“No sólo vamos a mantener lo que ustedes lograron, vamos a ir por más”. El mensaje en vivo y en directo de Daniel Scioli resonó bien claro en el Luna Park del 5 de octubre pasado, rebosante de más de diez mil integrantes de cooperativas de trabajo de todo el país. Para la enorme mayoría de los presentes, los logros que Scioli les prometió mantener no son poco: se pueden resumir en haber salido de la desocupación lisa y llana, de la malaria constante, de la marginalidad, para integrarse al mundo laboral a través de cooperativas de trabajo del rubro de la construcción, impulsadas con fuerte aporte económico del gobierno nacional, volcadas a las obras y servicios públicos.
De una de las federaciones que agrupan a ese tipo de cooperativas –la de la populosa Florencio Varela, en el conurbano bonaerense–, proviene Christian Miño, presidente de la Confederación Nacional de Cooperativas de Trabajo (CNCT), organizadora del acto del Luna que se erigió como la más importante movilización del sector del cooperativismo de trabajo y la autogestión de los últimos años.
Los participantes llegaron de una veintena de provincias, en algunos casos viajando más de 24 horas en ómnibus, agrupados en las federaciones territoriales de ese mayoritario rubro de la construcción, cada uno con carteles, tonada y orgullo propios de cada terruño.
Pero no sólo de las cooperativas de la construcción se nutre la CNCT. Una de las que se hizo notar con bandera y chalecos propios se contó también la Red Textil Cooperativa. Y está la Red Metalúrgica, hay otras federaciones territoriales pero con impronta y rica historia propìa como la de los Portuarios de Mar del Plata, están las que suman a empresas recuperadas como Facta y otras más sectoriales nacionales, como la de profesionales de las nuevas tecnologías, Facctic; y las de la comunicación, Fadiccra y Red Colmena. Otro perfil que puede encontrarse en la CNCT es el que apunta a expandir la mirada a precarizados y cuentapropistas, como trabaja Gestara, a su vez integrada a Fedecaba, la de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, con su gobierno local hostil y símbolo de lo contrario de lo que Scioli fue a prometer al Luna Park.
Son más las federaciones, 35 en total, radicadas en 20 provincias, con unos 80 mil trabajadores integrados –número más, número menos– en un contexto siempre dinámico, donde se siguen dando tanto procesos de recuperación de empresas como creación de nuevas cooperativas de trabajo, herramienta a la que apelan cada vez más trabajadores y profesionales que ven en la autogestión, en la economía solidaria, un camino concreto de trabajo y crecimiento para una vida digna, feliz.
En el caso de la CNCT, una convicción compartida muy mayoritariamente en ese amplio abanico de cooperativas es que el desarrollo propio está ligado al del conjunto de los trabajadores, en el marco de un proyecto nacional que debe continuar. De allí el gran esfuerzo realizado para ofrendar a la campaña del Frente para la Victoria un acto masivo y organizativamente impecable, con referentes de organizaciones políticas y sociales como Emilio Pérsico, Luis D’Elía y Edgardo Depetri compartiendo el escenario con los presidentes de las federaciones de la organización anfitriona, con la presencia además de legisladores nacionales de distintas provincias, donde la CNCT teje vínculos con autoridades y dirigencias locales, vertebrados por la actividad económica de sus entidades de base.
De este tipo de vínculos pudo verse, por ejemplo, en La Rioja, en el Encuentro Federal de Cooperativas de Comunicación llevado a cabo el viernes 2 de octubre, todo un vermucito de lo que después fue el plato bien fuerte del Luna Park. En La Rioja se dieron una vuelta por el encuentro de comunicadores cooperativos el actual gobernador Beder Herrera y el electo Sergio Casas, la diputada nacional Teresita Madera y también el actual ministro del Ejecutivo y vicegobernador electo, Néstor Bosetti.
Allí, delante de Christian Miño y Julio Delgado, presidente de Fadiccra y de Copegraf –la cooperativa editora del diario El Independiente, el más importante del territorio riojano– Bosetti anunció la creación de un ministerio provincial para el sector de la economía social. Lo hizo a tono y con cita a dichos anteriores por parte de Scioli, quien había adelantado su intención de crear un ministerio nacional de “Economía Popular”.
En el acto en el Luna, el candidato presidencial volvió a ser enfático en sus promesas de apoyo al sector, pero prefirió no volver a mencionar lo del ministerio. En los típicos corrillos previos y posteriores a actos de tal magnitud, se comentó de ciertos celos que tal anuncio había causado en algún otro sector del propio ámbito de la economía social, donde los debates sobre los perfiles de desarrollo a seguir no son pocos. Y es lógico: ya se ha mencionado lo dinámico del sector de la autogestión; lo mismo vale, potenciado, para el más amplio conjunto de la economía social, que suma a las cooperativas de productores, de servicios y otros tipos, a las mutuales y a las agrupaciones de pymes. El abanico es enorme y es novedosa la fuerza y el protagonismo en esos pliegues del cooperativismo de trabajo y la autogestión, con origen en carencias duras, con ímpetu de clase trabajadora que recupera el terreno perdido en las décadas neoliberales, generando el altísimo valor agregado de construir economía propia.
Comunicación reanimada
Realizado el viernes 2 de octubre en el Paseo Cultural Castro Barros de la siempre hospitalaria capital riojana, el Encuentro Federal de Cooperativas de la Comunicación reanimó el espacio de los medios autogestionados y particularmente de una de sus organizaciones pioneras: la Federación Asociativa de Diarios y Comunicadores Cooperativos de la República Argentina (Fadiccra).
Por ahí anduvieron periodistas como el tan mítico y a la vez cercano Miguel Grinberg, con su espíritu templado en décadas de agites que hoy reposan en la cooperativa Cítrica, la de ex trabajadores del diario Crítica; o el siempre inquieto Néstor Piccone, uno de los grandes impulsores de la Coalición por una Radiodifusión Democrática, que hizo en vivo desde La Rioja su habitual programa del mediodía en Radio Rebelde de Buenos Aires. También la academia sumó su aporte, con la rosarina Elizabeth Martínez de Estrada, hasta hace poco directora de la Escuela de Comunicación Social de la UNR. Todos se mezclaron con integrantes de cooperativas de varias provincias, integradas en Fadiccra algunas, en la Red Colmena otras y también varias sin pertenencia a federación alguna, pero con ansias de sumarse a espacios más amplios.
En el espacio principal del paseo, rodó toda la jornada “Comunicadores en acción”, es decir periodismo de radio, televisión, gráfica y digital en tiempo real, a la vista de los visitantes, con impecable montaje y fuerte protagonismo de los anfitriones riojanos, más ágiles aliados, como por ejemplo los llegados desde el diario La Posta de Lincoln.
Al cabo de las actividades del día, se leyó un documento en el que se celebra que “el mapa de medios de comunicación empezó a transformarse a favor del cumplimiento de los derechos de la población a la libertad de expresión y al acceso a la información”. Al mismo tiempo se convoca a “seguir trabajando” por la “plena aplicación” de dos leyes muy valoradas: la de Servicios de Comunicación Audiovisual y la de declaración de utilidad pública del papel para diarios.
En el pronunciamiento también se aboga por un “reconocimiento del Estado” al conjunto de los trabajadores autogestionados “en lo que se relaciona a la seguridad social, fiscal y tributaria”; y por “la creación de un fondo específico de financiamiento para empresas recuperadas y cooperativas de trabajo”.
Y en el final del texto se reafirma el apoyo al Frente para la Victoria y a la candidatura presidencial de Daniel Scioli, reivindicando la necesidad de “profundizar” el “modelo de desarrollo con inclusión social” iniciado en 2003.
Fuente: El Eslabón
