Apolo
Foto: Manuel Costa.

El subsecretario de Control y Convivencia de la Municipalidad, Guillermo Turrín, desvió el eje de responsabilidades sobre la explosión en Laboratorios Apolo y señaló que el local tenía el visto bueno de la EPE y Litoral Gas.

Tras el siniestro ocurrido en las primeras horas de este lunes en el laboratorio de calle Alem al 2900, desde la Municipalidad de Rosario deslindaron responsabilidades y difundieron información sobre “las actuaciones oficiales realizadas en torno al local”.

Turrín, el funcionario encargado de tomar la palabra por el municipio, señaló que las calderas del laboratorio, al ser dispositivos sometidos a presión, requieren la inscripción ante la Empresa Provincial de la Energia (EPE), órgano de control de tales equipamientos.

“El local donde ocurrió el siniestro tiene sus 2 calderas inscriptas ante la EPE, y además posee un informe expedido por un gasista matriculado –y visado por Litoral Gas– certificando el correcto funcionamiento de las mismas”, planteó el municipio a través de un comunicado de prensa.

En el parte de difusión, se añade que Turrín indicó también que el local contaba con la habilitación para funcionar vigente desde el año 1998, y se encontraba en proceso de renovación de la misma.

Con relación a las denuncias expresadas por los vecinos del laboratorio en diferentes medios de comunicación, –donde plantearon que se hicieron numerosos reclamos por ruidos y temblores provenientes del laboratorio–, el subsecretario de Control y Convivencia respondió que “desde la apertura del local, se realizaron cerca de 20 inspecciones, la última en febrero de 2016”. “Parte de éstas se correspondían con la propia actividad del municipio y parte con las denuncias de los vecinos (ninguna de las cuales se vinculaba con el funcionamiento de las calderas)”, añadió.

Sobre la atención a los vecinos linderos, el funcionario destacó que la Secretaría de Desarrollo Social tomó intervención y que se realizaron “entrevistas para evaluar su situación y asistirlos en caso de no contar con una vivienda para pernoctar hasta tanto puedan regresar a sus hogares”.

Durante la tarde de este lunes, según indicó Turrín, personal del municipio continuaba desarrollando acciones de limpieza y despeje de elementos que pudieran generar peligro en el área de influencia, tales como chapas y escombros. “Todo ello se hizo luego de la autorización de la Fiscalía”, aclaró.

Desde el municipio aclararon que “hace más de 10 años que no se mantiene relación comercial alguna con el laboratorio: la última compra de suero data del año 2005”.

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