Un fanático de Martín Karadajián, el Caballero Rojo y la Momia, creó en Rosario un grupo de Catch que mantiene viva la llama de los viejos y queridos Titanes en el Ring.
¿Quién no se acuerda del cortito de Karadajián? ¿O del polémico William Boo, el Hombre vegetal, el Hombre de la barra de hielo o el Ejecutivo? ¿O de Rubén Peucelle, el Ancho? Pablo Acosta es rosarino y confiesa que creció viendo –y admirando– a aquellos personajes que parecían molerse a golpes arriba del ring. Y que no sólo soñó con ser uno de ellos, sino también con tener su propio show “para toda la familia, lleno de color, música y efectos especiales”. Hoy, en su Rosario natal, el tipo se da el gusto de estar cumpliendo aquel sueño.
“Mi infancia y mi adolescencia, como a muchos de mi edad, fue junto a los Titanes en el Ring, después Lucha Fuerte y ya de grande 100 % Lucha”, dice de entrada este hombre de 43 años que “tenía de ídolo al Caballero Rojo, pero también me gustaban mucho La Momia blanca y por supuesto Martín Karadajián”, y agrega: “Siempre fui fanático de la lucha libre y ese programa, de alguna manera, me fue formando como persona, porque transmitía valores y estaba muy presente la pelea entre el bien y el mal”.
El sueño del pibe
Pablo pasó de la admiración hacia estos emblemáticos personajes que seguía por televisión a intentar imitarlos. Desde los 18 años se metió en el mundo de las artes marciales hasta alcanzar esta disciplina que enfrenta a héroes y villanos. “De chico practiqué kung fu, después hice algo de aikido, más que nada para aprender el tema de las caídas, y en 2005 decidí ir a la Federación Argentina de Catch, en Capital Federal, a entrenar con ellos”, relata este sujeto que sube al ring bajo la figura de Draco el Oriental, al que define como “uno de los buenos, que intenta combinar lo aprendido en artes marciales con técnicas propias de lucha libre profesional”.
“Al principio iba y venía a Buenos Aires pero después me terminé instalando allá. Luego volví con la idea de armar un grupo en Rosario, y el año pasado por fin lo pudimos concretar en un club de la zona sur, en Guillermo Tell”, subraya este hombre que se transforma en niño a la hora de hablar de su pasión.
Así, tras su estadía en Capital, donde se dio el gusto de conocer a familiares de Martín Karadajián –“con los que hasta el día de hoy mantengo contacto”– logró conformar un grupo en su ciudad natal para saciar su fanatismo por el deporte de combate. “En este momento somos 12 luchadores, cada uno con su personaje formado, y los duelos se dan entre aquellos que representan el bien y el mal, como siempre ocurrió en la lucha libre argentina”.
Buenos (y malos) muchachos
Entre la docena de personajes que asiste con frecuencia al gimnasio La Fábrica, donde los titanes rosarinos tienen su base de operaciones, el máximo responsable en Rosario del catch as can, para los entendidos, o simplemente lucha libre profesional, destaca a Toro Pampa, al Ninja Ginóbili, al Payaso Loco (“uno de los que más cautiva a los chicos”), a Relámpago Azul y por supuesto, al flamante campeón Mister DDT.
Sobre esta banda de locos lindos, el entrevistado revela que “la gran mayoría es gente que viene de las artes marciales, como boxeo tailandés, karate, kung fu, capoeira”, y su tarea es “agregarle y enseñar técnicas de lucha profesional. Y a la vez intercambiar material, así que ahora está la posibilidad de viajar a Buenos Aires con todo el grupo para ver cómo se trabaja allá”.
Combatiendo al capital
A la hora de hablar del nivel, Pablo no se achica para nada y se anima a ponerse a la altura de los porteños. “Yo vengo de la escuela de Buenos Aires y te puedo decir que ahora estamos teniendo casi el mismo nivel”, asegura tajante, y adelanta orgulloso que “Toro Pampa ha sido desafiado por el mismísimo Vicente Viloni, así que entre éste y el año que viene se va a concretar esa batalla”.
Así, el crédito local se las verá con el luchador de larga cabellera rubia, quien supo destacarse como Míster Moto en la versión 2001 de Titanes en el Ring –un verdadero fracaso comandado por la hija de Karadajián– y que también participó de 100 % Lucha, ya con su actual nombre artístico, entre 2006 y 2010.
En cuanto a la recepción por parte del público rosarino para con este “deporte espectáculo”, como denomina el propio Acosta al catch, la cosa parece ir en aumento. “De a poco la gente se va enganchando y cada vez son más los que nos van a ver –dice entusiasmado–. Ya hicimos unos 5 ó 6 encuentros, en zona sur, en el club Reflejos (Génova 2402), en Villa Gobernador Gálvez, y asisten aproximadamente unas 200, 300 personas por show. En algún momento nos invitaron a mostrar lo que hacemos en el marco de un torneo de kick boxing en el club Edison, de Iguazú y Vélez Sarsfield, y nos vieron 600 personas. Así que podríamos decir que vamos creciendo y haciendo carrera”.
Cuando se le pregunta cuánto hay de cierto y cuánto de ficción en los combates que realizan, Pablo responde con seriedad y convicción: “Nosotros vemos a este tipo de lucha como un deporte espectáculo. Lo que se busca es el intercambio y lo que intentamos hacer es crear un lindo ambiente dentro de la lucha, entretener a la gente y que la pase bien, para que se olvide un poco y por un rato de los problemas de afuera”.
Antes de despedirse, Acosta narra cómo nació Draco el Oriental. “Al personaje cada uno lo va haciendo. Uno busca su alter ego, las cosas que más le gustan. Soy de mirar mucho y observar el tema de la máscara y el vestuario en general. La idea un poco es la de cumplir el sueño de ser el luchador y la persona que a uno le gustaría ser. Y Draco es eso que yo siempre quise ser”.
Lo que viene
Acosta adelanta que “estamos planificando hacer un evento más grande para el Día del Niño, el 21 de agosto, en las instalaciones del club Reflejos, donde pasaríamos todo el día. La idea es hacer algo a la canasta y pasar una jornada amena. Y que por sobre todas las cosas sea algo inolvidable para los pibes”.
Y para los interesados e interesadas en conocer más de esta disciplina, o –¿por qué no?– practicarla, el grupo se junta en el gimnasio La Fábrica, de Garzón 744 bis (Mendoza al 6400), tienen página en Facebook (/catchrosario) y perfil de Twitter (@catchrosarino), y publican un celular para acceder a más información: 341-6530909.
Fuente: El Eslabón.
