Cristina y demás mandatarios junto a Néstor. | Foto: Facebook de la Presidenta
Cristina y demás mandatarios junto a Néstor. | Foto: Facebook de la Presidenta

Cristina Fernández de Kirchner sostuvo que los cimientos de la nueva sede de la Unasur ubicada en San Antonio de Pichincha, más conocida como Ciudad de la Mitad del Mundo (Ecuador), que se inauguró con el nombre de Néstor Kirchner, son «sólidos porque están construidos desde la historia, la convicción de paz y la unidad».

«Hemos podido superar difíciles momentos en la unidad, en la discusión y la diversidad; y los cimientos de este edificio no sólo son sólidos por el hormigón, el cemento y los ladrillos, sino porque están construidos desde la historia, la convicción de paz, unidad y diversidad», declaró Cristina en Ecuador este viernes.

La Presidenta lo expresó al hablar en el acto de inauguración de la nueva sede de la Unasur, en presencia de los mandatarios de los países miembros, y reivindicó los logros del organismo regional en defensa de la paz en Sudamérica.

Al descubrir la estatua que recuerda al ex presidente argentino y primer secretario general del organismo, la Presidenta aseguró que la unidad regional es «es una construcción del día a día, del año a año, y golpe a golpe históricos» y agradeció a los jóvenes provenientes de los distintos países que integran Unasur, al destacar que este edificio los tiene «como destinatarios» porque «se han incorporado a la actividad política».

«Esto no era así años o décadas pasadas», recordó y remarcó que en otras épocas algunos «partidos políticos permanecieron proscriptos durante años sin poder participar de elecciones democráticas, y hasta se prohibió en mi país pronunciar nombres», como el del ex presidente Juan Domingo Perón.

Agregó además que «miles de americanos desaparecieron durante las dictaduras» y que «es precisamente en memoria de todos ellos que esta generación que hoy se incorpora a la política lo hace desde la democracia y desde la paz como dos valores fundantes».

«Por eso digo que este edificio -prosiguió- representa algo más que la Unasur: representa la historia sufriente de nuestros pueblos, desde la misma fundación hace ya 200 años, y de esta segunda batalla que estamos dando en este siglo XXI, que es la reindependencia económica y la reconstrucción cultural de nuestras naciones».

Hoy, “el ordenamiento político, económico y social de América del Sur lo decidimos los gobernantes elegidos por mandato popular de nuestros pueblos”, destacó Cristina.

Al referirse a la estatua, la mandataria recordó el acto que el santacruceño encabezó junto a los mandatarios Luiz Inacio “Lula” Da Silva (Brasil) y Hugo Chávez (Venezuela) en la Cumbre de Mar de Plata en la que se rechazó a la Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) y lo “Quizás eso no nos perdonan, pero preferimos que nos recuerden nuestros pueblos y no que nos perdonen la vida desde otras latitudes”, enfatizó.

Finalmente sostuvo que «la democracia no vale si no lo ejercemos con las profundas convicciones de mejorar la calidad de vida de los pueblos» y destacó que «igualdad no es una palabra que se canta solo en los himnos, sino que debe ser una realidad de nuestros pueblos».

La sede de la Unasur «Néstor Kirchner» quedó inaugurada, con el tradicional corte de cinta a cargo de obreros, niños y migrantes, en una ceremonia de la que encabezó el presidente de Ecuador, Rafael Correa.

Acompañaron la inauguración, además de Cristina, el secretario general del organismo, Ernesto Samper, y los presidentes miembros de Unasur Dilma Ruosseff (Brasil), Juan  Manuel Santos (Colombia), Evo  Morales (Bolivia), Nicolás Maduro (Venezuela) Desaire Bouterse (Surinam), Donald Ramotar (Guyana) y Horacio Cartés  (Paraguay).

La flamante sede se erige con su majestuosa y moderna arquitectura en la ciudad de la Mitad del Mundo como un símbolo de la integración suramericana y cuenta con veinte mil metros cuadrados construidos, tecnología inteligente, explanadas, espejos de agua, plazas y jardines.

La decisión de que la sede tome el nombre de Kirchner fue tomada un año exacto después de su muerte, (el 27 de octubre de 2010) durante la IV Reunión Ordinaria del Consejo de Jefas y Jefas de Estado y de Gobierno de Unasur, celebrada en Georgetown, Guyana, a propuesta del presidente de Ecuador, Rafael Correa.

La determinación fue titulada «Decisión en Homenaje al doctor Néstor Kirchner, Secretario General de Unasur» y dispuso «Rendir tributo a la memoria del doctor Néstor Kirchner, ciudadano preclaro suramericano, quien ejerció el cargo de Secretario General de Unasur hasta el momento de su fallecimiento acaecido en Calafate, República Argentina, el 27 de octubre de 2010 y nominar la sede de Unasur en Quito, Néstor Kirchner, en «homenaje a su personalidad e intelecto y como reconocimiento a su lucha incansable por el bienestar y el progreso, no sólo de la Nación argentina sino de la región suramericana».

La sede de Unasur está situada en la colonial y turística ciudad de San Antonio de Pichincha, más conocida como Ciudad de la Mitad del Mundo, ubicada a unos 13 kilómetros de Quito y denominada así por ser el punto más alto por donde pasa la línea del Ecuador, que divide el planeta en los hemisferios Norte y Sur.

Con fachadas en las que predomina el metal, el hormigón armado y el vidrio, la construcción, diseñada por el arquitecto Diego Guayasamín (sobrino del artista plástico ecuatoriano Oswaldo Guayasamín), se eleva sobre un tronco principal de 1.500 metros cuadrados, sobre los que se asientan dos grandes brazos en un esquema que pretende ser la armadura de mayor volado en América del Sur.

El complejo de unos 20 mil metros cuadrados de construcción, cuenta con cinco plantas donde funcionarán las oficinas de las representaciones de los países miembros, además de salones para reuniones, sala para muestras artísticas, un centro de convenciones, un sector para la prensa, auditorios, estacionamientos y áreas técnicas.

En el ingreso principal del edificio se ubica un monumento, donde se puede ver a Néstor sonriente, con la mano izquierda en alto y su saco abierto, y es similar a la que se encuentra en su ciudad natal Río Gallegos, creada también por el artista Omar Villalba.

Además, dos grandes figuras de la cultura latinoamericana son cobijados en la nueva sede: la Sala de Presidentes, cuenta con un mural de Oswaldo Guayasamín (1919-1999), mientras la biblioteca lleva el nombre del fallecido escritor colombiano y premio Nobel de Literatura, Gabriel García Márquez.

El mural la Serie las manos», pertenece a la obra pictórica La edad de la ira, una de las más representativas de Guayasamín, declarado pintor de Iberoamérica en 1999.

El edificio, cuya construcción demandó una inversión por parte del estado ecuatoriano de 43 millones de dólares, está abrazado por amplias explanadas, espejos de agua y jardines y cuenta con tres imponentes «volados» de 50, 38 y 8 metros de longitud, que sobresalen del cuerpo central, sostenidos por un sofisticado sistema de anclajes y tensores.

La sede posee un equipamiento de alta tecnología que incluye sistemas de protección de datos, cámaras robóticas, pantallas retráctiles y dos pantallas gigantes en los muros de la sala de presidentes, además de helipuerto, sistemas automáticos de seguridad y control, de eficiencia sensitiva contra incendios y de reutilización de agua.

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