Los alumnos de la Facultad de Humanidades realizan una clase pública frente al establecimiento en protesta por la no suspensión de las clases en el nuevo edificio que se encuentra en obras. El reclamo surgió luego de que una estudiante, que se encuentra gravemente herida, sufriera el impacto de un blindex que cayó sobre ella desde el sexto piso.
«El centro es un caos» se quejará de seguro algún automovilistas mientras espera que avance la cola de autos que se encuentra detenida por calle Entre Ríos y las aledañas. El motivo que provoca el embotellamiento vehicular es que los estudiantes de la Facultad de Humanidades y Artes se encuentran haciendo una clase pública frente al edificio universitario.
Y tienen sus razones. Este miércoles un blindex cayó de un sexto piso del nuevo edificio, por calle Corrientes, sobre una alumna provocando heridas de gravedad en su rostro, cuello y cabeza, lo que determinó que la joven sea hospitalizada. En consecuencia, los manifestantes reclaman «mejores condiciones edilicias», la suspensión de las clases en ese edificio –recientemente inaugurado pero que permanece en obras– y protestan por lo sucedido.
La clase durará hasta las 18 de este jueves, según informaron desde el Centro de Estudiantes de Humanidades y Artes. Después, indicaron, se realizará una «asamblea interclaustros donde se decidirá con qué medidas se continuará».
La reforma edilicia desde la cual se desprendió el vidrio, se realiza en la escuela de Bellas Artes que se encuentra sobre calle Corrientes. Fue en ese sector donde ocurrió el accidente, que tanto para los docentes de la Coad, como para los estudiantes, es consecuencia de «no escuchar el reclamo que sostenemos hace tiempo, de que ese lugar no está en condiciones para dar clases».
Este martes, desde rectorado de la Universidad Nacional de Rosario, indicaron que lo ocurrido es responsabilidad de la empresa constructora.
Los estudiantes y docentes, en cambio, responsabilizan a las autoridades. Hace meses que vienen advirtiendo que en el nuevo edificio no están dadas las condiciones de seguridad. La intención de docentes y estudiantes es seguir dando clases en el edificio de calle Entre Ríos y, eventualmente, en algún otro predio de la Universidad.
