Bancarios y aceiteros cerraron acuerdos salariales en la línea del 27% y sumaron adicionales por fuera de convenio que elevaron la suba real por encima del 30. En ambas negociaciones, donde se debatió sobre la rentabilidad empresarial, jugó fuerte el gobierno.
Bancarios y aceiteros consiguieron aumentos superiores al 30 por ciento en una suerte de paritaria desdoblada, con una cifra oficial del 27,8 por ciento, más sumas adicionales convenidas de manera directa con las empresas por fuera de la escala homologada por el gobierno. Si bien medios opositores presentaron la noticia como un “revés para el tope” salarial sugerido por la Casa Rosada, ambos acuerdos se alcanzaron no pese sino gracias a una fuerte intervención del Estado que, junto a los trabajadores, propulsó esquemas de compensaciones a partir de los altos niveles de rentabilidad de las empresas agroexportadoras y las entidades financieras.
Después de varias semanas de tire y afloje, sendas negociaciones paritarias se destrabaron en la sede del Ministerio de Economía, donde Axel Kicillof y su par de Trabajo Carlos Tomada se sentaron a una mesa tripartita para buscar una salida a los conflictos que satisfaga a ambas partes y cerrar así dos discusiones difíciles. El gobierno buscó que las cláusulas especiales que ascendieron el impacto de bolsillo en las paritarias de aceiteros y bancarios fueran en concepto de reparto de utilidades empresarias.
En línea con lo firmado por grandes gremios cercanos al gobierno como UOM, Uocra y Empleados de Comercio, los acuerdos salariales de bancarios y aceiteros que avaló el Ejecutivo consisten en un aumento nominal del 27,8 por ciento más adicionales negociados en paritarias paralelas que elevaron el porcentaje definitivo arriba del 30. No obstante, los metalúrgicos de la UOM consiguieron un incremento superior al 30 por ciento para la categoría más baja y los mercantiles arreglaron dos sumas fijas no remunerativas que también inflaron el número final.
La pauta de referencia del 27-28 por ciento no es un capricho ni un “techo” que impone el gobierno en las paritarias sino que va en sintonía con otras variables de la economía, como la desaceleración inflacionaria. Además, tiene por objetivo mantener el orden en el plano económico, tratando de que, por la estructura económica argentina, los empresarios no trasladen a los precios las subas salariales que consiguen los trabajadores. El gobierno no pone obstáculos en las negociaciones salariales, sino todo lo contrario: desde hace más de diez años alienta una política de ingresos que sostiene la demanda y activa el mercado interno.
Aceiteros
Tras 25 días de paro con epicentro en el polo portuario del Gran Rosario, afectando la actividad y las exportaciones de soja y sus derivados, los trabajadores aceiteros y las empresas del sector firmaron un acuerdo salarial del 27,8 por ciento, y por fuera de convenio consensuaron otra cifra con las cámaras patronales que representa una mejora total del 36 por ciento, como deseaba la Federación gremial del complejo industrial oleaginoso.
El aumento será en un pago y retroactivo a abril por lo que los trabajadores percibirán un básico de 13.420 pesos, más 880 pesos de adicional por presentismo, un tema que también interesaba a los empresarios. Con ese incremento, el salario inicial de un empleado aceitero llegará a 14.300 pesos, lo que significa un 36 por ciento de suba sobre los 10.500 del básico anterior.
“Ambos acuerdos, el suscripto ante el Ministerio de Trabajo y el firmado en forma directa con las cámaras, son de aplicación inmediata para todas las empresas asociadas a las cámaras Ciara y Carbio, y una vez homologados serán de aplicación obligatoria para todas las empresas aceiteras y de biocombustible del país”, señalaron desde la Federación, al tiempo que se quejaron por la “negativa” empresaria a incorporar al convenio la obligación de constituir comités mixtos de seguridad y salud en el trabajo.
Diga 33
La Asociación Bancaria aceptó un ofrecimiento de suba salarial de 33 por ciento promedio, contemplando pago de adicionales para los trabajadores del sector. El gremio lograba así un incremento nominal del 27,8 por ciento, más una suma variable extra que elevó la cifra definitiva por encima del 33 por ciento anual. La estrategia es la misma que rigió en el acuerdo de los aceiteros. La suma extra estará atada a la rentabilidad del sector.
El convenio era considerado por la Asociación Bancaria que encabeza Sergio Palazzo, y se esperaba una respuesta positiva, según señalaron desde el gremio. La Bancaria y el gobierno debían resolver el concepto por el cuál se abonaría la cifra adicional. Mientras el gremio buscaba que la suma sea incorporada como compensación por los descuentos por el impuesto a las Ganancias, el gobierno proponía incluirla bajo la fórmula de reparto de utilidades empresarias.
El gremio había amenazado que en caso de no cerrar un acuerdo con los bancos realizarían nuevas medidas de fuerza y se plegarían al paro nacional del próximo martes. Con esta paritaria resuelta, el gobierno consigue descomprimir la protesta del sindicalismo opositor (ver nota aparte), aunque no evitará su contundencia.
Fuente: El Eslabón
