Juan encabezó numerosos actos frente a tribunales. Foto: Andrés Macera.
Juan encabezó numerosos actos frente a tribunales. Foto: Andrés Macera.

Luego de tres largos años de lucha, el juez José Luis Mascali condenó a Héctor Daniel Riquelme a 16 años de prisión por el asesinato de la militante social Mercedes Delgado, cometido el 8 de enero de 2013. Mecha, como le decían en Ludueña, salió a buscar a su hijo menor al advertir un tiroteo en la calle y murió al quedar en medio de la balacera entre dos bandas. Los disparos, que provenían de un solo lado y eran destinados a un grupo de jóvenes del barrio, impactaron en el cuerpo de Mercedes. La querella pudo probar que Riquelme actuó con intensiones de matar.

«Estamos conformes con la condena porque entendemos que en Rosario hay muchos casos de homicidios como el de mi madre que en su mayoría terminan impunes, en juicios abreviados o con una condena muy baja», reflexionó Juan Ponce, hijo de Mecha, luego de que se conociera el dictamen del Juzgado de Sentencia Nº 7. «Con 16 años no nos devuelven a nuestra madre, pero alcanzamos justicia, logramos que su asesinato no quede impune», agregó.

Tras el homicidio de la militante social y cocinera del Centro Comunitario San Cayetano, el asesino de 49 años, se mantuvo prófugo 20 meses y fue detenido en septiembre de 2014, por personal de la Tropa de Operaciones Especiales (TOE), en Santa Fe.

Sobre las distintas trabas que sufrió la causa, entre ellas el cambio de jueces, Ponce cuestionó que «encontrar a Riquelme llevó 1 año y 8 meses». «Es mucho tiempo y eso hizo que se debilitara la causa», describió, no obstante, destacó: «La presión popular hizo que parte del poder judicial quite varias barreras para lograr la captura del asesino».

Tres meses después de la detención, la jueza Irma Patricia Bilotta lo procesó y mandó a juicio, por encontrarlo probable autor material de «homicidio agravado por el uso de arma de fuego», contra Mecha; y por la «tentativa de homicidio agravado por el uso de arma de fuego y la participación de un menor de edad (su hijo)» contra los integrantes de la banda con la que se enfrentaron aquella noche de enero.

El lunes pasado, Riquelme fue condenado al quedar comprobada su intención de matar. Los abogados del Centro de Asistencia Judicial (CAJ), que depende del Ministerio de Justicia de la provincia, oficiaron como parte querellante. «Estamos muy agradecidos con los abogados Ricardo Lamas, Virginia Llaudet y Adriana Lucero, porque ellos siempre nos abrieron la cancha para que nosotros podamos participar y estamos agradecidos también de que hayan peleado desde adentro en Tribunales por la causa de Mercedes Delgado, mientras que nosotros, como militantes y como hijos peleamos en la calle, exigiendo al poder judicial para que de una vez por todas hagan justicia con una condena que es la que hoy estamos celebrando», dijo Ponce.

—¿Qué importancia tuvo en este proceso de búsqueda de justicia la participación de organizaciones sociales y políticas?
—Fue fundamental. Las organizaciones sociales apoyaron y acompañaron porque seguimos creyendo que la forma en que se construye la justicia es entre todos, con la barriada en la calle, tratando de cambiar un poco la realidad. Yo creo que todos se sintieron referenciados por el trabajo popular que hizo durante más de 20 años mi madre, en barrio Ludueña.

—¿Quién era Mecha?
—Era una madre muy especial, y sus hijos tuvimos que entender que no era solamente nuestra madre. Lo veíamos en nuestra casa, cuando por ejemplo, los fines de semana se llenaba de chicos del barrio que se quedaban a dormir, o a comer. A veces era imposible entrar a la casa de mi madre por la cantidad de colchones tirados en el piso, con los chicos durmiendo después de hacer juntadas juegos y actividades. Y los padres de los mismos chicos confiaban en mi mamá, sabían que estaban con ella y los cuidaba.

—¿Cómo está Ludueña hoy, después del asesinato de Mercedes? ¿Qué cosas cambiaron?
—Ahora está más tranquilo. Siempre hay problemas pero no como en ese momento. Tenemos a muchas organizaciones trabajando, como el Bodegón de Pocho, que laburan muy bien con la barriada y el Caleidoscopio, por ejemplo. Tenemos un montón de personas que son muy valorables, como también las propias compañeras de mi madre del comedor San Cayetano. Sabemos que el narcotráfico y los problemas que trae se viven no sólo en Ludueña sino en todo Rosario, es complejo pero con laburo territorial vamos a haciendo lo que se puede. Pero todo esto que pasó con la causa de Mercedes, que se hizo Justicia es un mensaje para los vecinos, de que esta es la manera, la de organizarse contra la impunidad.

La otra parte de la causa, la misma cara de la violencia

En cuanto al otro expediente de la misma causa, que juzgaba por separado a tres jóvenes implicados en el tiroteo ocurrido esa fatídica noche de enero en barrio Ludueña, Ponce señaló: «Nosotros no tuvimos ningún tipo de participación en esa parte de la causa, por lo tanto ni siquiera pudimos apelar a la sentencia que desde un principio nos pareció muy baja», dijo Ponce al referirse a la resolución del mismo juez José Luis Mascali, que en octubre del año pasado dictó penas de entre 5 y 7 años de cárcel, por los delitos de «tentativa de homicidio y portación de armas». Uno de esos acusados es hijo de Riquelme.

Fuente: El Eslabón.

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