La Cocina teatro 2

La Cocina, una original adaptación teatral de La Gallina Degollada, de Horacio Quiroga, se presenta en Rosario este sábado en el Salón Dorado del Centro Cultural de la Toma.

“—Mamá, ¡Ay! Ma. . . —No pudo gritar más. Uno de ellos le apretó el cuello, apartando los bucles como si fueran plumas, y los otros la arrastraron de una sola pierna hasta la cocina, donde esa mañana se había desangrado a la gallina, bien sujeta, arrancándole la vida segundo por segundo”, fragmento del cuento La Gallina Degollada de Horacio Quiroga.

El grupo de teatro independiente Cronología del Juguete, oriundo de la vecina San Nicolás, se presentará con su obra dentro de siete días, a las 21.30, en el subsuelo del Centro Cultural La Toma (Tucuman 1349). Con este pretexto el eslabón conversó con Vanesa Gutiérrez, directora y realizadora de La Cocina, una adaptación de la obra La Gallina Degollada, del reconocido escritor argentino-uruguayo, Horacio Quiroga.

Vanesa es porteña y hace quince años el amor la llevó a la ciudad del acero, cuando ya había más rezos que hierros. Allí comenzó su carrera artística como actriz y titiritera. Sobre la obra La Cocina contó que “pretende mostrar la cotidianidad de una familia a puertas cerradas, donde inevitablemente, el fracaso reiterativo en busca de lo que se cree «normal» genera un microfascismo familiar”. En ese escenario, según la directora, “los parámetros impuestos por una sociedad excluyente, se desbordan, se contradicen y se mecanizan”.

La Gallina degollada es un cuento donde las imágenes que narra se hacen carne en la imaginación. Es un cuento, preciso, descriptivo”, respondió Gutiérrez al ser consultada sobre la adaptación del relato de Horacio Quiroga. “Igualmente –añadió–, hubo muchísimo trabajo de escritorio en la dramaturgia, ya que al ser un cuento había que construir el guión, y no de palabras, sino de imágenes y de objetos”.

Para la directora “el teatro de actores, el teatro de títeres y el teatro de objetos son géneros, por llamarlos de alguna manera, que pertenecen a las artes escénicas”, explicó. “Estos géneros pueden ser representados individualmente o fusionarse entre ellos, incluso con las artes visuales, plásticas, la tecnología”, amplió Gutiérrez.

“Esta fusión puede llegar a cumplir el objetivo representativo que la obra requiere”, añadió Gutiérrez. En efecto, en la puesta que podrá verse el próximo sábado, conviven actores y títeres, y en ese sentido, la dramaturga contó que  “en esta obra en particular, los tres elementos (actor/objeto/muñeco), se complementan, se articulan y se relacionan desde una importancia escénica equitativa logrando así una comunicación con el espectador”.

Según precisó Gutiérrez, Cronología del Juguete viene trabajando esta fusión ya hace varios años, inclusive el propio grupo surge del teatro de objetos. “Al teatro nicoleño lo conozco hace unos 14 o 15 años –indicó la realizadora–, que fue cuando me fui a vivir a esa ciudad. En este tiempo creo que  creció mucho en cuanto a la formación de grupos de teatro independiente, los cuales son los generadores de espacios, de espectáculos, de capacitaciones”. Y agregó: “Se cargan en los hombros responsabilidades que el municipio y la dirección de cultura no realizan”.

Unidos y organizados

Los integrantes del grupo Cronología del Juguete participan en Anti, que es la Asociación Nicoleña de Teatro Independiente, la cual se formó hace más de un año a raíz de las necesidades compartidas por los grupos independientes de la ciudad. “Hoy estamos construyendo una sala de teatro independiente, en el Club Sportivo Nicoleño, que será la única en San Nicolás”, contó con orgullo Vanesa. Y añadió: “Trabajamos en forma horizontal, hacemos cumplir nuestros derechos como trabajadores del teatro, logramos el intercambio de conocimientos. Dicen que la unión hace la fuerza. ¿No?”

Una lectura desde la butaca

Haber leído el cuento de Horacio Quiroga, La Gallina Degollada, y asistir a la obra La Cocina, adaptación de la obra literaria a cargo del grupo nicoleño, es una experiencia dura, para la cual hay que estar dispuesto.

Los golpes del palo de amasar sobre una mesa, acompañados con el tic tac de un reloj que contabiliza el tiempo de vida que le queda a Bertita (víctima en el cuento) sumergido en una densa oscuridad, sólo quebrada por pequeña luces que impiden sacar la mirada de lo que no estamos seguros de ver, genera una adrenalina que con impotencia es difícil de sobrellevar.

El espectador percibe como si el decir de la obra necesitara molestar, incomodar, convencer del dolor para lograr la reflexión deseada. Y la reflexión, después de esa experiencia siempre es más que interesante, porque esa persona ya no es la misma.

Ficha

El grupo está conformado por Mariale Barile, Hernán Russo, Facundo Pusterla, Elizabeth Almará y  Facundo Principiano. La Cocina se presenta el sábado 31 de octubre a las 21.30 en el Salón Dorado, Centro Cultural de la Toma (Tucumán 1349. Subsuelo). El valor de la entrada es de 60 pesos, y el de las anticipadas, 50 pesos. Reservas: (0341) 4472179  / (0336) 154201914

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