Foto: Manuel Costa
Los represores Porra, López, Cabrera, Pagano, Rodríguez y Guerrieri. Foto: Manuel Costa.

Comenzó este miércoles, en los tribunales federales de Rosario, el juicio oral y público por los asesinatos cometidos durante la última dictadura cívico militar contra los militantes peronistas Osvaldo Cambiaso y Eduardo Pereyra Rossi. “Llegar a esta instancia es algo que esperé durante tantos años que aún no caí del todo”, admitió Gladys, hermana de una de las víctimas de la causa.

Se trata del caso conocido como “Cambiaso-Pereyra Rossi”, en el que se investiga la privación ilegal de la libertad, tortura y posterior asesinato de los militantes del peronismo revolucionario Osvaldo Cambiaso y Eduardo Pereyra Rossi, secuestrados el 14 de mayo de 1983 en un bar de Rosario. Ex dirigentes de la organización Montoneros, ambos integraban la corriente interna del justicialismo Intransigencia y Movilización, espacio desde el cual se aprestaban a participar de las las elecciones convocadas para ese año.

“Llegar a este juicio es algo que esperé durante tantos años que aún no caí del todo”, dijo Gladys Cambiaso, querellante y hermana de una de las víctimas del terrorismo de Estado cuyo caso será ventilado en el proceso. “Supongo que a medida que vaya viendo a los imputados que van a estar presentes hoy voy a ir tomando consciencia de todo”, añadió la mujer.

Además, sostuvo que “nos da tranquilidad que ellos ya estén presos por otras causas en las que han sido juzgados, y no están libres y cómodos sino que se encuentren en cárceles comunes”.

Los acusados debieron presenciar la sesión por decisión del Tribunal Oral 2, por lo tanto Juan Andrés Cabrera, Pascual Oscar Guerrieri, Ariel Antonio López, Luis Américo Muñoz, Walter Dionisio Salvador Pagano, Ariel Zenón Porra, Rodolgo Jorge Rodríguez y Carlos Antonio Sfulcini se sentaron en la sala. Quienes no lo hicieron y también integran la lista de acusados fueron Luis Patti –internado en el hospital de Ezeiza–, Reinaldo Bignone –por encontrarse afectado a otro juicio que comenzó con anterioridad–, Juan Amadeo Spataro y Carlos Lucena –ambos por haber presentado problemas de salud–.

La abogada de la agrupación Hijos, Nadia Schujman, quien representa a la familia Camabiaso, explicó que “a esta jornada la vivimos con mucha felicidad porque esperamos por muchos años este momento, sobre todo Gladys y Ethel Cambiaso que representamos desde Hijos tan orgullosamente”.

Schujman sostuvo sobre las hermanas Cambiaso “jamas bajaron los brazos en la búsqueda de Justicia por el homicidio, la tortura de su hermano”.

“Creemos que este juicio también tiene que ver con la búsqueda de Justicia de nuestra sociedad, del pueblo argentino, porque la dictadura es algo que nos pasó a todos. Y este homicidio, tan emblemático de dos militantes peronistas con la trayectoria y la trascendencia de ellos era un claro mensaje a toda la Argentina que ya vislumbraba una reanudación democrática y una presentación a elecciones en ese momento”, remarcó la abogada.

Schujmann resaltó que los homicidios que se juzgan “tienen que ver con un mensaje de impunidad de las Fuerzas Armadas en ese momento, respecto a todos los crímenes que habían cometido”. “Además –agregó la abogada–, como decíamos en el comunicado de Hijos, hay que remarcar el hilo conductor existente entre el bombardeo del 1955, del que ayer fue el sesenta aniversario y estos asesinatos cometidos durante la última dictadura cívico militar, porque con esos bombardeos se inicio un espiral de violencia que culmino con estos homicidios”.

Con relación a los hechos que se ventilarán en el juicio, Schujman precisó que “se va a demostrar que Cambiaso y Pereyra Rossi fueron secuestrados del bar Magnun en una operación conjunta desplegada entre el primero y el segundo cuerpo de Ejército, que miembros del Batallón 121 de Rosario comandaron el secuestro y que fueron torturados en un camión Mercedes Benz en las afueras de la ciudad, por alguien que ya ha sido juzgado, que es Cabrera, entre otros; y luego fue entregado a la patota de la policía de la provincia de Buenos Aires”, culminó la profesional.

Cambiaso y Pereyra Rossi fueron secuestrados a las 11.00 del 14 de mayo de 1983 en el bar Magnum de Rosario (Córdoba y Ovidio Lagos), donde se habían reunido para discutir sobre el proceso electoral que se avecinaba en el país.

Según la investigación judicial, una patota de cinco integrantes del Batallón de Inteligencia 121 de Rosario los sacó del lugar y los trasladó a un galpón de las afueras de Rosario, donde según la investigación fueron torturados.

Finalmente, ambos fueron entregados a una patrulla del Comando Radioeléctrico del partido bonaerense de Tigre, al mando de Patti, y sus cuerpos aparecieron asesinados dos días después en un camino rural cercano a la ciudad de Lima.

En la audiencia de este miércoles comenzó a leerse el requerimiento de elevación a juicio de la Fiscalía, a cargo de Adriana Saccone, pero por la tarde el proceso se interrumpió ante la descompostura de uno de los imputados.

Las defensas de los represores plantearon que se les dieran copias a sus defendidos para abreviar el trámite de lectura, a lo que se opusieron la fiscalía y las querellas particulares, por lo que el Tribunal resolvió que continué la lectura el miércoles próximo.

En la calle

En tanto en la puerta del edifico de los tribunales federales, integrantes de organizaciones de derechos humanos de Rosario le hicieron el “aguante a los querellantes y testigos”. Además estuvieron presentes referentes sociales, políticos y gremiales, entre los que se destacaron el secretario de Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires, Guido Carlotto, el subsecretario de Derechos Humanos de Santa Fe, Ramón Verón y el diputado provincial Eduardo Toniolli.

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