El sello y productora que nació en Rosario a comienzos de la década del noventa acaba de lanzar su producción número 580: un hermoso box set de Los Violadores, con sus primeros cuatros discos que estaban descatalogados.
Hace unos años que sellos multinacionales de la industria musical denuncian estar en peligro por la piratería y, mediante campañas ridículamente amenazantes, acusan al consumidor de que debido a la descarga de música gratuita y la grabación y posterior venta de discos no editados oficialmente, están en vías de extinción. Desde las instituciones que administran el dinero de los derechos sobre las obras de los músicos, llegaron a comunicar mediante una grotesca campaña, que un músico muere, cada vez que se piratea un disco. Lo concreto, sin embargo, es que las pautas de consumo cambiaron. Las plataformas musicales no son las mismas, los formatos disponibles para adquirir música revelan diferentes alternativas, y el dinero que una persona debe invertir en recrear su mente escuchando lo que le gusta, se reduce ampliamente gracias a la oferta que existe en Internet. Y contra esto, la industria es imposible que pelee. A partir de ahí, se vieron forzados a repensar cómo seguir llenando sus arcas con cifras siderales. Unas de las alternativas, fue revitalizar el lanzamiento de Vinilos. Al ser un objeto llamativo por su tamaño, donde se aprecia mejor el arte; y tener otro plano del audio, la venta ha ido creciendo y hoy parece ser la propuesta más alentadora para perpetuar el negocio. El CD, en cambio, ha bajado muchísimo el número de venta; también es cierto que no ofrece lo que se espera, ya que las ediciones son cada vez más precarias, y el precio de venta al público, más elevado. En medio de este panorama, ¿cómo hace un sello independiente para subsistir? Agudizando la imaginación y bajando los precios, tal vez sea la respuesta indicada. A priori, esta clase de sellos, en su mayoría, entiende el cambio de rumbo en el consumo, y generalmente no tiene el prejuicio del discurso conservador, entendiendo que si a alguien le gusta mucho un disco, lo que no entra por la venta del formato físico, puede entrar en la asistencia a un show o por la compra del formato digital. Y en algunos casos, ofreciendo ediciones especiales de materiales descatalogados, inéditos o en vivo y directo, en formatos box set, y a un precio relativamente accesible en comparación con lo que hoy sale un CD liso y llano. En este sentido se destaca Pinhead Records, sello independiente creado por el rosarino Maximiliano Bueno en el año 1990, como fanzine. Bautizado con el nombre de un tema de los Ramones, comenzó siendo un puñado de hojas que contenían información sobre bandas, reseñas de discos y anuncios de recitales. Por esos días, Maxi tenía apenas trece años, y a pesar de ser casi un niño en la puerta de la adolescencia, se sintió impulsado a generar algo donde no había nada. Así fue que quiso comenzar a difundir a ciertos grupos, con el objetivo de generar una escena y germinar un movimiento, al costado de lo que ya existía. Con este pensamiento, en 1992, se hizo cargo de la edición casera del primer cassette de la banda emblema del hardcore rosarino, Intense Mosh. La edición 001 del sello Pinhead, fue el primer demo de Intense Mosh.
Cuando Parecía que se podía hacer todo
En el comienzo de la década del noventa, se avecinaba entre los jóvenes un punto de ebullición. El cambio de década, y sobre todo de gobierno, abría nuevos espacios de acción entre una juventud que, empujada por políticas neoliberales, buscaba espacios de refugio –entre otras cosas– en el arte. La música, más que una vía de escape, representaba ese lugar donde uno podía sentirse que era parte de algo. Y en ese sentido, identificándose en el otro, comienzan a proliferar subgéneros en el universo del rock. Si hasta ese momento, donde había un poco de ruido con algo parecido a lo que les gustaba a los jóvenes, asistían todos; a partir de entonces, si bien perteneciendo al mismo núcleo, la masa comienza a dividirse. Con este panorama, y teniendo en claro lo que pasaba y se venía, Maxi y su alterego transformado en sello discográfico y productora, comienzan a organizar recitales. El primero fue en la Unión Ferroviaria –en Salta al 3500, donde hoy funciona el teatro Vorterix Rosario– en 1991. Maxi asegura que a partir de ahí, en Rosario comenzaron a tomar forma más definida los sub géneros como el hardcore y el punk rock. “En 1993, empezamos a sacar primeras producciones de diferentes bandas: primer cassette ya más producido de Intense Mosh, A Punto (grupo trash de la capital provincial radicado por entonces en Rosario), y me empezaron a contactar bandas de otras provincias, porque nos carteábamos un montón con otras partes del país y con el exterior. Ahí aparece Cabezones, de Santa Fe, y lanzamos el primer CD: Electroshock”. Y hasta el día de hoy, no paró. El box set que acaba de salir con los primeros años de Los Violadores –ver aparte–, es la edición número 580. Calcula que han sido cerca de un millón de discos, los que han pasado bajo la etiqueta Pinhead.
De Rosario para el mundo
El modo de contacto con otras provincias y el exterior era la carta de puño y letra. Si bien hoy puede resultar difícil pensar en una comunicación inmediata mediante este tipo de intercambio de información, lo cierto es que es el único modo que existía de expandir el trabajo de los sellos y la difusión de la música de las bandas. Siempre manteniendo un mismo perfil y rondando dentro de un estilo musical y estético definido, Pinhead comenzó a editar bandas de Paraná, más algunas de Rosario y del exterior. Mediante el carteo con otros países y provincias, se empezó a forjar una comunidad con bandas y gente que hacía lo mismo que Maxi en otros lados, y se formó una red de lugares para ir a tocar. Cuando trabajaba con Intense Mosh, que fue desde el 92 al 97, giraron por muchísimos lados, generando un montón de lazos significativos. Y luego, Pinhead comenzó a trabajar con el exterior. “El primer lugar en el que empezamos a hacer cosas más en serio fue Brasil, que estaban más avanzados que Argentina. Incluso tenían Internet mucho antes que nosotros. Y había una cantidad gigante de lugares para visitar. Después Chile. Fueron los dos lugares donde atacamos al principio y donde hicimos más cosas”. Incluso llegó a tener una oficina en Brasil, entre 1998 y el año 2000, cuando comenzó a lanzar bandas de afueras junto a los primeros materiales del sello Epic, de EEUU. “Fue el desembarco de Rancid, NOFX, The Offspring y todo eso que trajimos por primera vez acá en 1996. Empezamos a introducir a todas esas bandas y ahí explotó la movida de punk melódico”. Maxi sabe que su Frankenstein fue mutando o desarrollándose de otra manera a como pensaba en el comienzo. “Si bien algunos principios sigo manteniendo, no es lo mismo lo que piensa uno cuando tiene trece años que ahora que estoy pisando los cuarenta“. Todo se dio muy rápido y casi sin darse cuenta. De aquel niño que le robó a su primo Back in Black de AC/DC y el primero de los Ramones, pasando por una gira latinoamericana a los 19 años con la banda más importante del hardcore mundial, Agnostic Front, a generar un sello independiente que subsiste a todo con 26 años de permanencia, siendo uno de los pocos que sigue en pie, y llegando a toda Latinoamérica. “En abril editamos nueve discos. Como está la industria discográfica en general, es una proeza. Y seguimos apostando al formato físico, pero también nos adaptamos a esta época y estamos trabajando muy bien en lo digital, que hace que se pueda seguir adelante y no bajar los brazos enseguida, porque la verdad es que las ventas están difíciles y no acompañan. Pero tenemos un público fiel y seguidor en todo el continente que consume nuestra música y hace que llegue a las diferentes disquerías, distribuidoras y ferias”. Hoy tiene una red armada y los discos llegan a todos lados. Desde EEUU para abajo, en todos los países alguien distribuye el material de Pinhead.
Las colecciones de Pinhead
Hace unos meses lanzó un box set de Los Violadores que contiene los cuatro primeros discos –que estaban descatalogados–, un DVD con el show de 1986 en el mítico Palladium y material extra, y un libro con incunables imágenes de archivo, posters y entradas. Los discos están entre los mejores de su producción, y se puede revisar perfectamente la mutación del punk rabioso del primero, al sonido new wave de Fuera de Sektor. Hace unos años atrás habían editado –hoy ya no se consigue– todos los discos, también descatalogados, de V8, la banda pionera de heavy metal argentino. “Realmente es un sueño cumplido porque ni en el mejor de los sueños podría haber imaginado tener a mi cargo esto. Es un placer extra poder trabajar y editar lo que nos gusta. Es un plus que se puede apreciar mirando las ediciones, porque tienen la visión de un fan. Ojalá podamos seguir haciéndolo. Es un trabajo arqueológico intenso pero que a la hora de verlo materializado, produce una alegría enorme”.
Lanzamientos de Rosario
Desde el año 2000, Maxi Bueno es el manager del grupo de punk rock Bulldog, con quienes tiene un promedio de 100 shows anuales, alcanzando un récord en 2003 con el albúm El campo de los sueños de 163 presentaciones en vivo. Otras bandas de Rosario que han trabajado o editado con Pinhead son All the hats, Asphix, Carmina Burana y Fluido. Y en el plano internacional: CJ Ramone, último bajista del legendario grupo neoyorkino; Jimmy Rip, guitarrista de Television y productor musical; la banda hardcore paulista Ratos de Porâo; los sevillanos Reincidentes y los vascos La Polla Records y Gatillazo.
