Foto: Javier García Alfaro
Foto: Javier García Alfaro

El intérprete y productor, Ramón Merlo, hijo de Monchito y nieto del Gran Ramón, charló con el eslabón sobre el mundo que rodea a su familia, y su relación con los sonidos y las palabras.

Ramón Merlo III, así lo bautizó alguna vez El Ceja, el primer bajista de su banda, Cambá, esa experiencia musical que combinaba el reggae con la música de raíz litoraleña, a comienzos de los años 2000, y que dejó como rastros dos trabajos editados.

El entrevistado es el hijo de Omar Ramón Merlo, más conocido como Monchito, y es el nieto del hacedor del Rancho de Ramón Merlo, “El Señor del Litoral”, como lo consagraron, quien regenteaba ese boliche tan popular por estos pagos en la década del 60 del siglo pasado.

Ramón nos recibe en su estudio de la zona sur de Rosario, un proyecto en común que comparte con su hermano Simón, emplazado en la misma casa donde vive gran parte de la familia, incluido Monchito, que hace apenas tres meses volvió a ser papá, en esta oportunidad, de la pequeña Aurora.

“No sé porque mi viejo me puso Ramón-se pregunta- si después, cuando me hacen notas, me dice: «que te pongan Ramón Carlos Merlo, porque Ramón Merlo es tu abuelo»”, se queja con algo de humor, y agrega: “Me hubiera puesto Juan, entonces, en vez de Ramón”.

“El primer recuerdo que tengo es musical”, cuenta cuando se le insinúa el origen de su existencia. “No concibo la vida sin un sonido; no sólo la música-aclara-sino el sonido de por sí. Para mí es música escuchar cualquier sonido, también esa cosa loca de si existe o no el sonido. Si un árbol se cae en la selva y no hay nadie que lo escuche, ¿existe o no ese sonido?”, se pregunta.

“Hay inquietudes que me han fascinado desde chico, de una manera personal, siempre como experiencias propias. Y aunque estudié nunca he dejado que me atrapen los libros que hablan del sonido o la música, porque el sonido cambia en todos lados, es como el líquido”.

Justamente este último concepto, atraviesa la atmósfera del nuevo disco de Florencia Croci, Los Jardines Líquidos, que tomó forma en su estudio, recientemente, y que lo tiene a Merlo como integrante estable de su banda y compositor de algunos temas.

“Estuve como productor de Flor, y con los chicos, el Negro Juan (Flores, el bajista), y el Taka Carlesso (el baterista) hicimos una linda tribu. El disco se va a llamar Los Jardines Líquidos, que es un concepto que desarrolla el filósofo Bauman. En realidad, en el disco es como que Flor se va metiendo en la personalidad y la mente de varias mujeres y vive sus vidas, por eso lo de líquido, porque el líquido no tiene forma, como el sonido, sino que va en desarrollo y siempre va cambiando”.

«Es música indie-dice respecto del disco de Flor Croci- y así con ritmos que van cambiando, por ahí es una canción más tranca, y después es una canción más electrónica, pero siempre de cuarteto y no de muchos músicos participando», precisa, y en referencia a la compositora, Merlo remarca que Croci, «es una mina que la guerrea de verdad; soltera, que va al frente con la música, que lleva parlantes para acá y para allá, y carga y descarga, y no es una estrellita, es una mina fuerte, con personalidad, una mina que toca la guitarra eléctrica en un circuito machista, nadie le puede decir nada porque tiene su talento. Mas que todo su caminar por la vida me conmueve, como humano».

Por estos días el músico también está abocado a la producción en conjunto con otro compositor local, Mauro Digerolamo: “Con Mauro estamos haciendo canciones, él me deja temas en la guitarra y yo armo como productor toda la escenografía”, dice, y agrega: “Hace unas cosas muy bonitas con la guitarra, con muchos acordes, y me deja a mí que haga lo que quiera con las canciones. Y yo hice todo mucho más minimalistas, armé pistas y esas cosas. A él le fue gustando la primera que hicimos, la segunda, la tercera, y así, tengo apoyo incondicional”.

“Seamos cyborgs”
Ramón Merlo confiesa su naturaleza instrumental: “De pendejo que hago pistas. Para mí lo instrumental es todo, porque la palabra es como que si no está acompañada detrás por un gesto, no es nada -cuenta sobre su valoración de lo que suena, y también de lo que se dice. “Para mí la poesía es todo, lo demás es chusmerío”, sentencia, y agrega: “Me gusta que la palabra me despierte algo, como una puerta al más allá”.

“De muy chico me gustaba contar cuentos, historias como de terror, como las de Edgar Allan Poe”, confiesa.

Con respecto al hombre, y los procesos electrónicos-digitales que atraviesa lo sonoro, Merlo analiza: “La gente no alcanza a entender que la música no tiene que ser definitivamente electrónica, porque no somos robots todavía, somos cyborgs. Cuando seamos robots, hagamos 100 por ciento música electrónica. Mientras tanto, seamos cyborgs: mitad electrónica y mitad análoga.

El Color de la mente
Así se llama el estudio de grabación donde Ramón Carlos Merlo pasa gran cantidad de horas de su vida; experimentando, componiendo, grabando, y mezclando. En ese lugar pergeñó gran parte de la obra de Cambá, materializada en dos discos, El Manifiesto Cambá (2005); y Apocalipsis Reggae (2009). Y otros proyectos, entre los que se destaca el trabajo de composición y producción que hizo junto al rapero colombiano Ali A.K.A Mind, o la experiencia en los estudios que realizó con un grupo de jóvenes polizones africanos, que recalaron en la ciudad a través de las aguas del Paraná, hace unos años, escapando de conflictos políticos y sociales de sus respectivos países.

En este espacio, su estudio, Ramón prepara algo más bien propio, algo que puede dispararse en un futuro álbum solista: «Tengo composiciones que todavía no sé si combinarlas todas, o grabar algo con guitarra solo; no sé, no tiene una casilla, es como decirte Sumo, salvando las distancias, claro, que hacía un tema distinto a otro. Si no es así me aburro, porque para mí, el lunes es el lunes, y el martes es el martes, y el miércoles…y así, un disco que es igual, es como si la vida siempre fuese un martes, la vida tiene que tener esos cambios, porque un día te levantas de una manera, y al siguiente de otra, me muero si escucho algo igual siempre»

Tanto los últimos trabajos de Monchito, como el proyecto chamamecero que llevan a cabo su tío, y su hermano, el conjunto de Mauri y Simón Merlo, lo tienen a Ramón como protagonista, principalmente como técnico de grabación,ya que como señala, «cada uno», en su familia “es su propio productor, hablando del disco, de los arreglos y las letras. Eso sí, -aclara-mi hermano y mi viejo tienen más conexión porque tocan el mismo género”.

—Hablando de chamamé, ¿cómo percibís el reconocimiento que hay con respecto a tu familia, más concretamente, a la música que hizo tu abuelo y hace tu viejo, inclusive de parte de nuevas generaciones como el caso de Dubies, que invitaron a tu viejo a grabar en su último trabajo, Hechos?
—Sí, uno agradece el reconocimiento que hay para con mi viejo y mi abuelo. Hace años, por ejemplo, lo pude saludar a Skay Beilinson cuando vino a Rosario. Su guitarrista y la Negra Poli, principalmente, me saludaron por mi papá. Me dió vergüenza, porque no me gusta molestar a gente tan famosa, y me devolvieron ese gesto que jamás voy a olvidar. Decirle un piropo a mi viejo es bajarse del caballo. Yo sé quién es mi viejo, mi viejo es un músico de chamamé, no de jazz. Y no te olvides que el chamamé es la música más discriminada del país, es la música más grasa, discriminada por los propios folcloristas. Siempre molestó porque viene de las clases más bajas, que son dueñas del chamamé, como molestaba en sus orígenes el blues o el jazz.

—¿Cómo repercutió en tu familia que vos no te dedicaras de lleno a la tradición más chamamecera?
—En mi casa siempre ha sido la música lo principal, no sé si tanto el chamamé. Mirá, lo que más respeto de la enseñanza de mi viejo es que, aunque a él nunca le gustó mucho lo que hicimos –y menos lo que hice yo–, siempre nos apoyó, nos apoyó de verdad. Ese gesto hasta el dia de hoy me conmueve, porque siempre nos ha dejado ser nosotros. En mi casa, cada cual expuso su pensamiento, así esté en contra del otro. Y todos sabemos que exponer en el otro el pensamiento de uno genera una percepción que por ahí no muchas veces es positiva, pero tratamos de llevarlo así, con lo que eso produce. Igual ahora lo estoy repensando y por eso rescato la frase del gran Marcelo Bielsa, que dijo: «La verdad sólo debe ser dicha cuando mejora al colectivo, y no sólo cuando enaltece al que lo dice». Me pareció un frase de gran altura. Es un gesto positivo, porque uno trabaja con gente y con grupos de gente, y es importante también para entender a la otra persona.

—¿Entonces El Loco es uno de tus referentes?
—Sí. ¡A él lo quiero conocer! –dice exultante– lo quiero conocer más que a cualquier figura mundial. Yo siento –ahora más reflexivo– que es de las personas que más me influenció en estos últimos años. Leí mucho sobre él, me sirvió mucho para trabajar en el estudio con los músicos, porque los músicos somos difíciles. Todo lo de Marcelo Bielsa me ha mejorado, uno tiene que poner algo sicológico, yo en el estudio trato de que se cree una brujería en el momento de grabar un disco. Y que se genere algo, y no que sea algo plástico, que vos venís, grabás, y te vas a tu casa y ya está.

“El sonido está en los dedos”
Ramón expresa las cosas que no le gustan y, entre mate y mate, dispara más reflexiones. “Creo que importa más hacer la canción que dónde hacerla y el sonido, porque, en realidad, el sonido está en los dedos, eso dice un amigo (después cuenta que ese amigo es el Negro Juan). El sonido no está en los micrófonos alemanes o austriacos o en los estudios de grabación, aunque a mí me encantan los micrófonos y tengo varios. Pero sé muy bien que el sonido está en los dedos. Si vos tocás mal, sale mal. Por eso muchos seguimos escuchando a Robert Johnson. No por lo que suena, sino por lo que está dentro de la canción”.

El también guitarrista y tecladista, admite que no escucha mucho lo que se hace en la escena local, pero apunta lo que conoce de cerca, y a proyectos a los que se acercó por curiosidad. “Mauro y Flor me resultan de los artistas más lindos, más sensibles, y HD, unos artistas muy buenos, como otros artistas en el under, eso me despierta alegría. Se está moviendo algo atrás que está bueno y que no es tan pretencioso, suelo ir en busca de algunas cosas, como por ejemplo los chicos de Ovulating Hummingbirds, un trío de pos rock instrumental, que me parecen geniales”

Y en contraste, reflexiona:“Me he dado cuenta en los últimos años, que la música nos puede hacer más mala persona, a los artistas en general, porque los artistas no somos distintos al común de la gente. Por ahí hay mucha hipocresía, todas las bandas de alguna forma vendemos nuestra música, pero es feo cuando se pone una bandera ahí adentro y después se hace otra cosa que no es. Hay pibes que dicen ser anarquistas y después se van a grabar a los grandes estudios de Buenos Aires, a alimentar la maquinaria pica carne de músicos”.

“La música nos tiene que servir para para ser mejores personas, no para plantar una bandera dentro de la música de cualquier estilo, sino para abrir una puerta, para un escape del mundo”.

Una música de película
Para Los Jardines Líquidos, lo nuevo de la Flor Croci, un material que saldrá en marzo próximo, Merlo anticipa que participará como realizador audiovisual en el video de la canción Roja abducción, en el que participará la propia Croci junto a la actriz Leticia Bredice, quien tiempo atrás, tuvo a la guitarrista como parte de su grupo, en el que era vocalista. Ramón le mandó la historia a través de viñetas a Brediche, y está, le dió el ok: “La canción cuenta el pacto de un músico con el diablo”, revela, y adelanta algunas secuencias que prometen subir aún más, las temperaturas de estos meses: “Una de las escenas transcurre en un sex shop, en esos box que sirven para masturbarse, hasta ahí llega el personaje de Flor, siguiendo a un tipo, y en ese momento se suma el personaje de Leticia”.

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3 Lectores

  1. Luciano Santillán

    15/02/2016 en 17:58

    Además de talentosisimo, es humilde. Característica elegiría para la gran persona que es Ramón. Un maestro!

    Responder

  2. Luciano Santillán

    15/02/2016 en 18:01

    Además de talentosisimo, es humilde. Característica excepcional para la gran persona que es Ramón. Un maestro!

    Responder

  3. YESICA

    15/02/2016 en 18:11

    SOS UNA GRAN PERSONA CON UNA CALIDAD INCREIBLEMENTE HUMANA EXITOS Y MAS EXITOS PARA TU VIDA QUERIDISIMO RAMON CARLOS MERLO!!!!!!

    Responder

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