Hugo Moyano al salir del encuentro de las tres CGT, que planean la reunificación. Foto: Télam
Hugo Moyano al salir del encuentro de las tres CGT, que planean la reunificación. Foto: Télam

Las tres centrales obreras debatieron el futuro proyecto de unificación, en tanto que acordaron postergar para agosto un duro documento contra el gobierno de Mauricio Macri. La posibilidad de un paro nacional quedará supeditado al plenario del 5 de ese mes. Hubo críticas a la posición de otros sectores, entre ellos el del Momo Venegas.

Los dirigentes que encabezan las tres CGT ratificaron este jueves la propuesta de un triunvirato integrado por los referentes Luis Acuña, Juan Carlos Schmidt y Héctor Daer para conducir la futura central unificada, aunque también decisieron postergar para el próximo plenario de agosto la difusión de un documento crítico al gobierno sobre la situación económica y social del país.

Los líderes sindicales que asistieron –Hugo Moyano, Antonio Caló y representantes de la CGT Azul y Blanca– hicieron además una fuerte demostración de fuerza a otros sectores cegetistas que rechazan la idea de un triunvirato o buscan un lugar más en la conducción, para que se conforme un «cuarteto».

Eso se pudo apreciar cuando a la reunión que se realizó en el Sindicato de Taxistas no asistieron los representantes de estas facciones, como el Movimiento de Acción Sindical (Masa), ni los postulantes Sergio Palazzo o Gerónimo Venegas.

«No podemos tener una conducción de cinco o seis compañeros o una indeterminada cantidad de secretarios generales», planteó Héctor Daer tras la cumbre, según informó la agencia Noticias Argentinas.

La posibilidad de un paro general

La CGT viene advirtiendo sobre la crisis que vive el país y crece el consenso en torno de la necesidad de llevar adelante un paro nacional.

Según trascendió, en el documento que se decidió divulgar recién en agosto, la central obrera había planteado criticar «el aumento indiscriminado de precios» y adelantar que se tomarán medidas «para evitar que la crisis siga derrumbando puestos de trabajo».

Cuando aún resta bastante para sellar la unidad, las tres CGT estuvieron trabajando en las últimas horas en la elaboración de un documento con fuertes cuestionamientos al gobierno nacional, y en el que se advertía sobre la posibilidad de convocar al primer paro nacional contra la gestión de Macri.

El documento iba a llevar la firma de Hugo Moyano, Antonio Caló y Luis Barrionuevo e iba a ser dado a conocer este mismo jueves durante la reunión de «mesa chica» de las tres CGT.

Como se dijo, trascendieron algunos párrafos del escrito, que finalmente se pospuso y habrá que ver si contendrá esos mismo conceptos: «El Secretariado tratará la gravedad de la actual situación social, que ha perjudicado mayoritariamente a los trabajadores activos, pasivos e informales, con el aumento indiscriminado de las tarifas, perjudicando principalmente al empleo, provocando desocupación, deterioro en el habitual cobro de salarios, atraso en los pagos correspondientes a nuestras obras sociales y el aumento sistemático de la conflictividad judicial laboral».

Además, el documento hacía hincapié en que «el incumplimiento de las promesas de campaña, como era la derogación del impuesto al trabajo, mal llamado de Ganancias, afecta cada vez más a los trabajadores y a sus familias».

En uno de los párrafos principales, el escrito advertía que en el plenario que se hará el 5 de agosto, 17 días antes de concretar la unidad, la CGT podría anunciar la convocatoria a una huelga nacional, tal como ya había anticipado el presidente de la Confederación de Trabajadores del Transporte (CATT) y candidato a integrar el triunvirato de la próxima conducción cegetista, Juan Carlos Schmid.

Otro tramo del texto planteaba que «la importante pérdida del valor adquisitivo que sufren los salarios, luego de la brutal devaluación, acompañado por la crisis social a partir del aumento indiscriminado de precios de la canasta familiar, hace que este plenario tenga la obligación de tratar estos temas y adopte resoluciones para evitar que la crisis siga derrumbando puestos de trabajo, salarios y derechos adquiridos».

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