El grupo Los Rusos Hijos de Puta vienen despertando interés en el público de rock. “Nos guiamos con el corazón, aunque suene cursi”, dijo su cantante. Se presentan en Rosario este viernes acompañando a Ramera y Fase 3.
Oriunda de la ciudad de Zárate, Luludot Viento, la provocadora vocalista de Los Rusos Hijos de Puta, dialogó con Redacción Rosario antes de subir al escenario del Café de la Flor, este viernes desde la medianoche, en el marco de un show que tendrá como protagonistas a los locales de Ramera y Fase 3.
Ya el nombre del grupo y la energía que experimentan en directo, acompañado por un rock crudo y desprejuiciado, despertó interés del circuito rockero porteño, y de los medios de comunicación: “Todo lo que generamos lo tenemos adentro, no lo sabíamos pero estaba ahí. Nos dimos cuenta de eso cuando tocamos por primera vez, allá por abril de 2013”, confiesa “La Rusa”, y agrega: “Ya en los primeros ensayos, en la manera de interpretar y por donde nos conducían los temas nos despertó algo. Y en el vivo sucede la magia”.
Los Rusos Hijos de Puta llamados así por sus amigos, “por su aspecto físico y por su forma de emborracharse”, además de Luludot en voz, nylon y sintetizador; tiene como integrantes a Julian Desbats, en guitarra eléctrica y voz; Flor Mazzone, en batería y coros; y Santi Mazzanti, bajo y coros.
“A Julián yo lo conocía de antes, de Zárate; y a Flor la conocimos en Buenos Aires. No sabía tocar la batería, entonces empezó tocando bombo en un tema nuestro que se llama Bien bien bien, y después apareció Santi”, cuenta la vocalista.
El febrero de 2013, el grupo lanzó un EP de seis temas llamado Hola; y en marzo de este año, editaron La rabia que sentimos es el amor que nos quitan.
—Hace poco tiempo que están juntos pero grabaron su primer disco y viajaron a México, ¿desde los primeros ensayos no pararon?
—Desde el principio tuvimos muchas ganas de tocar, y mandábamos re manija nuestro material insistiendo para tocar donde fuera posible. Eso es lo que más nos gusta. Grabamos el disco a través de Ideame (financiamiento colectivo); juntamos la plata y fuimos a los estudios Ion, y grabamos con la ayuda de Lucy Patané, y mezclamos. En julio hicimos un show presentación y este finde lo vamos a mostrar a Rosario.
—¿Vos escribís las letras; componés, con la viola o el teclado?
—Casi siempre la mayoría de los temas los componemos Julián y yo. Los armamos en la guitarra, solos, y los terminamos de vestir en la sala.
—Se nota que generan cierto impacto en el público, ¿a qué se debe?
Yo creo un poco que tiene que ver con la sinceridad de hacer las cosas con amor, guiados con el corazón, aunque suene cursi, pero es real. Todo arrancó como jugando desde el desinterés. Cuando uno hace las cosas sabiendo de antemano se nota mucho hacia donde vas pero cuando las hacés para divertirte simplemente acontece la fiesta. No sé, pero las canciones que hacemos me gustan, el nombre llama bastante la atención, y las letras tienen contenido, ideología y exposición. Y creo también que tenemos coraje. Y los shows los hacemos con amor y entrega y esos diversos factores hacen que la gente se dé vuelta y nos mire.
—¿Y la frontera entre jugar y planear cosas con la banda?
—Nos gusta mucho ensayar y la unión que se produce entre nosotros cuatro; y esto de juntarnos es lo que nos divierte y esperamos seguir así aunque también somos depresivos y pesimistas.
—El viernes visitan la ciudad y van a tocar junto a Ramera y Fase 3, ¿escucharon algo?
—Escuchamos a Ramera, está muy buena la banda. Ellos nos invitaron a compartir la fecha y estamos contentos de que quieran tocar con nosotros.
—¿Tu contacto más primitivo con la música? ¿había un piano en tu casa, algún hermano que tocara un instrumento?
—Siempre me llamó la atención la música pero en mi familia nadie tocaba; sí vieja escuchaba mucha música, generalmente escuchaba música latina, temas como Quisiera ser un pez. De grande mi referente numero uno fue Charly García, escucharlo a él me dió ganas de tocar el piano y desde allí comencé a investigar y encontré un lugar un lugar en el mundo.
