No hace mucho, la Asociación de Periodistas de la Televisión y la Radiofonía Argentinas (Aptra), que entrega los premios Martín Fierro, ternó en una de sus categorías –mejor programa periodístico– al programa 678 junto a Periodismo para Todos (PPT), conducido por Jorge Lanata.
Haciendo gala de un curioso modo de entender lo que significa competir por un determinado galardón, el voluminoso showman prometió: «Si gana 678, me prendo fuego«.
Al fin y al cabo, y pese a haber asistido a la entrega de los Martín Fierro con un bidón lleno de nafta, no llegó a hacer combustión: “Para los que se preguntan qué es esto, yo había prometido que si ganaba 678 me iba a prender fuego. Le agradezco a APTRA haberlo evitado”.
No se sabe si la oposición emula a Lanata o la cosa es al revés, pero el domingo 23 en Tucumán hubo malos perdedores, hubo fuego, hubo represión y hubo un legítimo ganador, por más de 14 puntos porcentuales de ventaja respecto de quienes siguen hablando de fraude, que es lo que no hubo en el Jardín de la República.
El gobernador saliente, José Alperovich, evidentemente no aprendió nada de Néstor y Cristina Kirchner en cuanto a desterrar la represión como método para contener o encausar la protesta social. La Policía tucumana mucho menos.
La oposición tucumana, alentada por los caciques nacionales Mauricio Macri, Sergio Massa, Margaret Stolbizer y otros figurones, quiso copar la Casa de Gobierno de aquella provincia y rompió todo lo que podía romper, pero eso no justifica ni los bastonazos, ni los gases, y mucho menos las balas de goma.
Dicho esto, una última noticia respecto de los humos tucumanos da cuenta de hasta dónde están dispuestos a jugar con fuego los “republicanos” que quieren sacar de la escena al kirchnerismo.
El asesor de Cano
El viernes pasado se supo que un asesor del candidato opositor tucumano José Manuel Cano, que había alentado a través de Facebook a llevar adelante una «pueblada» con «bombas molotov» e «incendiar la casa de Gobierno», ya había confesado hace cinco años, y a través de la misma red social, su intención de alterar los índices de inflación que elaboraba para «incendiar» al kirchnerismo.
Nicolás Salvatore, el asesor mencionado, en ese momento Salvatore, socio en la consultora Buenos Aires City (BAC) de Graciela Bevacqua, ex directora del Índice de Precios al Consumidor (IPC) del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).
BAC difundía todos los meses un indicador de precios mucho más alto que el del Indec, y sin fundamento metodológico, no obstante lo cual era tomado como válido por Clarín y La Nación, entre otros medios, y por referentes políticos de la oposición, que reivindicaban sus números como las verdaderas cifras de inflación.
Sin embargo, en abril de 2010, un inesperado comentario en FB le volvió como boomerang a Buenos Aires City y sus indicadores, cuando Salvatore cometió el sincericidio de confesar que iba a hacer todo lo posible para distorsionar a la suba los índices de inflación que elaboraban.
En su muro, escribió: “Este gobierno termina con el mundial, es motivo de celebración. la inflación es un fuego santo, purificador, que incendiará a todo el kirchnerismo en la hoguera. Brindo por Phi (inflación) esperado!! Y no sólo brindo, me voy a encargar, como todos los meses, de que Phi esperado sea alto, muy alto, recontra alto, como diría el finado Guido Di Tella”.
Estas declaraciones dejaron en un pésimo lugar a Bevacqua, que cada vez que el Indec difundía su índice de inflación, solía aparecer en distintos medios comentando las mediciones que elaboraba junto a Buenos Aires City.
La consultora despareció y la imagen de Bevacqua se diluyó, pero Salvatore, que cerró su perfil de FB de aquella época, se recicló como asesor de Cano, en la comisión de Vivienda y Ordenamiento Urbano de la Cámara de Diputados,
Asimismo, reabrió su consultora bajo el nombre Buenos Aires, y también a una nueva cuenta en la red social desde la cual volvió con sus comentarios desafortunados y propició la quema de la Casa de Gobierno tucumana y el reclamo de nuevas elecciones en esa provincia.
Está visto que unos con nafta, otros con índices truchos, y otros vaya a saber con qué tipo de armas, simbólicas o no, a la republicana oposición no le gusta perder. Y está dispuesta a todo.
