Foto: Javier García Alfaro
Usuarios del sistema de salud mental, presentes. Foto: Javier García Alfaro

El movimiento rosarino que reúne a diversos actores del sistema de salud mental, incluidos usuarios y trabajadores, realizará este domingo múltiples propuestas artísticas para divulgar la importancia de la norma votada en 2010, y denunciar políticas de desmantelamiento sanitario.

El Festival Salud Mental Somxs Todxs que se realizará este domingo 3 de abril, desde las 16, contará con producciones de usuarios, feria, murga, proyecciones, espacios de poesía y bandas en vivo como Los Bardos, Girda y los del Alba, Homero y sus Alegres. Además habrá intervenciones teatrales del grupo El Puente.

Los cruces artísticos poblarán las escalinatas del parque de España, a orillas del río Paraná entre las calles Sarmiento y Mitre, y servirán como dispositivo de difusión de los puntos clave que conforman la Ley Nacional de Salud Mental que una mayoría de legisladores nacionales votaron a favor en el 2010, durante la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner, y que bajo la gestión macrista se intenta dejar sin efecto.

La comunidad del sistema de salud mental exige la plena aplicación de la ley, la creación del Órgano de revisión provincial, y el paulatino cierre de manicomios (la desmanicomialización), previsto por la norma para el 2020.

Juan Cruz Cosio es miembro de La Masotta, agrupación estudiantil de Psicología. Es un activo militante de la ley y confluye desde diciembre del año pasado en reuniones periódicas en la Red Experiencia Santa Fe junto a otros profesionales y estudiantes, psicólogos, psicopedagogos, docentes, organizaciones sociales y de derechos humanos, además de usuarios, familiares y trabajadores.

“Este nuevo encuentro es un campo estratégico para poder activar, para poder cambiar el imaginario de la sociedad. Este evento tiene la potencia de llegar al corazón de la gente. Es una visibilización importantísima”, dijo el joven. “Vamos a llenar el parque de usuarios, digamos, vamos a llenar el parque de locos y locas, con sus producciones, con lo que hacen, con lo que piensan, con su grupo de teatro en el que ellos mismos actúan y se dirigen, esto tiene mucha potencia a la hora de transmitir”, consideró.

De la cabeza hasta los pies
Alejandro García toca el güiro y es una de las voces de Homero y sus Alegres, la banda que hace 8 años interpreta cumbia rescatando el género santafesino, su raíz colombiana y otros ritmos populares. Además, García es parte integrante del grupo teatral de improvisación The Jumping Frijoles.

“De la ley sé algunas cosas, como el reconocimiento de los derechos de los pacientes, y sobre los manicomios que no están preparados para trabajar la salud mental. O sea, que se dejen de construir esos lugares y que se interne a los pacientes en los hospitales públicos y se respete su identidad, esas cosas son muy importantes”, afirmó el músico.

“Me han contado algunos amigos que son psicólogos y trabajan en lugares de este tipo que las condiciones son durísimas. Nosotros fuimos con los Jumping Frijoles a actuar a la Colonia de Oliveros, y con la banda fuimos a tocar a lugares chicos, que eran como casas, centros de días”, contó García, y agregó: “Ellos se sienten parte de algo ya sea como espectadores o como artistas. Entonces, eso es inclusión, no es darle algo para que ellos vean y nada más ”.

El grupo Los Bardos, que crearon Pablo Pino, cantante de Cielo Razzo; Ezequiel Salanitro, el guitarrista de Sikarios; y el acordeonista de Degradé, Nahuel Marquet, también estará presente en el festival.
Marquet contó a el eslabón que él y sus compañeros brindaron su apoyo a la ley apenas Lisandro Sagué, bajista del grupo, les comentó los pormenores del caso.

“Sabemos que apunta a terminar con la segregación, el aislamiento y la internación; el cierre de los manicomios es algo muy importante. Creemos que el encierro no cura, se genera un vicio y una alineación en el encerrado”. El integrante de Degradé comentó que trabaja en un centro de día y que cotidianamente percibe la fuerza musical y expresiva y su conexión con los usuarios: “A través de una canción, un sonido percusivo, una letra de un tango o una cumbia se generan cosas impresionantes”.

“Creemos que el encierro no cura –prosigue Marquet–, se genera un vicio y una alineación en el encerrado. Cuando pienso en el rock y la locura se me viene a la cabeza esas primeras frases del rock en castellano: «Estoy muy solo y triste acá en este mundo abandonado». Pienso que surge desde el dolor, el padecimiento. La historia de Tanguito es un ejemplo de cómo se puede aislar, destruir a una persona, segregarla”.

Sergio, un todo terreno
Uno de los tantos usuarios que va a participar activamente en el Festival Salud Mental Somxs Todxs, es Sergio. Integra la Asamblea de Usuarios y es uno de los creadores del grupo El Puente. Dice que uno de los objetivos será “la expresión libre”. “Hace un tiempo que voy al Hospital Roque Sáenz Peña, en la zona sur de la ciudad. En ese lugar hacemos actividades artísticas que tienen que ver con la salud. Este domingo cada integrante de la Asamblea va a leer puntos de la ley y va a contar experiencias propias”, detalló.

En el Sáenz Peña, Sergio asegura que encontró, junto a otros compañeros, “un espacio para entablar relaciones y nuevos vínculos”, y argumenta: “La ley prevé estos tipos de lugares como dispositivos. Después de algunas crisis y padecimientos que tuve, empecé el tratamiento. Yo estaba encerrado en mi mundo y recién desde este lugar pude entablar una relación con lo social, y con el tiempo pude manejarme solo. Después en el hospital se abrió un espacio donde comenzó la experiencia teatral de El Puente, y a medida que fue avanzando el tiempo surgieron más actividades gracias a la buena voluntad de los talleristas que lo hacen ad honorem”.

“No es algo inmodificable”
“Hay que vencer las situaciones de estigmatización e incapacidad a la que se somete a los usuarios”, señaló Cosio, estudiante de psicología y miembro de La Masotta. “Por este motivo entendemos que el encierro, el recortar vínculos afectivos a las personas y su historia local en el barrio, lejos de curar y de propiciar espacios saludables, favorece a la estigmatización”, subrayó.

“Experiencias como El Puente nos unen en la búsqueda del bienestar porque no es irreversible lo que uno tiene, se puede estar bien, se puede mejorar”, sostuvo Sergio, y agregó que el objetivo del festival será “que la gente se vaya con una noción, un entendimiento de lo que significa la ley de salud mental, junto a las vivencias nuestras, del usuario, para saber cómo se siente y por qué defendemos lo que defendemos”.

Yo estoy al derecho, dado vuelta estás vos
Desde los primeros días de gobierno de Mauricio Macri los grupos organizados en torno a la defensa del paradigma de salud mental de la ley votada en 2010 y promulgada en 2013, se pusieron en alerta ante lo que se presenta como la asunción de hecho de Andy Blake en la Dirección Nacional de Salud Mental. “Decimos «de hecho» porque no fue nombrado todavía, pero tenemos entendido que ya anda por los pasillos del ministerio de salud”, precisa Juan Cruz Cosio, miembro de la agrupación estudiantil La Masotta. “Blake dice que esta ley que defendemos beneficia a una corporación de psicólogos. Fijate lo loco que está que piensa que la ley surge de una corporación que busca trabajo de este modo y que quiere asegurarse su puesto con una ley votada por el Congreso Nacional, o sea un delirio”, señala.

Entre los no muy auspiciosos antecedentes de Blake se encuentran sus declaraciones públicas en contra de la ley y a favor de la industria de medicamentos, el rechazo al análisis interdisciplinario de los casos de padecimiento mental y a los dispositivos alternativos y sustitutivos de lo manicomial. Además hay un hecho de fuego: fue responsable de la feroz represión que sufrieron usuarios, trabajadores y hasta medios de prensa, en el hospital Borda, en un conflicto suscitado en 2013, cuando el funcionario encabezaba la cartera de salud en la ciudad de Buenos Aires.

“Este personaje quiere excluir las adicciones del ámbito de la ley, o sea que con esto se vuelve a criminalizar el consumo, el mismo queda en el marco de la justicia y no de la salud. Se niega entonces que las adicciones sean un problema social y se encuadra en un tema meramente individual y que debe penarse. Es otra avanzada de Blake para con la ley”, afirmó Cosio, quien apuntó al gobierno nacional por el paulatino desmantelamiento del sistema de salud, con o sin Blake: “Hace unos días, se cerró un centro terapeútico en la ciudad de Granadero Baigorria. Había alrededor de 23 personas que participaban de actividades, acompañados en problemáticas de adicción y consumo. Se pasó de brindar una contención diaria en la semana de diez horas. Gran parte del día esos pibes estaban ahí. Hubo despidos de trabajadores y las horas fueron disminuyendo. Y estas personas quedaron a la deriva, este es uno de los tantos impactos de las políticas macristas en la región”.

La Ley de la Locura

 

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