peron vuelve

El PV (Perón vuelve), estampado en cientos, miles, incalculables cifras, de paredes de la Patria, graficaba el anhelado regreso de Perón, ese abreviado Perón vuelve fue bandera de lucha, resistencia, identidad brotada a pesar de prohibiciones instauradas a sangre y fuego. Fue simple como combativa forma de resistencia elaborada por también incalculables cifras de manos anónimas que sin embargo eran la voz acallada de la inmensa mayoría de la clase trabajadora y sectores populares. Lo escribieron manos de activistas más o menos encuadrados en los grupos peronistas también más o menos organizados, dispersos en lo profundo del territorio nacional, y de simples hombres y mujeres sin encuadramiento alguno que de esa forma expresaban la rebeldía por privarlos del proyecto de Nación abortado en setiembre de 1955. Eran hasta entonces diecisiete años de tozuda resistencia, a pesar de lo que parecía un imposible, ese regreso del General significaba el regreso al gobierno y al poder que restaurara la necesaria soberanía nacional e independencia económica para hacer posible la Justicia social mediante las conquistas perdidas en el aciago golpe septembrino, por lo que no dejó de levantarse la bandera del regreso del líder.

Ya en 1964 Perón decidió volver, pero fuerzas antipopulares junto a contubernios internacionales e incluso de quienes defeccionarón desde el mismo Movimiento que proponían un Peronismo sin Perón, el denominado “neoperonismo” lo impidieron y desde Brasil no se dejó a Perón seguir viaje a la Argentina, y es obligado a regresar a Madrid. La vuelta de Perón a la Argentina entraba definitivamente en territorio utópico, así parecieron entenderlo las clases dominantes siempre de buen y cordial trato con las potencias hegemónicas de turno, dirigentes de tradición liberal conservadora, no pocos democristianos adheridos al Justicialismo, algunos peronistas históricos, y sindicalistas como Coria y Vandor, se aprontaban a desarrollar sus actividades en la Argentina PosPerón; todo o casi todo el poder político estaba en esto. ¿Porque entonces seguían impregnándose las paredes con el PV? ¿Quienes eran los autores? ¿A que o a quien respondían? Fue el interrogante que ya habían respondido intelectuales aquí nacidos, uno comprometido con los pueblos de este sur del planeta el otro añorando cual inmigrante involuntario la Europa de Reyes y aristócratas, el primero describió a esas fuerzas supuestamente anónimas que difundían el PV como “…el subsuelo de la patria sublevada” R. S.O., el segundo simplemente, INCORREGIBLES, J.L .B. En la segunda mitad de la década del 60 se sucedieron acontecimientos muy significativos como disimiles, en varias latitudes luchando y/o cuestionando el orden internacional impuesto con el fin de la 2° guerra mundial, dado que de la reconstrucción ya se mudaba a un capitalismo opresor de los pueblos del denominado Tercer Mundo, esas luchas y resistencias en Argentina las encabezó el Movimiento Peronista con sus originales banderas y la confluencia de nuevas generaciones.

El PV no solo siguió presente en todo tipo de paredes, vagones ferroviarios, encima de cartelería etc., Abandonó cierta clandestinidad y se montó en las miles de manifestaciones que inundaron las calles del país. Como he descripto en la parte II de MEMORIAS, cuando la movilización popular antidictatorial, derivó en puebladas y se veía que las organizaciones armadas de distinto signo iban engrosando sus filas , el régimen ideó “El Gran Acuerdo Nacional” GAN. Ya había sido secuestrado y ajusticiado Pedro E. Aramburu, se vivía el clima de cordobazos, rosariazos y vivorazos, etc. La dictadura conducida entonces por el Gral,, Alejandro A. Lanuse, llama mediante el GAN a la reorganización de los partidos políticos, incluido el Justicialismo(para el Movimiento Peronista el PJ no era el todo, solo la herramienta legal y/o electoral) y da a entender que se permitiría el retorno de Perón al país, pero bajo ciertas condiciones, puso la pelota, como dijera algún comentarista de la época, en Puerta de Hierro, Madrid. Y el habitante de Puerta de Hierro vaya si sabía qué hacer con la pelota. Para sintetizar aquel duelo interoceánico, digamos que la dictadura y sus adláteres proponían levantar la prohibición de participación de la fuerza política mayoritaria, permitir el regreso de Perón, condicionado y limitado a una “participación” del PJ dentro del esquema de partidocracia liberal (Ver “El peronismo y sus causas” R. Puigros) es decir, sin modificar las relaciones de fuerzas que garantizaran los intereses de los sectores que detentan el poder económico-militar, en una palabra se seguía prohibiendo al Movimiento surgido el 17 de octubre de 1945. Ante la “oferta” Perón prepara cuidadosamente su retorno, pero en contrario de lo esperado por Lanuse y compañía, entre otras cosas alienta a la movilización y abona el natural crecimiento e influencia dentro del Movimiento Peronista de lo que entonces llama la “Maravillosa JP”, y lo mas indigerible para el régimen dictatorial, no solo no reniega de las organizaciones guerrilleras por el contrario le da cabida formal dentro del MP como FORMACIONES ESPECIALES, y declaraciones como “…cuando un joven ha aprendido a dar la vida por la patria, ya no hay nada que enseñarle”.

No obstante no define si vuelve o no, entonces Lanuse lanza como desafío no solo a Perón también interpela a los “incorregibles” “PERÓN NO VUELVE PORQUE NO LE DA EL CUERO”. Dentro de este tira y afloje PERóN ANUNCIA EL RETORNO, y la Argentina entra en ebullición. Por un lado las mayorías populares, sus organismos, instituciones intermerdias, organizaciones de base, sectores diversos en movilización casi permanente desafiaban al régimen el que veía que cuanto más represión ejercía mayor era el recrudecimiento de las protestas y cada vez mejor equipadas las organizaciones guerrilleras que a su crecimiento cualitativo se agregaba el cuantitativo pero enfrente la dictadura contaba con el alto poder de fuego de las FFAA y otras fuerzas como policías gendarmería, prefectura, el siempre dispuesto poder económico de la oligarquía al servicio de toda barrera que impidiese el avance del pueblo y ¡¡¡CONTRA EL PERONISMO ESO Y MUCHO MAS¡¡ y el apoyo del imperialismo de turno. El choque ya desembozado de estos frentes con el regreso de un Líder como el Gral. Perón era altamente probable. Ya mucho se ha escrito del regreso de aquel 17 de noviembre de 1972, la imagen del líder protegido por un paraguas sostenido por José I. Rucci a un lado y flanqueado también por el Secretario General del Movimiento Nacional Peronista Juan Manuel Abal Medina, el cerco de tanques, tanquetas y miles de efectivos de las FFAA que rodeaban a Ezeiza con el objetivo de que no tomara contacto con las masas determinaron que Perón quedara por un tiempo sin poder realmente entrar al País. Miles y miles de jóvenes y no tanto se dirigieron a Ezeiza al encuentro anhelado. Presionaron sobre el cerco tendido, decidieron cruzar la alternativa no custodiada a través el río Matanzas. La decisión no tenía en cuenta riesgos alguno y se ignoró todo peligro lógico de un más que posible enfrentamiento. Fue una jornada epopéyica, que demostraba hasta que punto había eyectado la decisión de lucha y entrega de las masas y sobre todo que no solo seguía incólume la Lealtad a Perón la misma se había metamorseado en nuevas generaciones que levantaban potentes las banderas de los luchadores de la Resistencia Peronista. La zozobra dio paso al alborozo. Perón y su comitiva pudieron dejar Ezeiza para llegar a la residencia de Gaspar Campos, en la mañana del 18 Perón se asomo por una ventana a recibir el saludo de la Juventud Peronista ¡¡¡BUENOS DÍAS GENERAL, SU CUSTDIA PERSONAL¡¡¡.

No solo fue la muchedumbre que cruzó el Matanzas, ni los que hicieron vigilia en Gaspar Campos, únicos protagonistas de la mítica jornada, a lo largo y ancho de Argentina hubo manifestaciones de bienvenida, movilizaciones que también alertaban de la decisión de lucha ante cualquier intento de fustrar el regreso o cualquier tipo de agresión contra Perón. La conducción del MNP instruyó a probados cuadros para que entrevistasen y se coordinen las acciones a determinar, con distintos grupos de JP diseminados en el territorio nacional. Al respecto, días antes del 17/12/72, los referentes del cordón industrial al norte de la ciudad de Rosario (Granadero Baigorria, Capitán Bermúdez, F.L. Beltrán, San Lorenzo, Puerto San Martín, Timbúes, y de algunos barrios del norte rosarino) nos reunimos en Fray Luis Beltrán con el referente enviado por el MNP, compañero Juan “Chancho” Lucero, debatimos la mejor forma de prepararnos. El encuentro se realizó en casa de un viejo peronista, Don Leiva, en el vecindario llamado “La Cambicha”, muy cerca de las barrancas del río Paraná. Mientras un grupo se encontraba en el mencionado domicilio, yo y Beto(H.Parente) recibimos a Lucero en la ruta 11. Los tres nos dirigimos a la casa de don Leiva. Comenzada la reunión y con la confirmación por parte de Lucero que el 17 de noviembre Perón decide regresar a la Argentina, nos abrazamos frenéticos los más jóvenes y emocionados hasta las lágrimas veteranos laburantes peronistas que durante 17 años pusieron el pecho en la mítica resistencia, compañeros de inconmensurable valor endurecidos en la militancia y en la vida que le toca a los humildes, lloraron de alegría, y pienso de satisfacción porque la lucha no habría sido en vano.

Ya entrados en el tema organizativo, se nos planteó la disyuntiva entre viajar a Buenos Aires y movilizarnos localmente, se opinó mayoritariamente que a pesar de los deseos de ir a recibir a Perón, politica y estratégicamente debíamos organizarnos en el propio territorio. Para los mayores afloraba el recuerdo de 1964 y la fustración de entonces, ¡¡¡pero esta vez no se permitirá!!!.

Comenzamos a evaluar, formar grupos de cada localidad y/o barrio, fabrica, para iniciar marchas con el fin de lograr adherencias que se transformen en movilizaciones en distintos puntos, para confluir la mayor cantidad posible en un lugar lo más cercano posible a la ciudad de Rosario para marchar a la misma dónde se esperaba una masiva bienvenida y/o pueblada según los acontecimientos. Hubo que prever, distintas posibilidades, transporte, seguridad, estrategias defensivas ante posible represión, logística, etc. etc. Se conversó mucho de distintas posibilidades de resistencia ante el caso de impedimento del regreso, encarcelamiento y atentado contra Perón y/o compañeros. La siempre disyuntiva de ir armados en movilizaciones y hasta qué punto, quienes las portarían, distintas estrategias como por ejemplo, ante obligados repliegues, tomar estaciones de servicio con el fin entre otros de tener combustible necesario para preparación de las conocidas molotov, un compañero al que llamábamos “Robledo” (Carlos Kruppa) proveería los letales “miguelitos” y así un sinfín de posibilidades propios de logística en levantamientos populares, y los modos de la necesaria e imprescindible comunicación entre los grupos y sus responsables(en 1972 no existían celulares, internet, etc y eran poquísimos los teléfonos fijos, pero la comunicación se organizaba de distintas y creativas formas) Una compañera de Villa Margarita, planteó prever la posibilidad de que nos impidan pasar con vehículos, por lo que había que preparar grupos que pudieran llegar a Rosario con medios y alternativas que burlen las posibles pinzas. Premonitoria advertencia. El plan estaba perfectamente establecido y acordado SOLO había que ponerlo en práctica desde las primeras horas del 17 de noviembre de 1972. Terminada la reunión ya estábamos despidiéndonos, fue entonces que don Leiva nos llama a algunos aparte, y nos dice “compañeros o cumpas como se tratan uds. ahora, yo con mis noventa abriles no se hasta dónde podré acompañarlos; escuché al “chancho” quejarse de la falta y escases de fierros, así que Maty (Didi, sordo o toño, según se me nombrara) les entrego esto que será más útil en manos de uds. que en las mias ya muy temblorosas…” , y me alcanza una caja cubierta prolijamente por una tela blanca, cuando tomé el obsequio percibí por su peso de que se trataba, desenvolví la caja de lata de una marca de té, la destapé y con cuidado tomé en mi mano el “lechucero” como le llamaba el querido viejo Leiva, un revolver calibre 32 y 9 proyectiles. Tratamos hacerle desistir del obsequio, fue imposible y hasta amenazó ofenderse…” úsenlo como corresponde para defenderse y proteger a los chicos, si es necesario”, me despedí con un sentido abrazo sin saber que fue el de la despedida, fue la última vez lo vi a ese ser maravilloso, compañero Don Leiva, Supe que lloró de alegría y salió a festejar el regreso del General Perón su “Presidente Gaucho” como le decía.

El rojizo característico del paso de la madrugada a mañana plena fue como telón de los preparativos de aquel día 17 de noviembre, la expectativa y ansiedad imaginable se fueron despejando con la cantidad de tareas a realizar. Me tocó coordinar los grupos que debían concentrarse al norte de barrio Bouchard de San Lorenzo, las directivas determinadas en la reunión de FL Beltrán y bajadas a toda la militancia se iban cumpliendo satisfactoriamente. Muchos chicos y chicas llegaban en muchos casos acompañados de sus madres, a simple vista parecía un preparativo de viaje de estudio, pero las recomendaciones las risas eran un tanto nerviosas, alguna consigna lanzada a pleno pulmón, y en vez de bolsos de viaje solo se portaban en algunos casos alguna mochilas o bolsas de mano. Si bien la mayoría eran jóvenes y no todos encuadrados en JP, fue importante el número de gente mayor. A media mañana llegó el colectivo que nos transportaría y en él un compañero que hacía las veces de posta, y nos avisa que los grupos de Pto. San Martín, barrio Diaz Velez y otros de San Lorenzo, se están concentrando sin inconvenientes y que ya estaban marchando como estaba previsto. Después supimos que tuvieron algunos inconvenientes con lo que intentó ser controles a cargo de la policía provincial.

Ya cumplido en todos los lugares con marchas locales hacia los colectivos, debo decir que no mucha gente se adhirió, si aplaudían o alentaban pero pocos se unían a las marchas. Evitamos pasar frente a Arsenal y Fabrica militar, donde si bien no había pinzas si vehículos, alguna tanqueta y cantidad de efectivos en fajina. Tomamos por calles internas de Beltrán intentamos alguna marcha en esa localidad y se sumaron algunos militantes que residían en las cercanías. Retomamos ruta 11 no muy lejos al sur de entrada a Fabrica Militar. La última concentración se organizó en Granadero Baigorria. Alli debimos parar y salir de la ruta, llegaban noticias que algunos grupos de barrio la Florida oeste y del asentamiento “Campo de mayo” habían sido reprimidos al tratar de marchar por bv. Rondeau. Quizás por ese motivo no se cumplieron las postas de los compañeros de Rosario que debían ir informándonos. Conseguimos un teléfono y llamé a la familia Santos en Nuevo Alberdi (Juan Carlos y Alberto Santos eras dos JP que ya estaban movilizados, su papá Francisco un peronista de la Resistencia los acompañó en los inicios de la marcha, su mamá no se encontraba, eran datos del abuelo Gino un italiano cuya “castilla” era casi incomprensible. Entonces llamé a Don Pedro Federico vecino del lugar que me conocía de chico, dirigente del PDP, después del ¡¡¡cuidense Didi¡¡¡¡ prometió informarnos, lo que fue imposible, habíamos dejado el domicilio donde estaba el teléfono, pero se encontró con Francisco Santos, y se reactivo el sistema de comunicaciones. Era imposible acceder a Rosario en vehículos. Los compañeros de Cerámica, Sarratea y Nuevo Alberdi se reagruparon en Casiano Casas y Baigorria. La desesperanza comenzaba a ganarnos. ¡¡¡El que pueda siga¡¡¡ entonces con un grupo tomamos a pie por la vías ferreas un poco corriendo y otro caminando siempre portando las banderas de nuestras agrupaciones, llegamos una decena cerca del mediodía a calle Baigorria Y C. Casas, toda una travesía de desgaste físico soportado solo por la decisión alimentada por el momento histórico, pero allí recién empezaba lo más sustancioso de la fecha. El grupo encabezado por el compañero Horacio Baster, los Santos, Nino Valdiviezo, Raulito Burgos que por entonces cumplía 14 años y algunos más, nos recibieron con gritos y abrazos ¡¡¡viva Perón carajo¡¡¡¡. Y después de algunos mates ofrecidos por vecina, esposa de un obrero de Cristalería de Cuyo con quien había trabajado en la sección expedición y que portaba muletas por un accidente al caerse cargando un acoplado, Iniciamos la marcha adentrándonos en el llamado Barrio Churrasco dónde hoy se erige el FONAVI Parquefield II. Horacio encabezaba portando una bandera Argentina y arengando incansablemente a participar de la marcha. Algunos curiosos e incrédulos ante nuestra disminuida marcha, preguntaban ¿están seguros que viene?, otros nos miraban en silencio con sorna o lastima también nos reconfortaban con aplausos hombres y mujeres de esa humilde barriada y uno o dos insultos también recibimos. Horacio seguía llamando a encolumnarse por la Liberación nacional y social ¡¡¡vamos que vuelve Perón carajo¡¡¡¡ hacíamos algunas paradas y algunos vecinos nos convidaban con agua y otras “bebidas” incluso en casa de familia santiagueña unas empanadas que fueron reparadoras, lo bueno que ya en el corazón del churrasco se iban sumando los saludos ¡¡¡viva Perón¡¡¡¡Viva Perón y Evita aunque yo me muera¡ grito alguien, y algunos pibes comenzaron a acompañarnos. En algunas viviendas donde se había accedido al televisor se veían los prolegómenos y anuncios de la comitiva que arribaría junto a Perón. Viendo a la gente almorzando tranquilamente me pareció medio quijotesco lo nuestro, menos a Baster que seguía agitando la bandera y siguiendo con eufóricos discursos como ante un auditorio atento y masivo, Nino cual fiel escudero apenas detrás con la bandera del MRP cual edecán, lo seguía con su habitual silencio salvo sus escasos comentarios monocordes “ta´dura la yeca tá, entuavía”.

Pasando las cercanías dónde se erigía el estadio de Sparta, nos encontramos con un grupo que preguntaba donde había que ir y que querían participar, después de un rato arrancamos con los recientes incorporados, cuando se oyeron gritos desde varias viviendas de algunos familiares o conocidos de los muchachos y chicas que decidieron acompañarnos, ¡¡¡las pantallas televisivas mostraban a Perón bajando del avión¡¡¡¡¡¡
Alli mismo espontáneamente la calle albergó una fiesta alegre y bullanguera, nos confundimos entre el gentío, algunos pugnábamos por entrar a las viviendas dónde había televisores que en blanco y negro reproducían la imagen de Perón protegido por el paraguas sostenido por Rucci y un serio Aval Medina a su lado. Costó reagruparnos para seguir, las banderas las portaban chicos del barrio a quienes se dejaron en custodia y no querían entregar, así que desde allí ellos encabezaron la marcha ¡¡¡vamos a la avenida¡¡¡ se perdió el órden, ¡¡¡que hermoso desorden caminaba por veredas y calzadas la marcha peronista competía con los vivas a Perón¡¡¡. Nos detuvimos ante el llamado de una anciana desde el patio al frente de una casilla, que insistentemente nos invitaba a entrar, accedió Nino y otro muchacho de la zona, al poco rato salieron con dos botellas de sidra de la fundación Eva Perón que la anciana había guardado esperando sin saber quizás, poder compartirlas en la ocasión, en esa veredita que aun hoy miro cuando paso por el barrio. Llegando a Rondeau, vimos una ambulancia que quería abrirse paso, después supimos llevaba a alquién que al ver el arribo del ex Presidente sufrió fatal ataque cardíaco.

Desde los barrios del oeste llegaban numerosas personas al Boulevard, una muchedumbre se apiñaba en Av. Alberdi y Génova, recién allí me reencontré con algunos con los que inicié la marcha. Desbordante caos, todo festejo se insinuó seguir por Alberdi al cruce del mismo nombre, cuando varios “cuartitos Azules” esos jeep que usaba la policía aparecieron de repente. No se que debía hacer, pero en pocos minutos quedaron rodeados por una multitud que seguía acresentándose, entonces los policías bajaron de los jeep uno de ellos mostró el interior de su gorra donde guardaba bajo el trasparente cúbretela interior las fotos de Perón y Evita. Se plegaron al multitudinario “coro” entonando la marchita. Vi a Horacio Baster bandera recuperada arengando en andas “….por una patria justa libre y soberana”, Incorregible.
Nos reencontramos algunos del cordón. Con ganas de seguir la fiesta o lo que sea en Rosario, pero teníamos que volver a ver como seguía en nuestro territorio. Ya en San Lorenzo unos seguimos las alternativas por los medios de entonces y seguimos los días posteriores alertas y preparados a vivir lo que vendría. Una “delegación” viajaba Buenos Aires. Nuestro “negro” Rafael Carroza estuvo en Gaspar Campos saludando al General como otro de los miles de su “Custodia Personal”.
Por la jornada de ese día el pueblo por unanimidad en un congreso cuyas bancas fueron las calles y el recinto todos los pueblos y ciudades de la Patria votó para que sea EL DIA DEL MILITANTE a corazón alzado. Publíquese, comuníquese, archívese.

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