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A partir de la crisis en Brasil y la caída de los mercados en China, industriales argentinos pidieron una brusca suba del precio del dólar. El gobierno  garantizó estabilidad económica y financiera.


Empresarios locales aprovecharon la crisis en Brasil y la caída de los mercados en China, ambos países socios comerciales de la Argentina, para hablar de “atraso cambiario” y pedir una brusca suba del dólar en beneficio propio. En un seminario de la Unión Industrial en Córdoba, algunos participantes pidieron una suba del precio del billete verde del 35 por ciento. Para el gobierno nacional hay hombres de negocios que intentan generar tensiones en medio de la campaña electoral. El ministro de Economía Axel Kicillof les pidió a los empresarios que no hablen de atraso cambiario porque eso “jode a la gente”, dijo que en la Argentina “no pasa nada que requiera un cambio drástico” y destacó: “Cuando al mundo le va mal tenemos que confiar en lo nuestro”.

La semana económica estuvo marcada por una nueva devaluación del real en Brasil que llevó al dólar a tocar el precio más alto desde 2003 en el gigante regional. Dilma Rousseff, con debilidad política frente a empresarios y medios hegemónicos, no la tiene fácil: Brasil está en recesión, la industria retrocede y aumenta la inflación. Analistas estiman que la economía brasileña se contraerá este año cerca del 2 por ciento. Brasil es el principal destino de exportaciones argentinas, donde una de las principales bajas se vio en el sector automotriz. El gobierno de CFK dijo que sigue de cerca la situación en el vecino país y también el desplome de los mercados chinos, otro destino importante para las ventas argentinas al exterior. La economía china bajó un cambio pero sigue creciendo. Argentina mira con preocupación por la alianza estratégica con el gigante asiático, que se afianzó en los últimos años.

“Lo mejor que se puede hacer es incentivar el mercado interno, defender el ingreso de los trabajadores y la rentabilidad de las empresas, ante los problemas que se vienen dando en los mercados externos”, aseguró Kicillof, al tiempo que resaltó las políticas anticíclicas que viene experimentando la Argentina para amortiguar el impacto negativo en la economía doméstica de los desbarajustes internacionales. “Venimos con una recuperación industrial, productiva, de consumo e inversiones”, sostuvo el ministro en declaraciones periodísticas y contrapuso medidas como Ahora 12, Procrear, Precios Cuidados y estímulos a los pequeños productores agropecuarios con las recomendaciones opositoras de achicar el gasto y recortar la emisión monetaria.

Kicillof admitió que el gobierno observa “con cuidado y prudencia cuál es la evolución” de la economía de Brasil que “transita una etapa de algunos cambios” que por el nivel de vinculación que tiene afecta al mercado externo argentino, por ser su principal socio comercial. “Cuando al mundo le va mal tenemos que confiar en lo nuestro, en nuestra demanda agregada interna”, insistió el jefe del Palacio de Hacienda. Y agregó: “Hasta los economistas más retrógrados tienen que entender que no sólo se incluye a los que estaban afuera del sistema sino que genera poder de compra y consumo para que comerciantes y empresarios puedan tener asegurada una demanda interna”.

La situación generada por la devaluación del real en Brasil y la baja de la bolsa en China llevó a opositores a reclamar que el gobierno de CFK tome medidas frente a las turbulencias financieras. “No pasa nada en Argentina que requiera un cambio drástico”, avisó Kicillof y espantó a devaluadores siempre al acecho. “No hablen de un atraso cambiario porque joden a la gente”, sostuvo, y, en referencia a los pedidos de devaluación de un grupo de industriales, se preguntó: “¿Ese es todo el argumento económico que tienen?”.

Según explicó, la Argentina “viene reaccionando desde el año pasado a los problemas de nuestros socios con el lanzamiento de medidas anticíclicas”. Kicillof indicó: “Prevenimos estas crisis y vamos manteniendo la estabilidad cambiaria para dar certeza a todo el mundo. No tenemos problemas de reservas ni de balanza comercial”. Y añadió: “Brasil está afectando el empleo y la Argentina no. Hemos tenido éxito, seguimos incentivando la actividad interna”.

En declaraciones televisivas, el titular de la cartera de Hacienda señaló que “las corridas (bancarias) son un clásico en la Argentina” en épocas de elecciones y afirmó que “a un banquero le conviene una corrida, pero a la mayoría de la gente no”. Kicillof recordó que “en 2014 decían que la economía se iba al tacho y que el dólar se iba a 16 pesos y el paralelo a 30”. Y evaluó: “La gente tuvo miedo. Pero no lo han logrado. Al argentino le decían que se iba a quedar sin laburo y no pasó nada. No estamos en el mejor año de la Argentina, pero tampoco en el peor como pronosticaron”.

Por su parte, el presidente del Banco Central, Alejandro Vanoli, aseguró que está “garantizada la estabilidad monetaria y financiera”, ya que ese organismo tiene “el nivel de reservas para evitar cualquier maniobra” que apunte a alterar el mercado cambiario. “¿A quién le conviene que siga subiendo el precio del blue? Estamos cerca de las elecciones y la campaña se introdujo en todo esto. La oposición intenta instalar que hay una crisis y algunos medios forman parte de esa estrategia”, indicó Vanoli al restarle importancia a los vaivenes del dólar ilegal y destacar el crecimiento de los plazos fijos en pesos.

“Las devaluaciones son como las inundaciones”

El economista Mario Rapoport dijo que hay sectores que “acumularon grandes riquezas” gracias al neoliberalismo y que “no quieren ceder absolutamente nada”, al tiempo que advirtió que un ajuste provocaría una “desactivación de la economía”. Además, rechazó la idea de devaluación porque deriva en una suba de precios y afecta a los trabajadores.

“En años recientes se produjeron crisis muy profundas producto del dominio del sector financiero, consecuencia de políticas neoliberales que causaron un daño muy grande en todo el mundo; hay sectores que han acumulado grandes riquezas por esas ideas y hoy no están dispuestos a cederlos de ninguna forma, a pesar de que las cifras de desigualdad en el mundo son impresionantes”, dijo el economista en diálogo con Radio Télam.

Rapoport sostuvo que “el ajuste que promueven las políticas neoliberales produce una desactivación de la economía, porque la gente tiene menos ingresos y no puede consumir”. Dijo que en Argentina “tenemos una burguesía inútil, un empresariado que no está preocupado por invertir en el país sino por llevarse el dinero el exterior. Ese es el problema, que a mayor demanda no se produce mayor oferta interna, esto da lugar al proceso inflacionario”.

Acerca de la corrida del dólar frente a las elecciones, el economista dijo que “era importante frenar esa corrida” y agregó que a través de la suba de tasas de plazos fijos “se desvía la atención de sectores medios hacia el peso”.

Rapoport señaló que “las devaluaciones son como las inundaciones, primero de todo afecta a los de abajo y después llega arriba y ese es el problema porque los que manejan esos dólares son los que viven arriba”. Y concluyó: “Más que la preocupación por el dólar, es la preocupación de que eso no haga que los precios suban inesperadamente y afecte a los trabajadores”.

Fuente: El Eslabón

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