A once años del crimen de Sandra Cabrera, la Asociación de Mujeres Meretrices de la Argentina (Ammar) realizó un acto en la esquina de Santa Fe e Iriondo, donde se colocó una placa que recuerda a la dirigente gremial.
A pesar que el olvido tuvo como cómplice a la temperatura, casi cuarenta grados de sensación térmica, no logró evitar que compañeras de trabajo y militancia, amigas y dirigentes gremiales recordaran a Sandra Cabrera al cumplirse once años de su asesinato.
La titular de Ammar de la ciudad de Buenos Aires, Georgina Orellano, junto con el secretario de Derechos Humanos de la CTA, Victorio Paulón y compañeras de Sandra colocaron en la esquina de Santa Fe e Iriondo, a escasos metros del lugar donde hallaron a la trabajadora sexual el 27 de enero de 2004, una placa que recuerda el crimen aún impune.
Orellano pidió justicia por la dirigente asesinada, y que se reabra la causa por la cual no hay ningún detenido. Además, afirmó que «Sandra Cabrera hoy es un ejemplo de lucha».
La meretriz contó que están luchando para volver a formar en la ciudad la asociación de trabajadoras sexuales, pero que «es muy difícil debido a que las compañeras tienen miedo» por la inseguridad que hay en Rosario.
En ese mismo sentido afirmó que la situación que denunciaba Sandra Cabrera hace once años no ha cambiado y que las trabajadoras continúan siendo estafadas y golpeadas.
Por su parte Victorio Paulón también recordó la fuerza para luchar, para no bajar los brazos por Sandra Cabrera, además de sumarse al reclamo de justicia. También participó del acto la directora del film Sexo, dignidad y muerte, Lucrecia Mastrángelo.
