Foto: Manuel Costa
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Los trabajadores de la fábrica recuperada Prunelle se reunieron el martes pasado con los diputados santafesinos miembros de la Comisión de Asuntos Laborales. La cooperativa de trabajo necesita las habilitaciones del área de Inspección de Farmacia de la provincia y de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) para empezar a funcionar y comercializar sus productos. Los trámites, sin embargo, están parados. Las plantas de los laboratorios que precisan la habilitación no entraron en la quiebra de la fábrica de cosméticos, ya que pertenecían a los socios minoritarios de la firma, quienes, además, ya fallecieron. “Vericuetos legales”, resumen los trabajadores. Y agregan: “Nuestros tiempos no son los de la Justicia”. Los legisladores de la provincia se mostraron dispuestos a encontrar una solución y avanzar en el diálogo con Inspección de Farmacia para explorar posibles soluciones.

Prunelle es cooperativa desde julio de 2015. Todos los requerimientos para funcionar están, incluida la cantidad de personas para trabajar en cada área. El único inconveniente es la habilitación de los laboratorios, que tiene que emitirse por el área de Inspección de Farmacia de la provincia y Anmat. El problema es, básicamente, de formalidades, papeles y burocracia. Los trabajadores explicaron que los galpones donde están ubicados los laboratorios no pertenecen a la empresa sobre la que se dictó la quiebra para conformar la cooperativa. El traspaso se dio durante el conflicto que todavía era gremial y los laboratorios quedaron a nombre de los socios minoritarios, que ya fallecieron. La salida es ampliar la quiebra a través de la Justicia. Lo que resta resolver es el mientras tanto. “Nuestros tiempos no son los tiempos de la Justicia”, sostuvo Ramón Arias, presidente de la cooperativa Prunelle.

La reunión del martes con los diputados de la Comisión de Asuntos Laborales, Gremiales y de Previsión resultó positiva, como se esperaba. Todos los legislativos estuvieron de acuerdo en que lo importante es preservar las fuentes de trabajo e impulsar el funcionamiento de Prunelle lo antes posible. También coincidieron en que la salida es la extensión de la quiebra pero que mientras tanto se reunirán con Inspección de Farmacia para encontrar nuevas posibilidades y lograr una autorización, al menos transitoria. Los diputados que estuvieron presentes fueron Luís Rubeo (Justicialismo), Carlos Del Frade (Frente Social y Popular), Jorge Henn (UCR), Miguel Ángel Solís (Socialismo), Claudia Moyano (Unión Cívica Radical), Oscar Pieroni (Socialismo) y Verónica Benas (Pares).

La cooperativa Prunelle funciona de hecho desde 2014. El conflicto, sin embargo, comenzó en octubre de 2011, cuando los antiguos dueños vendieron más de la mitad del paquete accionario de la firma. El proceso que siguió a la venta fue el de vaciamiento total de la fábrica. Los trabajadores dejaron de percibir salario en mayo de 2014 y el 15 de septiembre de ese año amanecieron con las puertas del lugar cerradas con candado. Fue a partir de ahí que comenzó la recuperación de la fuente laboral por parte de sus trabajadores. La quiebra llegó con el fin de año y en julio de 2015 fue el turno de la matrícula que certifica a Prunelle como cooperativa de trabajo. Son en total 14 las personas que forman parte de Prunelle y que esperan destrabar los trámites para comenzar a trabajar con todas las de la ley.

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