Concejo Municipal MC 3252B

“El panorama no nos gusta en absoluto, nos parece que en plena democracia no podés firmar un cheque en blanco al Ejecutivo, para que durante los próximos tres años haga lo que quiera con la TGI”, anticipó la edila Lorena Giménez Belegni (Partido Progreso Social), al recibir el proyecto de Presupuesto Municipal 2016. El texto ingresó ayer en el Palacio Vasallo, con una sola copia que ocasionó turnos de concejales para fotocopiarlo. “Los medios supieron más temprano, los concejales somos los convidados de piedra”, comentó la compañera de banca del Tigre Héctor Cavallero, ahora diputado provincial electo.

Para Giménez Belegni, a simple vista, hay dos cuestiones insoslayables. El revalúo de los inmuebles que podrían dejar a los rosarinos a las puertas de pagar Bienes Personales, cuyo piso arranca a partir de 325 mil pesos, y el aumento de TGI, fijado por topes para los próximos tres años.

“Estamos hablando otra vez de un revalúo altísimo que afectará el valor nominal de las viviendas de cada uno de los vecinos”, dijo Giménez Belegni. Y  enfatizó la relación que ata a este tema con la TGI. En  su opinión, antes de evaluar el aumento de la tasa general de inmuebles hay que hacer foco en la propuesta del revalúo. A modo de ejemplo, el rango Cero de los seis anillos urbanos, en el que estima entre 0 y 34 mil pesos el valor fiscal de una vivienda, subiría su límite superior a 241mil pesos.

“Hay que ser muy responsable al analizar esto porque se puede dejar a los vecinos con otras erogaciones que deberá afrontar”,  dijo la edila. Y llamó a poner la mayor atención en el tema, tal como ocurrió en 2013.

Pero no es la única objeción. Giménez Belegni también criticó con dureza el aumento de la TGI previsto con tres topes anuales acumulativos y hasta el 2018. “Si lo votamos cómo está, le permitimos al Ejecutivo que no tratemos el presupuesto en los próximos tres años”, sostuvo y dijo que en 2013 hubo un intento similar que no prosperó.

“Si hoy votamos la ordenanza impositiva con aumentos previstos hasta 2018, para qué vamos a tratar un prosupuesto el año que viene, es como firmar un cheque en blanco”, comentó. Y apuntó un detalle que le resulta significativo. “Discrecionalmente, el artículo 8 dice que si hay alguna modificación en la emisión de la TGI el Ejecutivo se arroga el aumento de los topes, una locura no sé quien pensó que le íbamos a votar algo así”, enfatizó.

“Imaginemos que si votando el presupuesto cada año no responden un solo pedido de informe, no te dan explicaciones de lo que hacen con la plata, no dan rendición de cuentas ni por casualidad, qué sería si estamos tres años sin discutir los gastos”, analizó.

Y dijo que le hace mucho ruido que se quiera sacar el presupuesto a las apuradas antes del 10 de diciembre, cuando el Concejo cambie su conformación y tenga una oposición muy fuerte, en la que un presupuesto del tenor presentado, tendría fuertes críticas.

El proyecto del Presupuesto llegó con 45 días de atraso, después de la prórroga pedida por el Ejecutivo. Los ediles de la oposición ya lo estaban esperando con los fibrones fluor en mano para analizarlo. Quedan dos o tres sesiones para evaluar a conciencia un profuso escrito de números y argumentos.

 

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