La muerte del bajista de Raras Bestias, Adrián Rodríguez, electrocutado en pleno show, el domingo a la medianoche, en el Café de la Flor, enlutó a los músicos rosarinos y como toda tragedia, evitable, abrió un debate. “Creo que en los próximos días llegaremos a la conclusión de que fue una negligencia imperdonable pero negligencia al fin, de parte de los titulares del lugar”, especuló el portavoz del Sindicato de Músicos, Hugo Vitantonio. Aunque aclaró que el bar lleva años programando espectáculos y nunca tuvo un problema de este tipo, más aún, dijo que forma parte del circuito de sitios seguros que publicitan en los medios de comunicación.
En el marco de la investigaciones, la fiscal Valeria Piazza Iglesias, secuestró elementos, ordenó pericias sobre el sistema eléctrico del bar que además clausuró y planea escuchar a quienes en las redes sociales dijeron estar presentes en el momento de la tragedia.
La Municipalidad dijo que ninguno de los controles realizados en el Café de la Flor, detectaron anomalías y el Sindicato de Músicos recordó que tiene un contrato laboral con el bar, en el deberán enmarcar las diligencias porque los músicos estaban trabajando. Ya se anunció una marcha pidiendo justicia por el pibe que esa noche, sólo quería contar a través de su instrumento, lo que sentía y soñaba su banda.
“En el Café de la Flor hubo un problema, lo que llama la atención es que este hecho se haya producido en un lugar donde se presentan bandas en forma sistemática y nunca hubo antecedentes”, explicó Vitantonio. Sus dichos contrastan con algunos comentarios en los medios de comunicación en los que decían que en los últimos días habría saltado varis veces el disyuntor.
“También lo leí, si eso pasó, puede ser que sea un desperfecto que comenzó a insinuarse días atrás y que tal vez técnicamente no fue bien resuelto”, dijo el músico y aclaró que hasta el momento todo lo que se dice al respecto son conjeturas. “La fiscal está muy activa. peritando todo el espacio y asumiendo su posición en forma pública, lo cual es muy importante y en la búsqueda de dictámenes de los peritos”, comentó.
Y no pasó por alto el sentido de hacer análisis el día después. “Estamos hablando con el diario del lunes, ahora somos todos expertos en disyuntores, lo cierto es que toda esta discusión llega tarde, la vida que se perdió ya no se puede recuperar y con la mayor sabiduría debemos transitar este duelo, hacerlo en forma colectiva si es posible, y de ninguna manera salir a cazar brujas, asignando responsabilidades antes de demostrar que las hayan tenidos”, enfatizó.
¿Qué elemento garantiza la seguridad de los músicos en el escenario? “Si soy músico y tengo una propuesta seria, voy a tocar a lugares serios, y con eso minimizo las posibilidades de tener problemas, lo llamativo es que se produjo en un lugar que nunca había tenido una dificultad de este tipo”, remarcó.
Duelo colectivo
“Estamos ante un duelo muy complicado, afecta a la familia, a los chicos de la banda y de alguna manera a toda la comunidad musical y sobre todo a los más jóvenes que son quienes transitan por este tipo de bares con amenización”, reflexionó Vitantonio. Y realizó un repaso por los escenarios posibles de quienes quieren o quienes pueden elegir dónde y cómo mostrar lo que hacen.
“El Café de la Flor, programa bandas en forma sistemática, llama la atención si la responsabilidad pasó por una no atención por parte de ellos es llamativo, pero puede ocurrir”, dijo. Y fundamentó su versión, “se trata de lugares que realizan inversiones importantes, no son improvisados. “Los lugares seguros son los que todos conocemos y que aparecen en las páginas de programación de espectáculos todos los días en los medios de comunicación”, explicó.
Pero admitió otra realidad. “Se trata de un grupo de bares que entran y salen del negocio, que prueban, o eventualmente son los propios grupos que se autoconvocan en algún bar, en esos lugares existen muchísimos más riesgo”, diferenció. Y dijo que los músicos jóvenes y amateurs, en su afán por mostrar sus creaciones y su producción musical, pueden tomar decisiones equivocadas y “tocar en las peores condiciones”.
En contraposición, hay otro target que no saca a la noche instrumentos que van de mil a 15 mil dólares para tocar gratis y tienen producciones más cuidadas, en lugares serios. Completan el menú los salones de fiesta que suelen tener controles más rigurosos y los improvisados que por vender pizza y cerveza, “de pronto quieren armar espectáculos, en ese caso no tendrán las instalaciones adecuadas”, analizó.
Además, dijo que el Sindicato se puso en contacto con los músicos y la familia para asistirlos y contenerlos y reveló que el hecho lo toca de cerca, porque el saxofonista de Raras Bestias, Sebastián Mauro, es su alumno. Las redes sociales son una caja de resonancia de lo que sucedió, la misma que usaba Adrián para comunicar su pasión por la música.
