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El rosarino pentacampeón mundial de Taekwondo, que se prepara para combatir por última vez en un torneo ecuménico, confiesa que es hora de disfrutar los triunfos de sus alumnos.

Ariel nació en Rosario y a los doce años se enamoró de las artes marciales. Hoy, con 40 pirulos y varios títulos internacionales en el lomo, se encuentra radicado en Santa Rosa de Calamuchita donde dirige una escuela en la que practica la docencia y se da el gusto de seguir tirando patadas.

“Al Taekwondo (TKD) lo descubrí medio de casualidad porque mis viejos buscaban actividades para llevarme, ya que en ese momento tenía problemas de peso y estaba excedido, y un verano –cuando tenía doce años– llegué al TKD y me quedé para siempre”, confiesa de arranque Alemanno, y repasa: “Empecé con Miguel Nasini, que tenía una escuelita en Catamarca y Dorrego; luego entrené más de 20 años con Ebel Barat; y ahora estoy trabajando con Ricardo Rieiro y el maestro Pablo Trajtenberg, que es además el presidente de la Federación Internacional (ITF)”.

La escuela TOP (Taekwondo Organización de Practicantes), tiene su sede central en el Valle de Calamuchita –lugar en el que Alemanno decidió echar raíces para “vivir de otro modo, en un lugar más tranquilo y de gran belleza natural”, según él mismo se encarga de aclarar– y tiene subsedes en esa región cordobesa, en Rosario y en San Nicolás. “Hace 28 años que arranqué en esto y por suerte pude terminar dedicándome de manera profesional, porque en el TKD sólo al 0,01 por ciento le pagan por pelear; el profesionalismo en las artes marciales pasa por dar clases, enseñar, tener escuelas y alumnos”, remarca, y admite: “Ahora estoy casi de regalo, más afuera que adentro de lo que es la competencia en sí. Me voy a dar el último gusto en estos torneos que vienen, porque me siento bien físicamente pese a que tengo una edad en la que la mayoría ya se retiró hace 7 u 8 años, pero voy a disfrutar más que nada de lo que puedan lograr mis alumnos. Todo lo que podría haber hecho a nivel personal lo pude hacer y gracias a Dios se me dieron muy bien los resultados, así que estoy hecho”.

Dale campeón

El Taekwondo (o Taekwon-Do) es una versión de combate sin armas cuyo significado etimológico es: Tae, acción de pie; Kwon, acción de mano: y Do, camino o arte. Fue desarrollado por el General Choi Hong Hi, alrededor de 1945, y el 11 de abril de 1955 fue adoptado por Corea como Arte Marcial nacional. Definido como “el uso científico del cuerpo humano en el método de la autodefensa”; en 1988 fue introducido como “deporte de demostración” en los Juegos Olímpicos que en ese año se llevaron a cabo justamente en Seúl (Corea del Sur), y se terminó de transformar en deporte olímpico en Sidney 2000.

Y la primera gran alegría que se dio Alemanno en el deporte que abrazó desde pibe, fue durante los Juegos Panamericanos que en 1996 se desarrollaron en Canadá. “Salí sub campeón en la especialidad «formas» de segundo dan”, rememora Ariel, y agrega: “Fue la primera vez que me pude subir a un podio internacional y es algo inolvidable. Y después creo que tengo 46 torneos internacionales «con podio» a lo largo de estas casi tres décadas de carrera”. Y es así nomás, el tipo se colgó medallas en todos los certámenes internacionales de los que participó, y en cinco de esas oportunidades las preseas fueron de oro y en campeonatos mundiales: Argentina 1999 (Buenos Aires, Rosario y Mar del Plata); Corea del Sur 2004 (Daejon); Inglaterra 2007 (Birmingham); Corea del Sur 2010 (Chengju) y Canadá 2012 (Ottawa).

“Algunas conquistas fueron individuales y otras como parte de la selección nacional”, aclara Alemanno, y explica: “Se compite individualmente –tanto sea en la parte de formas, por la categoría que vos tenés; y en la parte de lucha, por lo que vos pesás–; y por equipo, donde cada selección presenta cinco integrantes para luchar y otros tantos para hacer forma. Y aparte están los representantes individuales de cada país, para lo cual necesitas una clasificación previa en cada una de las categorías”.

Último round

En el horizonte cercano, Ariel tiene una mini gira por Italia que puede significar por un lado su retiro como competidor, después de años de fructífera carrera, y por el otro el puntapié inicial de su dedicación exclusiva a la performance de aquellos a quienes les brindó sus conocimientos. “Se vienen una serie de torneos lindos. Primero voy como coach al campeonato mundial de TKD de la ITF, al que clasificaron 3 alumnos míos, dos de los cuales están dentro de la selección argentina (uno juvenil y uno adulto), y que se va a disputar en Jesolo, cerca de Venecia, entre el 27 y el 31 mayo. Y la semana siguiente vamos a la Copa del Mundo Wako, en Rimini, donde voy a combatir como parte de un equipo de 5 integrantes”, repasa el rosarino, y grafica: “Wako (World Association of Kickboxing Organizations), es la organización más importante en el mundo del kick boxing, ya que nuclea a 196 países y está dentro del Comité Olímpico Internacional; y tiene seis tipos de modalidades de combate distintas: Semi Contact; Light Contact, que es muy parecido al TKD; Full Contact, similar al anterior pero sobre el ring; Low Kick, que vendría a ser el Kick Boxing y en el que valen las patadas a las piernas; K1 rules; y Formas Musicales”.

Antes de despedirse, Ariel vuelve a remarcar que no tiene “demasiadas expectativas” puestas en su rendimiento personal en tierras italianas pero que sí va a “disfrutar” de lo que puedan lograr sus alumnos, en los que asegura tener una “fe ciega”.

Vamos los pibes

Alemanno se enorgullece cuando habla de sus alumnos, con quienes construyó un vínculo que va más allá de corregir la postura a la hora de tirar una patada o una posición de defensa. “Tengo un alumno que ya fue dos veces campeón mundial, Sebastián Luraschi, un rosarino peso pesado de 27 años que forma parte de la selección nacional. Tengo a otro en la juvenil, Martín Navas, que está dando sus primeros pasos en el plano internacional después de haber ganado un Panamericano y realmente está muy sólido y da para ilusionarse con una buena actuación suya. Y también está Emilio Lotuf, un excelente especialista en lucha que clasificó en formas, donde también tiene un nivel altísimo. En total, en la escuela TOP entrenan unos 300 practicantes y tengo unos 25 competidores «cinturón negro» que son de «elite». Están siempre en los primeros puestos y pelean lugar en los podios afuera”, enumera agrandado el profe, y concluye: “La docencia es apasionante, y ver que el laburo y el acompañamiento de tanto tiempo da sus frutos es algo espectacular y para disfrutar”.

Nota publicada en la edición 197 del periódico el eslabón

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Un comentario

  1. marta rios

    27/05/2015 en 20:15

    con perseverancia , diciplina, constancia,respeto y amor al deporte mi querido sobrino ha llegado donde esta trabajando con esmero para que sus discipulos sigan su camino , te admiro y respeto y reconozco que hubo dos personas que siempre te apoyaron y confiaron en vos tus maravillosos padres, hoy soy yo quien se emociona y te desea una bella vida exitos como hasta ahora te quiero …tu tia marta

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