Daniel Rafecas

Un grupo de periodistas, abogados, funcionarios y personalidades del macrismo explícito exigieron la destitución del juez Daniel Rafecas a través de una indecente solicitada publicada en Clarín y La Nación, los dos arietes mediáticos con que las corporaciones extorsionan al sistema político y a la sociedad.

La sinrazón de tamaña desmesura es que la caterva firmante considera que el magistrado federal debe ser removido por negarse a reflotar la denuncia del fallecido fiscal Alberto Nisman contra la ex Presidenta, el entonces canciller Héctor Timerman, el diputado nacional Andrés Larroque y el dirigente social Luis D’Elía, por presunto encubrimiento a Irán en el atentado a la sede de la AMIA.

No existen antecedentes de semejante presión a un integrante del Poder Judicial de la Nación. Pero el hecho más vergonzante, sobre todo para los autodenominados «constitucionalistas» –como el vetusto abogado radical Daniel Sabsay– y otros juristas que prestaron su rúbrica para la publicación del libelo, es que la «inexistencia de delito» alegada por Rafecas para desestimar la acción judicial requerida por Nisman fue ratificada por la Cámara Federal, a la que ni siquiera se menciona en la solicitada.

Cuando se conoció el exabrupto en formato de solicitada, un verdadero ciclón de voces expresó el rechazo profundo al degradante apriete. Hasta Federico Pinedo, presidente provisional del Senado, oficialista, integrante del PRO, que nadie puede pensar que se trata de un simpatizante kirchnerista, subrayó que la eventual remoción de un magistrado debe tramitarse en un juicio político dispuesto por el Consejo de la Magistratura y pidió «garantizar que las instituciones funcionen».

Pero ni Sergio Massa, ni los más encumbrados desertores del kirchnerismo, ni las autoridades del Partido Justicialista se pronunciaron a favor de dar un mínimo de racionalidad al funcionamiento del orden jurídico que garantiza que una democracia sea algo más que una expresión de deseos.

Si el macrismo tiene en la mira meter presa a CFK, con las consecuencias que nadie puede soslayar en el escenario político e institucional, parece que algunos contadores de porotos que tienen los binoculares clavados en las elecciones de 2017 no reaccionan: en un marco de esa naturaleza no hay sobrevida electoral posible para alguien.

Malevaje macrista

El funcionariado macrista más encumbrado viene haciendo de la violencia verbal y práctica un desorejado uso y abuso. La ministra de Seguridad, por ejemplo, enfundada en uniformes de combate, promociona ridículos operativos que por lo general terminan siendo un fiasco distractivo de los temas más urgentes, que siempre están vinculados a la economía.

La ex integrante de la JP montonera primero celebró la captura de un terrorista islámico, pero debió recular en ojotas al constatar que se trataba de un delincuente común con pedido de captura en Brasil. En la redada que provocó la detención del tipo, involucró a través de las redes sociales a la Gendarmería, a la Policía de Seguridad Aeroportuaria y a Migraciones, en un revoleo institucional que deja en el territorio del absurdo a las fuerzas que deberían conducir con seriedad para garantizar la seguridad de la ciudadanía.

En una pulseada aborrecible con el gobernador de Santa Fe, Miguel Lifschitz, la ministra de Macri regatea la presencia de efectivos federales en la provincia, pretende barrer con la Constitución santafesina poniendo a la Policía bajo la tutela de la Nación, y posterga un acuerdo bilateral con la excusa de que no existe vocación contra el delito por parte de las autoridades del Frente Progresista, Cívico y Social.

Más allá de la inoperancia en materia de seguridad pública que vienen exhibiendo socialistas y radicales desde 2007, la extorsión no parece el mejor antídoto en la presunta cruzada contra el delito pregonada por la derecha y requerida a gritos por el progresismo santafesino.

Las marchas en reclamo de seguridad hicieron que el mandatario socialista saliera a dar una conferencia de prensa en la que se manifestó claramente el contrapunto bochornoso entre ambas administraciones. Pareciera que la alianza que gobierna Santa Fe está más preocupada por sacarse de encima al defensor general Gabriel Ganón que por generar las condiciones para que no siga proliferando la muerte y la inseguridad en las grandes ciudades de la provincia.

Otro matón macrista es el ministro de Energía Juan José Aranguren. Cuando las asociaciones de usuarios le requirieron que informe los costos de producción de gas y los precios reales en boca de pozo, so pena de impugnar la audiencia por el aumento del insumo, el accionista de Shell respondió, orondo y con infame desparpajo: “Hagan juicio si quieren”.

Cabe recordar que al no brindar esa información, el Gobierno incumple el fallo de la Corte Suprema de Justicia, que obliga al desafiante ministro a ponerla en conocimiento del público. Tras el pronunciamiento en torno de los amparos presentados por el electrotarifazo, parece que Aranguren se volvió, además de malevo, bastante cocorito.

Parto con dolor

Tras nueve meses de gestación, parece que se aproxima el alumbramiento del primer paro general contra el gobierno de Cambiemos. Este viernes que pasó, el secretario gremial de la CGT unificada y titular del Sindicato de Camioneros, Pablo Moyano, confirmó que llevará a la reunión del Consejo Central Confederal de esa central obrera –el próximo 23 de septiembre– la propuesta de un paro nacional o una «gran movilización» a Plaza de Mayo en octubre. La diferencia entre una y otra modalidad, que no es pequeña, dependerá del clima social, que ya está subiendo la temperatura en escala imposible de predecir a dos semanas de ese cónclave.

Moyanito manifestó que, sea cual fuere, la medida de fuerza se llevará adelante «en contra de esta política económica, la inflación, los despidos y la precarización laboral». Tampoco se privó de mencionar «una vuelta a la política neoliberal de los 90», y comparó: «Macri es Menem sin patillas».

El líder de los camioneros, hijo de uno de los artífices de la victoria de Macri en 2015, parece seriamente enojado. «Hay un ataque permanente del gobierno contra los trabajadores por esta política económica para beneficiar al campo, los empresarios y los banqueros y para perjudicar a los trabajadores», sostuvo en declaraciones al canal C5N.

Lo cierto es que luego de la exitosa Marcha Federal convocada por las dos CTA y la Corriente Federal de Trabajadores –que abandonó el Congreso de la CGT pero se mantiene en la órbita de la central de trabajadores unificada– hay poco margen para el arrugue de una dirigencia que, es preciso reconocer, históricamente tuvo otros tiempos a la hora de resolver los conflictos con los gobiernos oligárquicos, pero al fin y al cabo terminó siendo uno de los ejes fundamentales para ponerles coto a las políticas de ajuste.

Como se dijo en esta columna la semana pasada, «con sus matices y contradicciones, todos tienen mucho que perder con el modelo neoliberal, y mientras algunos se preparan para las contingencias de una lucha que ya reviste inusitado volumen», y eso es lo que seguramente prevalecerá en el momento de decidir qué plan de lucha se pondrá en juego contra el indisimulado propósito del macrismo de reducir salarios, mantener en reserva al ejército de desocupados, y transferir todos los recursos posibles de los que menos tienen a las grandes corporaciones que sustentan ese modelo.

Sabores continentales

El inconfundible aroma a embajada yanqui que se observa en cada movimiento del gobierno de Cambiemos está en absoluta sintonía con el panorama continental que amenaza, tras la destitución de Dilma Rousseff, arrasar con el gobierno bolivariano que lidera Nicolás Maduro.

La reforma política que impulsan Marcos Peña y Rogelio Frigerio nieto, tienen el sello del Departamento de Estado, y no sólo en lo que atañe al disparatado proyecto de voto electrónico. Las amenazas de partición del partido de La Matanza, que contaría con el guiño del massismo –que cogobierna en la provincia de Buenos Aires con María Eugenia Vidal–, se cuela entre los cambios nacionales que propugnan los hombres de Macri.

La gran obsesión de Washington es que Cambiemos gane, como sea, las elecciones de medio mandato. Contrariamente a lo que ya pergeñan desde el oligopolio Clarín y sus socios corporativos, los estadounidenses desconfían de las aptitudes de Massa para capear una crisis como la que se vislumbra como consecuencia del criminal plan económico que lleva adelante el elenco nacional.

Los yanquis prefieren una continuidad con muletas antes que un interruptus al estilo de 2001, con secuelas que consideran inmanejables por parte de los potenciales beneficiarios, entre quienes se cuentan Juan Manuel Urtubey, el propio ex intendente de Tigre y, llegado el caso, La Momia de Banfield, como suelen llamar a Eduardo Duhalde quienes lo detestan.

Mientras tanto, una parte del peronismo independentista se lanzó a una nueva aventura: reflotar la Renovación que por los años 80 tuvo como cabeza al fallecido Antonio Cafiero. La nómina de promotores tiene tanto recorrido como fracasos en la política nacional, y tal vez ese haya sido el motivo por el cual la movida pasó casi desapercibida.

Sin embargo, el sólo hecho de que esa dirigencia pretenda proscribir a CFK, como si tuvieran alguna autoridad que no sea la que ejercen en sus respectivos hogares, habla a las claras del complejo panorama en que se encuentra el partido que más posibilidades tendría de alzarse con una victoria en los comicios parlamentarios del año que viene.

Como los anillos de pólvora de baja deflagración que contiene el papel de los cigarrillos para que no se apaguen, los periodistas del Partido Mediático apuntalan a ciertos referentes, convenciéndolos de ser el futuro, mientras la mayoría de los argentinos ya comienza a añorar un pasado reciente en el que las cadenas nacionales no impedían soñar con cuatro comidas diarias.

Fuente: El Eslabón

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Un comentario

  1. adhemarprincipiano

    12/09/2016 en 11:42

    La medidas tomadas por el conjunto de la sociedad, caso Juez Rafecas, que hay, valores indestructibles. Tambien se espera que actuen, todos los medios de la elite con el problema del Dr. Ganon (defensor gral de la pcia.Sta Fe).

    Responder

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