Foto: Manuel Costa.
Foto: Manuel Costa.

A 13 años del estallido de las políticas centrales del modelo neoliberal, tras el cual salió eyectado del sillón de Rivadavia Fernando de la Rúa – y que dejó como saldo fatal la cifra de cuarenta muertos–, en Rosario recordaron frente a los tribunales provinciales a los nueve caídos por las “balas de la Policía de Carlos Reutemann”. Con una bicileteada que salió de diferentes puntos de la ciudad, y un acto que tuvo como protagonistas a los familiares de las víctimas de la represión desatada los días 19, 20 y 21 de diciembre de 2001, “el reclamo sigue siendo el mismo: justicia”, remarcó Celeste, la hermana de Claudio Pocho Lepratti, el joven militante del cristianismo de base asesinado en el techo de una escuela del barrio Las Flores.

El mediodía de este viernes 19 de diciembre, como en una especie de deja vú, la escena montada frente a los tribunales federales de Rosario parecía calcada de la que se vivió el año pasado. Los familiares de los caídos en la brutal represión, acompañados por algunas organizaciones sociales volvieron a denunciar a la Justicia santafesina “su complicidad con la impunidad”, la “ausencia de policías presos” y “la falta de compromiso de los estados, municipal, provincial y nacional” para que las causas avancen.

En la actividad se leyó un documento redactado por un espacio multisectorial, en el que se expresaron una larga lista de consignas en las que se definió qué representa diciembre de 2001.

El texto denunció la impunidad en la mayoría de las casos judiciales en las que se investigó la represión en todo el país, la necesidad de resolver las causas de fondo que generaron el estallido y la protesta masiva, y también se reivindicó las “nuevas formas” y “experiencias políticas” surgidas en aquel contexto.

Además, se refirió a la actualidad de la violencia sufrida en los principales barrios populares de la ciudad, se celebró el fallo condenatorio por el triple crimen de Villa Moreno y se exigió a la Justicia provincial que siga ese mismo camino “en todos los casos de asesinatos a pibes pobres que no tienen justicia”.

Hubo un apartado del documento que se refirió a David Moreira, el pibe linchado en barrio Azcuénaga y al caso de Franco Casco, el joven que fue visto por últimas vez con vida en la comisaría 7ª, que estuvo desaparecido y luego su cadáver apareció flotando en el río Paraná.

La denuncia hacia la violencia institucional, que tiene como protagonistas a la Policía provincial, también alcanzó a las fuerzas federales, que según los manifestantes “ocupan militarmente el territorio”.

La palabra de los familiares

Tras la lectura del documento comenzaron a hablar algunos de los familiares de las víctimas. Una de las más elocuentes oradoras, fue Sara, hermana de Walter Campos, uno de los jóvenes asesinados en la represión desplegada en Rosario.

La joven denunció la falta de justicia por la muerte de su hermano y la participación de la comisaría 21 en el asesinato.

Sara convocó a seguir peleando para que no haya más crímenes de la Policía contra los pibes de los barrios, y provocó un fuerte aplauso de la “platea” improvisada en las escaleras del tribunal, al mencionar a Michel Campero, un caso de gatillo fácil ocurrido en enero de este año por el cual su familia se había sumado al acto.

La actividad fue cerrada por Celeste Lepratti, quien se quejó de que “a 13 años de la masacre, el reclamo siga siendo el mismo: justicia”.

La hermana de Pocho se refirió a las nueve personas “compañeros y compañeras a quienes les robaron sus vidas” en la provincia y subrayó el hecho de que “Santa Fe logró en 2001 el triste récord de tener el número más alto de muertes por cantidad de habitantes”.

“Los que no actúan son cómplices de la impunidad”, señaló Lepratti y luego recordó a varios familiares de las víctimas que murieron en los últimos años sin que las investigaciones avancen. “Doris, Gregoria, mi viejo, la mamá de Rubén Pereyra, Juan Delgado, entre otros, se han ido muriendo sin justicia, nos dicen que por diferentes enfermedades, pero nosotros sabemos que su corazones no resistieron a tanta impunidad”, planteó Celeste.

La hermana de Pocho afirmó que todos los niveles del Estado “están en deuda” con las víctimas del 19 y 20 de diciembre y señaló en repetidas oportunidades al ex gobernador Carlos Reutemann como el principal responsable político de los asesinados en Santa Fe. “Debería estar preso”, apuntó.

Sin esperanza en “estos jueces provinciales”, Celeste consideró que “la verdadera justicia la tenemos que construir desde abajo, todos los días”.

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Un comentario

  1. Beatriz Piedrabuena

    20/12/2014 en 21:22

    Triste diciembre éste, a 13 años aún campea la impunidad.

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