Recién salidito de la imprenta, el cuarto número de la revista de literatura y artes El Corán y el Termotanque ya se puso a rodar por la ciudad con una temática que recorrerá todos los contenidos: los paisajes. Urbanos, campestres y del pasado, en blanco, negro y gris, como un día hábil de oficinas. Vale destacar el color del arte de portada, un mar de llanto de Lali Ruggeri; y la retirada vintage, de Agostina de Mileto.
Con una fuerte apuesta a la creación colectiva, todos los relatos, poesías y hasta la novela por entregas Luna de Provincia de Santa Fe, de Andrés Calloni, van acompañados por el notable trabajo de los ilustradores que refuerzan los registros narrativos de los textos. Experiencias similares en Rosario se quedaron en el camino, como la revista En Voz Alta, pero El team del Corán –integrado por Jeremias Walter, Lucas Paulinovich, Juan Campos, Marilina Negri, y Fernando Galaski– tomó la posta sumando un programa radial, y con el lanzamiento de una publicación extra de relatos individuales de distribución gratuita. Esta experiencia, que lleva dos años rumbeando en la cuesta arriba de las revistas culturales autogestionadas, se suma a publicaciones como Apología o la mítica Ciudad Gótica, que abren el juego a los artistas de la ciudad y abonan a una tradición cultural que bulle, sin prejuicios ni pretensiones, y se comparte.
Como Los destructores de Green, el relato La Ricardo del escritor y editor Nicolás Manzi presenta a una pandilla fantasma que encuentra en el vandalismo una arriesgada forma de burlar el celoso orden de un pueblo-ciudad. Las ilustraciones en acuarela de Pablo Ayala refuerzan el mensaje de límites difusos. Del monobloc al casino, en Veinte días buenos de Joaquin Yañez, ilustrado por María Victoria Rodríguez, se apuesta todo a la suerte y puede fallar. Transcribo una novela corta de José Sainz es un brevísimo texto que alterna el monólogo interior y la segunda persona. Leonel Montes es el autor de los dibujos estilo comic.
El cuento Conejos, de Maru Sartori, es la vida lejos de la ciudad y un reencuentro a mitad de camino con una amistad del pasado. La imagen está a cargo de Estrella Mergá. También hay un diario de viaje de una joven solitaria en Praga: All one, de Regina Cellino. El poema Tormenta, de Fidel Maguna, prescinde de toda imagen; y Registro entre el día y la noche (César Marcos), con el trazo de Echeverría, se llevan el premio de la consigna: paisajes surrealistas pero de acá nomás. El número también incluye un poema de Rocio Ranciari: Poema para leer dentro de diez años y Voyager-1 del poeta Tomás Sufotinsky. Además, el poema Caracol, Brenda Galinac.
Martinez es el título del cuento y el nombre del protagonista que de una escena pugilística se transporta a la llanura de Fierro. Con ilustraciones de Ignacio Ledesma, el duelo sigue siendo el mismo. Por esta pieza, Oscar Castelnovo se llevó el premio Clarín de cuento 2007, y se lo merece. El estremecedor relato sobre la dictadura Y los otros, de Josum Panca, es otro ejemplo notable de la continuidad entre el texto y la imagen, en este caso a cargo de Francisco Toledo. La poesía Noticia de Leandro Gabilondo ofrece un reporte periodístico inusual y necesario.
La nueva edición del Corán también incluye los relatos de Maribel Bruzzo, Cactus y caniches, ilustrado por Nahuel Reta; y Hormigas de Flor Intheflowerland, con una obra de Emilio Torti, “plasticidad neuronal”. El poema Parto de tierra, de Sofía Valle y Walter, es un canto a la fertilidad de la tierra y sus designios.
Si la comunidad lectora se quiere zambullir en los paisajes de este proyecto colectivo, puede adquirir este número y los anteriores en una suscripción anual, porque, según adelantaron los editores, dos números más saldrán a la luz antes de que este 2016 se vaya para siempre.