Foto: Télam
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Tras la muerte de Nisman, el gobierno nacional está sufriendo un embate que parece empardar aquel del año 2008 por las retenciones “al campo”. Es lógico. Lo que pasó ofrece un teatro de operaciones ideal, incluso más favorable que el de aquellla asonada gauchesca, para quienes quieren destruir al kirchnerismo desde sus inicios.

Vale analizar en este marco las reacciones del Estado nacional y su conductora. Todo lo que haga o no haga y diga o no diga Cristina será usado en su contra por quienes quieren derribarla desde mucho antes de la muerte de Nisman y del conflicto del campo.

Si en lugar de haber ido al departamento de Nisman no hubiera ido, el secretario de Seguridad de la Nación, Sergio Berni, hubiera sido igualmente criticado y salpicado por sospechas de encubrir o manipular lo que realmente pasó.

Si la presidenta hubiera elegido una vía distinta a Facebook para decir lo que dijo, hubiera sido igualmente acusada por los editorialistas opositores de pretender echar la culpa al propio Nisman de lo que le pasó.

¿Qué podría haber dicho o hecho Cristina para evitar la ferocidad que retomó la permanente campaña en su contra después del desgraciado episodio que interpela a la democracia argentina, a su vocación de hacerse cada vez más participativa, menos condicionada por los poderes económicos y las potencias occidentales y sus personeros, espías y asesinos locales?

Falta menos de un año para las elecciones, el mejor modo de expresarse sobre su vida en común que mayoritariamente sostienen los argentinos. Faltan apenas unos meses para que todos y todas podamos volver a votar. Pero lamentablemente, el trágico final de Alberto Nisman y la persistencia del arco opositor antidemocrático hacen que parezca que falta un siglo. La muerte del fiscal resucitó al golpismo más extremo del país. Los defensores de la democracia tendrán que estar muy atentos para garantizar su sobrevivencia.

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6 Lectores

  1. ruben svatetz

    20/01/2015 en 15:23

    Lamentablemente, si bien es cierto que no se pueden abrir tantos frentes de enemigos, si el Kirchnerismo quería llegar al fondo de las investigaciones es incomprensible que no se desmantelara desde el inicio el aparato de inteligencia del estado donde siempre anidaron los buitres golpistas de todos los tiempos, algunos de ellos con inicios en los años de dictadura, estas son las consecuencias, el pueblo siempre tiene que estar más informado y a resguardo por conocimiento de «las operaciones» que pueden torcer su voluntad.

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  2. Ana María Sardisco

    20/01/2015 en 15:34

    Berni no tenía que entrar antes que los funcionarios judiciales. No se trata de que me guste o no.
    ES UNA GRAVE IRREGULARIDAD.

    Responder

  3. homero

    21/01/2015 en 13:31

    Manolo; te fuiste al carajo, comparar el problema del campo ( que fue un problema de plata), con la muerte (dudosa) de un fiscal de la nacion q estaba al frente de la causa AMIA y cuyo deceso se produce el dia anterior a declarar en el congreso sobre una acusacion gravisima ( sea real o no ),formulada contra la presidenta, el canciller y otros, es por lo menos una tremenda pelotudez y muestra una ceguera de tu parte que es alarmante y preocupante.

    Responder

  4. homero

    21/01/2015 en 13:34

    Otro tema es el de Berni: no podia entrar antes de los funcionarios judiciales. Se mandomla misma cagada que los funcionarios de Sta Fe con la computadora de Medina. Defenderlo es imposible.

    Responder

    • manolo robles

      22/01/2015 en 12:44

      Estimado Homero: si releés la nota creo que podrás apreciar que yo no comparo los hechos, si no los escenarios políticos. No digo que el conflicto del campo haya sido lo mismo que la muerte de Nisman, si no que los escenarios políticos que generan esos hechos, distintos entre sí, son por lo menos parecidos, sobre todo en lo que tiene que ver con el resurgimiento de actitudes que, humildemente, considero golpistas.

      Responder

    • manolo robles

      22/01/2015 en 12:48

      En cuanto a esto de Berni, la verdad que no estuve en la torre Le Parc como para poder afirmar que entró antes o después que la Justicia. Lo escuché a él decir que llegó casi al mismo tiempo que un juez. Puede ser cierto o no, no me atrevo a aseverar al respecto. Pero lo que haya hecho o dejado de hacer Berni difícilmente cambie mi opinión respecto de la situación que estamos viviendo en estas horas, de la reactivación de las prácticas golpistas de ciertos sectores del antikirchnerismo.

      Responder

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