Los datos dados por Jorge Todesca dejan sin fundamento estadístico las afirmaciones del presidente.
Los datos dados por Jorge Todesca dejan sin fundamento estadístico las afirmaciones del presidente.

El principal justificativo de las medidas que el gobierno de Mauricio Macri está tomando, con fuerte impacto en las familias de menores ingresos y de los trabajadores en general, es la supuesta “pesada herencia” que dejó el gobierno anterior. El coro de voces, que al unísono divulgan con la ayuda de los medios masivos de comunicación, intenta explicar que estas medidas son el remedio amargo que debe tomar una economía enferma para salir de la agonía terminal provocada por un estado ineficaz.

Este relato se apoya en declaraciones que, en muchos casos, carecen de fundamentos y que, con el correr de los días, éste se va cayendo con la fragilidad de un castillo de naipes. Lo llamativo es que quien termina desmintiendo las declaraciones de los funcionarios y funcionales macristas, son las propias estadísticas oficiales que emite el gobierno nacional a través de sus distintos organismos, por ejemplos: el cálculo del Déficit Fiscal del Sector Público Nacional y del Producto Bruto Interno argentino (PBI) y la cantidad de Reservas Internacionales en el Banco Central de la República Argentina (BCRA).

El ministro de economía, Alfonso Prat Gay fue el primero en declarar que el déficit fiscal que dejaba el gobierno anterior superaba el 7 por ciento del PBI. Sin embargo, la publicación del dato oficial, utilizada por el mismo presidente Macri, estableció un déficit primario del 5,4 por ciento del PBI. A simple vista, esto ya muestra casi dos puntos menos que lo declarado por el ex JP Morgan.

Sin embargo, no hay que pasar por alto que en diciembre de 2015 se modificó la usual metodología del cálculo de gastos e ingresos del Sector Público que respondía a criterios definidos por organismos internacionales. Ahora, el cálculo decidido por el Ministerio de Hacienda y Finanzas Públicas (ex Ministerio de Economía) excluye del conjunto de Ingresos corrientes del Sector Público Nacional (entiéndase como el Estado Nacional) las rentas provenientes del BCRA y del Fondo de Garantía de Sustentabilidad, algo paradójico ya que según la Carta Orgánica del BCRA, el Estado Nacional es el único dueño del Banco Central, y, como es lógico, las ganancias del banco van a su dueño, o sea, el Estado.

Por otra parte, también incluyó en su cálculo del déficit fiscal la denominada “Deuda Flotante”, que son las obligaciones de pago pendientes de ejercicios anteriores con sus correspondientes actualizaciones de costos, y que representan un movimiento contable “habitual” porque se computan año tras años. En consecuencia, si se quisiera sumar estos gastos, habría que descontar los que pagos que se hicieron en 2015 pero que correspondían al año anterior.

Con respecto al PBI, la idea de una “economía que lleva años sin crecer” quedó totalmente derrumbada. El pasado 30 de marzo el “ahora creíble” INDEC dirigido por el macrista, Julio Todesca, publicó los datos del producto para el año 2015 y, lejos de presentar guarismos negativos, registró un crecimiento del 2,1 por ciento respecto al año anterior, duplicando las proyecciones de organismos internacionales para el promedio de países latinoamericanos.

Agregando los años anteriores (que forman parte del relato de la “pesada herencia”) se observa que, con los mismos datos publicados por la entidad oficial, el PBI argentino creció entre el año 2011 y el 2015 un 6 por ciento (a precios constantes), dato que deja sin fundamento estadístico la afirmación del señor presidente, respecto a que la Argentina lleva 4 años sin crecer.

El tercer ejemplo citado, tiene que ver con las Reservas Internacionales en el Banco Central cuyas arcas, según algunos famosos comunicadores, “el gobierno anterior había dejado totalmente vacías”. En efecto, muy lejos de tal falacia, el propio BCRA, dirigido por el macrista, Federico Sturzenegger, ha publicado la cifra de Reservas Internacionales, que al 10 de diciembre de 2015 era de 24.862 millones de dólares, nivel semejante al que se registra actualmente, si se omitiera el reciente ingreso de 5.000 millones de dólares que se obtuvo cambiando deuda interna por compromisos externos de corto plazo con un grupo de banco privados.

En efecto, las estadísticas oficiales del gobierno de Cambiemos, están aportando información suficiente para afirmar que la pesada herencia no es, precisamente, aquella que pintaba un país “desbastado”; además, ayudan a espejar con objetividad el encasillamiento banal que se suele hacer, entre defensores y críticos de un gobierno, que impide observar lo que verdaderamente importa.

Lo paradójico es que, muy lejos de observarse las bondades del “shock de confianza” que se auguraba con la llegada del nuevo gobierno, el presente empieza a mostrar que, cualquiera haya sido la “herencia”, la gran mayoría empieza a sentir el rigor del ajuste, mientras algunos pocos festejan con alegría un nuevo tiempo de acumulación.

* fundación@pueblosdelsur.org
www.pueblosdelsur.org

Fuente: El Eslabón

Más notas relacionadas
Más por Esteban Guida*
  • Salir de la pesadilla Milei

    Ni soluciones mágicas ni desesperanza. Así se presenta el escenario que indefectiblemente
  • Olvido, mentira, injusticia

    Marzo no es un mes cualquiera en la Argentina. Desde 1976, su día 24 tiene un significado
  • Carne y hueso

    Me despierto todo meado y lleno de resaca. Me duele hasta la uña del pie. Tomo aire y el o
Más en Columnistas

Dejá un comentario

Sugerencia

Amenaza con arma de fuego en medio de una protesta de estatales

Delegados de ATE de la secretaría de Derechos Humanos denunciaron que un custodio policial