horacio Ríos. Y pasó lista sobre todos los emprendimientos de la Municipalidad en materia de Cultura: “Tenemos escuelas de artes urbanas, de danza, de teatro; hay 24 bibliotecas populares, algunas tienen cine club. Ahora vamos a generar un padrón único de artistas para que nadie crea que para llegar a la Secretaría tiene que tener un representante o un mediador. También tenemos un cronograma del circuito independiente de teatro, de títeres en las plazas; y los concurso de bandas son abiertos”, reivindicó el secretario.

Por último, Ríos dijo: “Yo hace 21 años que estoy acá adentro y nunca existió censura. Nunca le pregunté a nadie, ni arriba de un escenario, ni abajo, ni en una cooperativa ni en una reunion, de qué partido es, ni qué piensa del Estado, ni qué piensa de mi gestión. Me parece que vamos a crecer el día que aceptemos el debate, nos pongamos de acuerdo o no, porque la oposición por la oposición no tiene sentido”, opinó el funcionario y añadió:”No tengo dudas de que soy un funcionario político de una gestión política, pero quiero encontrar una solución”.

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