Lole

Una reflexión ante la respuesta de Carlos Reutemann al pedido de su expulsión del PJ, y una aclaración al Jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, quien no está de acuerdo con la medida.

La iniciativa del diputado provincial Eduardo Toniolli de solicitar la expulsión de Carlos Reutemann del Partido Justicialista santafesino generó la respuesta, entre otras, del propio senador nacional que en tres períodos no pronunció una palabra desde su banca, a la que llegó por el peronismo. Como se sabe, el ex piloto de F1 hoy baila con Mauricio Macri y Miguel Del Sel manoteando globos amarillos.

«Estoy preparado. No me voy a vendar los ojos ante un pelotón de fusilamiento, lo voy a esperar tranquilo y de pie, no de rodillas. Así que hagan lo que tengan que hacer», fue la respuesta belicista a un planteo de carácter político.
No sorprende que conteste así quien ordenó a su policía, siendo gobernador, que fusile a mansalva a nueve civiles desarmados en las oscuras jornadas del 19 y 20 de diciembre de 2001.

Sí sorprende que Aníbal Fernández, se supone que a título personal, esté en desacuerdo con el pedido de expulsión, opinando que el mismo podría interpretarse como una actitud de tono revanchista.

No creo que el Jefe de Gabinete considere hechos menores la matanza citada antes ni la responsabilidad de Reutemann en la trágica inundación de la capital de la provincia, evitable, en abril y mayo de 2003.

Sin embargo, no es sólo por esos episodios imperdonables que se pide la expulsión del PJ santafesino de este miserable personero de las corporaciones.
Su salto al macrismo es una afrenta al Pueblo peronista que lo ungió dos veces como gobernador y tres como senador nacional. Esa ofensa se extiende a Néstor y Cristina Kirchner, a quienes hoy, cobardemente, ensucia con expresiones que le caben a su nuevo jefe, porque se refieren a un presunto carácter corrupto de las gestiones de ambos y del proceso iniciado el 25 de mayo de 2003.

No fue hace mucho que el flamante macrista sostuvo que Néstor y Cristina serán recordados «por el enriquecimiento que tuvieron los amigos del poder». No tengo dudas de que al compañero Jefe de Gabinete esas expresiones le deben doler tanto como a cualquiera de quienes venimos acompañando las profundas transformaciones de los últimos doce años.

No hay revancha, lo que se pide es un acto de estricta justicia. No se lo expulsó cuando traicionó al gobierno nacional alineándose con la Mesa de Enlace en ocasión del debate de las retenciones. No se pidió su expulsión cuando votó en contra de cada una de las leyes que le devolvieron soberanía a la Nación.

Este pedido al Tribunal de Disciplina partidario se lleva adelante a partir de la decisión de Reutemann de formar parte de otra fuerza política -no de una línea interna disidente-, en pleno proceso electoral, y con argumentos políticos que lo sitúan en las antípodas del peronismo provincial y nacional.

Reutemann se fue del PJ por decisión propia, acompañado por personajes que, incluso, llegaron a ejercer la jefatura del partido, como Ricardo Spinozzi y Norberto Nicotra, o el trístemente célebre Juan Carlos Mercier, quien como ministro de Economía suyo le bajó los salarios a los trabajadores, docentes y jubilados de la provincia.

Reutemann es un representante de la derecha oligárquica que históricamente enfrentó al peronismo.

Quien mancha la memoria de Néstor y la gestión de la Presidenta, como gobernador llegó a designar a su masajista como juez de paz, permitió que muchos parientes y amigos se enriquecieran vergonzosamente, y habilitó jugosas tajadas a los empresarios que se quedaron con la empresa de aguas y el Banco Provincial de Santa Fe.

Elegir estar al lado de Del Sel, que calificó a Cristina de «vieja chota» y «conchuda», es una ofensa que recuerda las que profirieron contra Eva Perón los criminales de la Fusiladora y sus adherentes.

Elegir ser parte de una fuerza política nacida a la luz de la corrupción que supone los negociados con el Estado durante el menemismo, las escuchas ilegales a opositores y la permanente represión por parte de la Policía Metropolitana, habla del tipo de dirigente que es Reutemann.

Nadie puede confundir revancha con reclamo de justicia. Después de doce años, el Pueblo argentino supo diferenciar muy bien una cosa de la otra cuando los cómplices del genocidio acusaron a Madres, Abuelas y organismos de DDHH de buscar venganza y no justicia y castigo a los culpables.

Reutemann no siente que sea un honor formar parte de este proceso político que reivindica las banderas históricas del peronismo e incluso agrega otras. Nosotros sí.

* Diputado provincial
Miembro del Ejecutivo Nacional del Movimiento Evita

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3 Lectores

  1. oscar

    02/06/2015 en 14:43

    Un conocido escritor y actual Diputado de la Nación, Eric Calcagno expresó «No hay nada peor que un bruto tomando decisiones»…Las decisiones que tomó Reuteman en situaciones difíciles fueron nefastas.

    Responder

  2. Ariel Juan Testino

    03/06/2015 en 2:20

    Parece que la onda del momento fuera: «no hagamos ola», que todo esté calmo. Acá en Chubut, parece que Mario Das Neves, que tuvo acciones y dichos del tipo de los de Reutemann y que se fue del partido y formó otro, donde amontonó derechas y gorilas, ahora que ve que Massa se fue a pique, pide llevar en su boleta electoral (a modo de colectora) a Scioli y a Randazzo, y lo grave es que podría tener el aval de las más altas esferas del FpV. En fin un cambalache que desconcierta a la militancia

    Responder

  3. Guillermo

    04/06/2015 en 8:24

    Y entonces que tendríamos que hacer con los que en su momento enfrentaron a Menem, que era quien conducía el PJ y fueron candidatos por otros partidos.
    Estos de expulsar es la nada misma, por ejemplo, Cobos fue expulsado de por vida de la UCR y dos años después lo reincorporaron o por ejemplo cámpora fue expulsado del PJ y hoy una agrupación que lleva su nombre es la principal aliada de la presidenta.
    Como normalmente sucede (Con montoneros ayer y el movimiento evita hoy) promueven el odio y la intolerancia.
    Cuánto más escucho a gente como rico, más peronista soy, pero del Peron del 73, o sea el que echó de la plaza a ésta gente que hoy quiere expulsar a Reutemann.

    Responder

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