Foto: Nosdigital.
Foto: Nosdigital.

El Ruso Verea llegó a ser arquero de la reserva de Independiente y atajó en varios equipos del ascenso. Fue dueño de una parrilla y se convirtió en ícono radial de la trasnoche con “Heavy Rock & Pop”. Hoy es uno de los periodistas deportivos más respetados del país. Y charló con el eslabón.

El reportaje a Norberto Verea se realizó por teléfono. No obstante, la charla pareció que se hacía en algún bar de la localidad de Wilde, en el sur bonaerense, donde vive prácticamente desde siempre. Directo, conciso y claro en sus conceptos, el Ruso es pura autenticidad, pero en cada una de sus palabras también denota una exuberante memoria y un profundo conocimiento que lo ha llevado a distinguirse en un terreno donde lo opaco, la sumisión y la obediencia a los billetes de los poderosos, parecieran ser moneda corriente.

-¿Cómo ves a nuestro fútbol en la actualidad?

-Te voy a dar una respuesta de un leproso. El Tata Martino, dirigiendo hace más o menos dos años a Newell’s, dijo que el fútbol argentino es histérico, tramposo, mal educado y dudoso. En ese lugar, nosotros los hinchas, perdimos el privilegio de ser respetados. Primero porque no nos hicimos valer. En segundo lugar, sumergidos, escudados, obnubilados por la pasión, nos dejamos llevar por la cosa latina y el negocio nos transformó en idiotas. Y tercero, es increíble que personas que se juntan a discutir con coherencia después se idioticen en 90 minutos de la manera en que lo hacen, y que esa misma gente, no reaccione ante las dirigencias que tiene el fútbol argentino.

Si lo traslado al país, y si lo llevo a la política nacional, me pasa casi lo mismo. Siempre con las excepciones de rigor, pero en ese lugar, el fútbol termina perdiendo lo esencial: el entretenimiento. Y también lo ligo a lo periodístico. Si el periodismo parte de la premisa de informar para formar y después, lejanamente, entretener; hoy todo aquello que se manejó desde el entretenimiento transformó, vapuleó la información y mucho más la formación. Y ahí me parece que nosotros los receptores es donde la hacemos muy fácil: nos vamos acomodando a la triste realidad. Si es a favor, nos hacemos los boludos o contestamos: «¿sabés las veces que nos cagaron?»; y si es en contra, gritamos: «hijos de puta, nos cagaron»; o «los dirigentes nuestros son unos boludos»; o «no tenemos peso en AFA», o tantísimas cosas más.

-Se está definiendo el campeonato y abundan las dudas sobre los árbitros, ¿cuál es tu opinión sobre el referato argentino?

-Los arbitrajes son pésimos, no están a la altura de dos o tres circunstancias en el fútbol nuestro. Primero, en el fútbol más rápido, más vistoso, de mayor negocio del mundo, como la Champions League, ya agregaron árbitros atrás de los arcos. En ese fútbol, aparte, ya están con la línea de gol, y el dinero, el espectáculo, prima por sobre cualquier cosa. Nosotros dimos vuelta todo. Hace muchísimos años que bajo la conducción de don Julio (Grondona) estuvo puesto en duda todo porque se manipulaba de acuerdo a cómo los intereses gobernaran. Por lo tanto, es inverosímil e inaceptable que un dirigente vaya y le diga a la máxima autoridad de un colegio de árbitros «no me pongas más a tal». ¿Desde qué lugar vos medís mi conducta? Y hubo árbitros que no dirigieron diez, doce, quince, dieciocho partidos, y también años, a determinados equipos y eso fue aceptado por los mismos árbitros. ¿Por qué?, para no ser castigados. Entonces, definitivamente hemos perdido cualquier concepto relacionado con la justicia. Nosotros –los vivos argentinos– mezclamos la viveza criolla con la mala leche, y ya no se puede discernir porque parece todo lo mismo. Y no es lo mismo. El vivo en el barrio, es el vivo; al mala leche, en el barrio, lo cagan a trompadas.

¿Cómo lo ves a Marcelo Tinelli como candidato o presidente de la AFA?

-Nosotros estamos todo el tiempo pidiendo que se cumplan las leyes, estamos pidiendo desde una retórica que esto jurídicamente tenga el peso que tenga que tener. Pero, por estatuto, Tinelli, no podría haber sido nunca candidato a presidente de AFA. Sin embargo, era asqueroso ver a muchos en los medios presionar ante la alternativa de lo que representa mediáticamente Tinelli, y es bastante pobre pensar en un Tinelli diferente ante la alternativa que vimos con Grondona vivo. Porque yo no lo vi a Tinelli, cuando vivía Grondona, haciéndose el revolucionario. Que sus tiempos sean otros porque es mucho más joven, es entendible; que sus ideas sean otras porque maneja un mundo muy diferente, de marketing, comercialización y publicidad, también. Nosotros estuvimos acostumbrados a una conducción patriarcal, te diría mafiosa, de don Julio, en la que el estado de genuflexión era un estado a soto voce: que si no lo hacías te mataban. Ahora, que me digan a mí que es o el Grondonismo o Tinelli, es parte de una discusión en la cual yo no puedo entrar porque no vi hacer nada en contra de la conducción de don Julio desde el Tinelli dirigente de San Lorenzo. Al contrario, murió don Julio y al otro día arrancó Bailando por un sueño haciendo una referencia de más de diez minutos de su relación con “la familia”.

-El Turco García, ex jugador de Racing entre otros equipos, dijo alguna vez que al fútbol le hacía falta honestidad. Para vos, ¿el futbolista argentino tiene honestidad cuando entra a la cancha?

-El futbolista argentino vive en un mar de dudas todo el tiempo, no puede sentir pertenencia porque el mismo dirigente le dice: «Flaco, te vendemos porque nos vas a salvar a todos». Además, vive en la duda de qué hacer con los hinchas: «¿son los que realmente me alientan y me quieren, o son los que cuando venga la barra brava a apretarme no van a estar?». Y en el medio de todo eso tiene que jugar y no sólo someterse al rival, cotejarse, disputar, superar la adversidad; sino que después venimos nosotros, el periodismo, a masacrar una relación. Si no me das la nota te mato flaco. Y si me la das, yo como protagonista busco la amistad y ahí se perdió el periodismo. Ahora, yo siempre marco una diferencia entre algunas cosas que se ponen para discutir lo que para mí está muy mal expuesto: cuando Maradona hace el gol con la mano es absolutamente evidente y hay una discusión en eso de que si Maradona tendría que haber dicho la toqué con la mano o no la toqué con la mano. En la sociedad que se crió, desarrolló y creció Maradona, ese tipo de cosas no se discutían. Esto no lo defiende a Maradona, lo expone. Lo que está claro es que la trampa de eso es de quienes dirigían el partido, y que no estaban a la altura de un Argentina-Inglaterra. Yo a Maradona le critico haber sido cómplice de lo de Branco (el caso del jugador brasileño y el famoso bidón de Bilardo en los octavos de final del Mundial 90), porque ahí sí está la trampa, en lo otro está la viveza. El juego tiene que ver con árbitros y con jueces de línea que tienen que verlo. Uno no puede vivir jugando con la mano, pero está dentro de las alternativas que yo tampoco creo que haya que ponerlas en práctica todo el tiempo. Lo otro es diferente, sin embargo lo otro fue marcado como un hecho de viveza por todos los que acompañaron un mensaje nefasto, de que cualquier cosa es posible detrás de un resultado.

El barrio, el Rojo y el Loco Gatti

Verea nació en 1957, en Gerli, en el sur del Gran Buenos Aires; y hoy vive ahí cerca, en Wilde, donde el ramal ferroviario Constitución-La Plata se convierte en un paisaje de la cotidianeidad. La pasión del Ruso es el fútbol, y especialmente el puesto de arquero. “Llegué a atajar en la Tercera de Independiente y de ahí en más pasé por Talleres de Remedios de Escalada, Deportivo Español, Argentino de Quilmes y después jugué ligas que hoy se llamarían Federal A o B”, cuenta.

Bajo los tres palos su ídolo de siempre fue Hugo Orlando Gatti. “Los arqueros del estilo del Loco fueron derrumbados, fueron destruidos por la misma prensa supuestamente seria. Es muy loco pensar cuando un periodista habla de seriedad, sobre todo teniendo en cuenta lo que se ve hoy. Sin embargo, se los maltrató a los que tenían ese estilo que era muy propio, muy nuestro, que arrancó desde Mirko Blasina, un arquero que tuvo San Lorenzo”, reflexiona sobre el puesto más ingrato del fútbol. “Yo en el recreo del colegio no me compraba nada para poder juntar la plata para ir a ver Gimnasia de La Plata (club en el que jugaba Gatti) y era de Independiente, soy de Independiente. En mi casa mi viejo me decía: «mirá, a ver al Rojo vamos juntos, te llevamos nosotros; ahora, ¿vos querés ir a ver a Gatti?, conseguite la manera»”.

El Carpo en la parrilla de Choripandia

“Con un amigo teníamos una parrilla en Avellaneda y durante casi un año fui plomo de Riff en esos tiempos en los que todavía se podía jugar al fútbol y hacer otras cosas sin que cayeran los boludos en twitter o las selfies mostrándole al mundo cada cosa que hacés”, afirma el Ruso, y agrega: “Choripandia se llama la parrilla y estaba frente a un cine. Y como los domingos había una función que terminaba a las 20 y otra tipo 22, yo los esperaba porque había buena recaudación. Entonces tenía una relación con Pappo, no de amistad, pero sí de conocimiento importante y él sabía que yo tenía la parrilla. Y como andaba cerca de Avellaneda dijo «me voy a comer a lo del Ruso»”.

“Yo estaba como loco porque justo ese día me había faltado el parrillero, Pappo se sacó la campera y se puso a hacer los chorizos; yo le pregunté qué hacía y él me dijo: «dale boludo, hoy me gano la comida». La anécdota es que cerca del cierre caen cuatro chabones del Docke que venían a comer o a chupar seguido y nosotros habíamos puesto una premisa que decía: si querés tomar un litro de vino tenés que comer algo porque sino no te vendemos el vino. Entonces los chabones nos piden unos choripanes, le digo a Pappo esto hay que hacerlo rápido porque si no no se van más, y uno empezó ese es Pappo, y otro qué va a ser Pappo, y así era la discusión. Y cuando sirvió los primeros dos chorizos, los miró y les dijo: «Sí, soy Pappo; así que se morfan los chorizos y se toman el vino que hay que cerrar»”.

Las profecías de Verea

Tres días antes de que Argentina cayera frente a Ecuador, en condición de local y jugando verdaderamente mal, el Ruso tiró un par de vaticinios que se cumplirían a rajatabla: “Argentina tiene un cúmulo de muy buenos futbolistas que llegan a un lugar superior con Messi adentro del campo de juego. El desafío de Martino es encontrar un equilibrio en su idea porque hasta ahora ha mostrado falencias en todo lo que es traslado, no en llegadas porque te la solucionan las individualidades, pero sí muchas en el retroceso. Es un equipo expuesto seriamente a que le lleguen mucho. Le llegan mucho, aunque también llega mucho y convierte, porque no tiene la jerarquía que tiene de la mitad de cancha hacia adelante. Entonces va a tener que elegir seriamente cómo acomodarse para plantear a qué jugar sin Messi”.

Más notas relacionadas
Más por Gabriel Zuzek
Más en Deportes

Dejá un comentario

Sugerencia

Multitudinaria marcha universitaria en Rosario contra el ajuste de Milei

Estudiantes y docentes de la UNR en conjunto con diferentes agrupaciones políticas de la c