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Antes de la movilización, hubo a las 11 un acto frente a Tribunales provinciales. Foto: Andrés Macera.

Por Guadalupe asesinada en Rosario, y Micaela en Bahía Blanca. Por Belén presa en Salta  y Milagro en Jujuy. Por Emilia desaparecida en La Plata. Por Paula Perassi y por Marita Verón. Por las 234 mujeres, niñas y adolescentes asesinadas en lo que va del año, varones y mujeres de todo el país volvieron a las calles para relanzar el grito necesario y urgente: ¡Ni una menos! En este marco, organizaciones que integran el Movimiento de Mujeres de Rosario reflexionaron sobre la situación actual de la lucha por los derechos de las mujeres, en un contexto de profundos cambios que desde diciembre vienen golpeando fuerte en los sectores populares, sumado a una altísima cifra de femicidios registrados desde la multitudinaria marcha del 3 de junio de 2015 hasta hoy.

Sin ir más lejos, en ese período se registraron 243 femicidios en el país, de los cuales 33 corresponden a la provincia de Santa Fe. Es decir, más de 5 mujeres fueron asesinadas cada semana en Argentina, una de ellas en nuestra provincia. Estos datos fueron aportados por el Movimiento de Mujeres de Rosario que, junto  a organizaciones sociales, estudiantiles, gremiales y políticas encabezan la movilización para reclamar nuevamente por el cese de la violencia machista y por políticas de Estado para prevenir, sancionar y erradicar la violencia hacia las mujeres.

“A un año de la jornada que para nosotras fue histórica entendíamos que era necesario volver a las calles a renovar ese grito, con la consiga <<vivas nos queremos>>, un grito esperanzador, de que no queremos más violencia machista”, contó María José Gerez, Secretaria de Género de la CTA Autónoma Rosario y militante de Patria Grande, en diálogo con el eslabón, a propósito de la segunda marcha multitudinaria del Ni Una menos que se llevaba a cabo al cierre de esta edición. “Pasó un año y mucha agua bajo el puente; el balance más positivo o con perspectiva es el espacio de hospitalidad que se generó en toda la sociedad para empezar a discutir y problematizar la violencia que sufrimos las mujeres, y se logró que más mujeres se animen a denunciar”, dijo Majo Gerez. En este sentido, señaló que en Rosario el teléfono verde recibió un 50 por ciento más de denuncias entre enero y abril de 2016. En tanto, las fiscalías reciben en promedio unas 300 denuncias semanales.

“Esto es parte de reconocer que el problema de cada mujer no es personal, ni se tiene que ocultar; y da cuenta de que es una problemática social y estructural de.las relaciones de poder desigual entre mujeres y varones”, aclaró.

De todos modos, advirtió que “en ese balance las respuestas del Estado siguen siendo insuficientes”. Y refirió que en Rosario los dispositivos existentes, como los dos refugios y la línea telefónica que funcionan bajo la órbita municipal, no alcanzan. “Necesitamos más equipos de acompañamiento y después proyecciones a mediano plazo para las mujeres, porque los refugios son transitorios”, dijo. En este sentido, sostuvo que se necesitan ”respuestas integrales y de mayor alcance” y ponderó la necesidad de que “se ponga en funcionamiento el Plan Nacional para erradicar, sancionar y prevenir la violencia machista, con una mayor partida presupuestaria para una situación que nosotros entendemos de emergencia”.

Al ajuste, mayor feminización de la pobreza

“Lo que más nos preocupa es que desde el 3 de junio del año pasado a esta parte hay un cambio de gobierno que da cuenta de una ofensiva a los sectores populares y en particular a las mujeres. Los tarifazos y despidos masivos generan una mayor feminización de la pobreza”, reflexionó Gerez sobre el impacto de las medidas regresivas del gobierno macrista en el universo femenino. Y agregó: “Con los despidos hay dos cuestiones: primero porque ahora a las mujeres les cuesta todavía más acceder a puestos de trabajo, la autonomía económica necesaria para rehacer sus vidas es cada vez más lejana. Y por otra parte, los despidos que se están realizando son un corrimiento, un achicamiento del Estado y por lo tanto de las políticas públicas de las cuales somos beneficiarias”.

Sobre esto, Gerez condenó también que el gobierno de Mauricio Macri elevó la edad para acceder a una jubilación a las amas de casa: “La moratoria previsional para las mujeres que no hicieron aportes era una política muy importante, consideramos que el trabajo doméstico y las tareas de cuidado son un factor muy importante de las economías que no es reconocido como tal y que recae como si fuera natural en las mujeres”.

“El cambio se hace con educación”

Por su parte, Viviana Della Siega, vicepresidenta del Instituto de Género, Derecho y Desarrollo (Insgenar), que cuenta con una gran trayectoria en la lucha por los derechos humanos y en particular de las mujeres, estimó, al igual que Gerez, que “cuando hay ajuste y precarización laboral siempre son las mujeres las más perjudicadas”.

En la misma línea, Della Siega denunció la desarticulación del Programa de Educación Sexual Integral por parte del Ministerio de Educación de la Nación: “Se trata de una herramienta fenomenal para desarticular la cultura patriarcal. Yo siempre digo que es más fácil hacer una ley que cambiar la cultura, porque eso lleva mucho tiempo. Si se restringe el programa de educación sexual, que se aborda desde muchos aspectos y desde el jardín, estamos dando un paso atrás muy grande”.

La vicepresidenta de Insgenar señaló que también se desmontó el Programa de Salud Sexual y Reproductiva: “No lo desaparecieron, pero lo achicaron a su mínima expresión, quitándole presupuesto y desarticulando los equipos técnicos”, consignó la histórica militante.

“A los femicidios no los podemos parar, estamos hablando de un número muy alto, casi 300 por año en todo el país; y en casi todos los casos los crímenes son en manos de parejas y ex parejas. ¿Qué hay con eso? La cultura patriarcal, lo que yo llamo «el disco duro de la sociedad», que supone que «sos mía o no sos de nadie». Son los patrones culturales de la propiedad privada, de una cultura asimétrica”, sostuvo.

Formación en género en todos los niveles educativos

En cuanto al Poder Judicial, Della Siega reflexionó que en ese sistema “la voz de la mujer no tiene credibilidad y se sigue considerando como atenuante. Hay sentencias que son misóginas y vergonzantes, que están llenas de prejuicios de género”.

“Acá en Santa Fe nos encontramos con operadores de la Justicia que trabajan en el síndrome de alienación parental, que consiste en suponer que la madre utiliza a los hijos en contra de su pareja. Esa figura fue creada por un psiquiatra norteamericano acusado de haber violado a su hija. La escuela psicoanalítica estableció que no tiene fundamento científico y sin embargo está instalado en los operadores de justicia”, contó Della Siega, y agregó que en cuanto a las instancias de formación en género del personal judicial, “los jueces y los fiscales no van, mandan a sus secretarios”.

Sobre esto, fue categórica: “La formación en género tiene que ser obligatoria en las curriculas de todas las carreras de grado en la universidad. No solamente en Derecho, sino en Medicina, en Psicología, en todas las facultades. Porque un profundo cambio cultural no se da con un par de acciones, afiches, volantes, ni un programita. La perspectiva de género es transversal  y por lo tanto tiene que  atravesar a todas las formaciones de grado, para  poder modificar los patrones de conducta misóginos”.

Los medios en contra

El asesinato de Emilia en Bahía Blanca volvió a poner en la mira al discurso de los medios hegemónicos que culpabilizan a las víctimas. En este caso particular, al uso de las redes sociales como nudo del problema. Florencia Mainardi, referente del espacio Mujeres de Nuevo Encuentro Rosario, analizó que en los casos de femicidios “los medios y los comunicadores ponen el ojo siempre en las víctimas de un varón misógino y no en el victimario. De ellas sabemos todo: si les gustaba salir a bailar o si jugaban con muñecas, si habían dejado la escuela o se perfilaban para estudiar una carrera universitaria, si usaban polleras cortas o no”.

Al respecto, la joven militante señaló que así “se construyen buenas víctimas y malas víctimas, y estas aparecen como responsables de sus propios asesinatos y violaciones. Jamás se vislumbra que fueron asesinadas por ser mujeres y vivir en una sociedad que sostiene las desigualdades de género”.

Carpeta roja, la intervención

El mismo día de la marcha Ni Una Menos pero durante la mañana, las organizaciones realizaron una intervención callejera en los Tribunales provinciales, a la que llamaron «carpeta roja» y consistió en representar a las víctimas del patriarcado. “En la actividad acompañamos las causas de femicidios y de mujeres sobrevivientes mostrando cómo nos sentimos las mujeres cuando la Justicia pisotea nuestros derechos con fallos misóginos y con violencia institucional”, describió María José Gerez. Por otra parte, la dirigente contó que se logró una ley de patrocinio gratuito para las mujeres en situación de violencia, aunque advirtió que “falta su reglamentación y aplicación. Pero es a lo que estamos acostumbradas, a conseguir leyes en materia de género que después quedan en letra muerta por falta de voluntad política”, lamentó.

En el marco de la intervención, Gerez consideró oportuno exigir la libertad inmediata de Belén, en este contexto de “criminalización de la mujer, por un aborto espontáneo en una causa fraudulenta”.

Fuente: El Eslabón

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