En su mejor producción en lo que va del torneo, Newell’s cerró la 8ª fecha superando 2 a 0 a Unión. Figueroa y Mateo marcaron los goles y fueron los puntos más altos de la noche en el Coloso.
La jornada que vivió el equipo del Tolo Gallego en el Parque Independencia fue todo color de rosas. Porque no sólo vuelve a sumar de a tres tras una pálida actuación en Córdoba, sino que además jugó un excelente partido y le puso fin al invicto del conjunto santafesino, que acumulaba 18 fechas sin caer.
El encuentro siempre le fue favorable al dueño de casa, que controló a su merced el dominio de la pelota e hizo de Oscar Ustari un espectador de lujo. A los 8′, un centro de Milton Casco encontró la cabeza de Víctor Figueroa y de arranque el rojinegro comenzaba a regalarle un gran espectáculo a su gente.
Minutos más tarde en una jugada similar, Maxi Rodríguez se encaminaba a ampliar el marcador, pero la mano del defensor Marcelo Cardozo evitó la caída en su arco y como no fue observado ni por el árbitro Mauro Vigliano ni por sus colaboradores, el juego continuó ante la protesta de todo el Marcelo Bielsa. De todas maneras, en esa misma jugada existió una posición adelantada del Negro Figueroa que también había sido ignorada por el línea.
Antes, un error en la salida del arquero leproso le posibilitó al conjunto dirigido por Leonardo Madelón el único remate con peligro. Diego Villar quiso aprovechar con un fuerte disparo de larga distancia el mal saque de Ustari, quien pudo redimirse del fallo y desvió la pelota al córner.
El local seguía jugando mejor y exigiendo cada vez más a Nereo Fernández, quien a la media hora de juego sufrió otro cabezazo en el área -ahora de Diego Mateo- y volvió a sacar la pelota de adentro del su arco.
En el segundo tiempo sólo se observó una mayor superioridad de Newell’s, que con el Zapo y Ezequiel Ponce generó a las mejores ocasiones. Por su parte, Unión lejos de reaccionar se vio obligado a retrasar sus líneas y a apostar al contraataque.
Un remate de Figueroa al palo tras una gran jugada individual, y una bicicleta del juvenil delantero vendido a la Roma que le permitió sacarse su marca de encima, fueron las dos jugadas que pudieron coronar una noche en la que el desempeño de la Lepra rozó la perfección.
Américo Gallego solamente debió lamentar las lesiones de la Fiera, que fue reemplazado en la primera parte por Mauricio Tevez; y de Víctor López, quien tuvo que dejar el campo de juego en el inicio del complemento permitiendo el ingreso de Sebastián Martínez. Todo lo demás fue alegría y satisfacción.
