Foto: Andrés Macera
Foto: Andrés Macera

El talentoso artista rosarino, que acaba de publicar un libro por la editorial Iván Rosado, comparte su mirada sobre los avatares del oficio y la salud actual del humor gráfico.

El ilustrador y artista plástico rosarino Juan Pablo González, más conocido como Max Cachimba, acaba de publicar Versos selectos, un compendio de rimas ilustradas, fieles a su estilo hilarante y absurdo. El que lo llevó a publicar, entre otros medios, en las revistas Fierro y Los Inrockuptibles y el diario Perfil.

—¿Cómo surgió Versos selectos?
—El libro surgió a partir de una invitación de Maxi Masuelli y Anita Wandzik, editores de Iván Rosado. Ellos vienen editando un material encantador desde hace tiempo y cada vez que nos encontrábamos volvía esa invitación, pero durante años no apareció una idea concreta. Pero este año, después de amagar varias veces se me ocurrió la idea de armar un libro de breves versitos con ilustraciones, que era algo que ya venía haciendo hace un tiempo, pero sólo había exhibido y publicado de manera dispersa. Y me pareció que el libro le iba a dar más polenta al formato. Entonces, a lo que tenía hecho, que no era mucho, le sumé material nuevo. Fui  probando algunas cosas hasta que quedó algo parecido a la versión final. Sin premeditarlo incursioné en un formato que puede ser leído por gente de un amplio abanico de edades, creo que tanto a chicos como a grandes le puede gustar. Es como una especie de libro infantil raro.

—En este último trabajo hay un despojo en las imágenes más fuerte al que tenés acostumbrados a tus seguidores. ¿Se trata de una evolución en tu manera dibujar?
—No creo que sea una evolución, porque a las pinturas que hago me gusta atiborrarlas de cosas, que tengan otra cantidad de información. Pero sí desde hace unos años desarrollé una capacidad de síntesis que me permite contar una idea y hay casos en los que me parece que el dibujo tiene que ser sencillo para evidenciar eso aún más. En esos casos dejo lugar para el chiste, no molesto con la imagen. Cada narración necesita de una imagen adecuada. Muchas veces cuanto más simple es la imagen, más potente es la idea.

—¿Cómo te definís?, ¿ilustrador?, ¿humorista gráfico?, ¿artista plástico?
—Formalmente soy dibujante, que es básicamente un oficio, pero que puede derivar en muchas situaciones. Se podría decir que con el correr de los años, primero me dediqué a hacer historietas, tanto a ilustrar guiones ajenos como a escribir mis propias historias. Luego vino la ilustración de libros, que es otra rama del oficio, pero que me interesa por igual, y finalmente está mi producción como artista plástico, que tiene que ver con exponer el trabajo para que el público lo vea directamente. También hice una pequeña incursión en dibujos animados. Pero más allá de las variables entre estos trabajos, se diferencian sobre todo en el hecho de que se desenvuelven en distintos circuitos. El dibujo es algo mecánico que hago. Pero lo esencial del trabajo, más allá de que se trate de textos ajenos o propios, es que siempre quiero contar algo.

—También incursionaste en la música y la actuación?
— Con Ernesto y su Conjunto tocamos hasta el 2000. Era un grupo de música experimental e improvisación. Nosotros nos divertíamos bastante, pero parece que el público no tanto. Con uno de los chicos que participaba en ese proyecto hicimos La Dimensión descocada, que es la presentación de numeros cómicos en vivo. Ahí transporté esa idea de contar algo, que es algo que puedo presentar en diferentes formatos, y pareció interesante llevar ese mecanismo a la tridimensión.

—Pertenecés a una generación de ilustradores previos a la popularización de las tecnología digital, que necesitaba de soportes convencionales para publicar sus trabajos, pero ahora que eso cambió te seguís manejando de la misma manera. ¿Por qué razón?
—Cuando empecé no existían las computadoras en las casas y mucho menos internet y me habitué a trabajar de esa manera. Comencé a trabajar en la revista Fierro en el 85 y esa era la única manera de difundir historietas. Inclusive en el país no era habitual, como si lo es ahora, el formato libro de historietas, con historietas largas de un solo autor. Tengo publicados algunos libros propios y otros que ilustré por encargo. A veces se redondea una obra más completa, donde participo más, y otras veces se trata de trabajos donde el texto narrativo es autosuficiente y yo me limito a aportar una viñeta o una ilustración para que acompañe al texto.

—A diferencia de otros humoristas gráficos contemporáneos a vos, que inclusive empezaron más tarde y hasta te han elogiado públicamente, se podría decir que no tenés la misma popularidad. ¿Tenés alguna explicación al respecto?
—La verdad es que no sabría explicarlo, pero creo que es porque no me interesa, sino hubiese hecho lo necesario para que eso suceda. Me fuí corriendo de lugar muchas veces. Se podría decir que no hice lo correcto para tener mayor difusión y eso significa, entre otras cosas, publicar en un lugar estable, donde haya un público que logre conocerte.

—Por otro lado, vos no das cuenta de la agenda mediática en tu trabajo. ¿Es esto algo que en algún momento te propusiste racionalmente?
—Es lo que me sale y eso lo hace genuino. Por ejemplo, el material de Humor Idiota (2004), es la reedición de una tira que hacía diariamente en el diario Perfil. Y por aquel entonces, más allá del tiempo que me tomaba en dibujar y escribir, todo el tiempo estaba pensando en ideas para realizarla y cada tanto hacía mención de actualidad, pero no es lo que podría decirse, mi gracia. No me salen cosas interesantes, no tengo esa picardía, me gusta más esa cosa del disparate, que por otro lado es atemporal, o sea que puede seguir estando vigente con el paso del tiempo.

—¿De los humoristas gráficos del momento, existe alguno que te llame la atención?
—Conozco bastantes autores, miro mucho el trabajo de mis contemporáneos. De ahora me parece sobre todo muy rescatable el trabajo que está haciendo Diego Parés en La Nación con su tira, Humor Petiso. Es un gran trabajo de lo que es el humor diario. Me parece buenísimo.

—¿En qué estás trabajando en la actualidad?
—Siempre pinto un poco y estoy armando una muestra que tiene que ver con esto de los versos que va a estar el mes que viene en Villa Hortencia. Y también estoy trabajando en un libro de historietas que hice con Pablo de Santis en los guiones y creo que va a salir este año por editorial Común, que es el sello de Liniers.

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Un comentario

  1. Pablo Cosgaya

    28/07/2016 en 18:34

    ¡Felicitaciones, maestro!

    Responder

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