Los Gay Gay Guys lanzan este domingo a las 21 en Berlín Cafe Bar Degenerado, un disco capaz de reflejar –con ingenio y sin careta– una mirada actual del mundo.
Como todo proyecto autogestivo que carece de la manija de las grandes empresas, esta iniciativa artística local es más que una aventura, con todo el esfuerzo extra que naturalmente se necesita. Así lo hace entender Juan Manuel Robles, la voz cantante de los Gay Gay Guys, “la primera banda de Rock villero”, como se autodefinen. Se trata de un grupo que desde hace cinco años viene haciéndose camino al andar, y que por estas horas lanzó a través de la web Degenerado, su primera producción.
Los locales esperan ansiosos los casi mil discos que en unos días llegarán a la ciudad desde Buenos Aires, tras haber ganado el fomento de replicación del Instituto Nacional de la Música.
El próximo 9 de octubre, a las 21, Gay Gay Guys presentará su nuevo material en Berlín Cafe Bar, pasaje Simeoni 1128, junto al grupo Hot Pants.
“Uno se ocupa no sólo de la música sino de la prensa, del diseño, de cómo financiar la banda. No es como el laburo de una banda profesional que tiene diez personas abocadas a todo eso”, reflexiona Robles, y agrega: “Así es la gente que labura cooperativamente, y gracias a los pibes de Rock Villero podemos producir también nuestros videos, y nos damos manija entre nosotros”.
Rock Villero es un espacio más extenso, que Gay Gay Guys comparte con otros músicos y artistas, y es un sello musical online independiente en el que ya publicaron compilados como Lo Pibe VOL.1, y Rock villero VOL.2.“Es como si todos fuéramos un gran banda”, dice.
Degenerado, según sus protagonistas, hace alusión a la dificultad para establecer un género musical en las canciones que interactúan en el disco, a la vez que intenta contagiar la libertad y el progreso mental que implica alejar al rock del machismo y las ideas basadas en prejuicios, aportándole un aire fresco, joven e irreverente.
Es un disco de 9 canciones de un rock de guitarras, con temas que se lucen como Primer crimen en la luna, Starbucks, Hiperinflación, Rosario Cool, 70/30, y Progresivo, entre otros. Es “directo, frontal y sincero”, asegura Robles, la voz cantante que comparte grupo con Tomás Martínez Codina, en bajo y voz; Nicolas Andino, en guitarra; Iván Jiménez en guitarra y coros, y Milton Gonçalves en la batería.
“La primera formación que tuvimos, hace cinco años, se dio por una convocatoria para armar una banda tributo a The Strokes. Yo en esa época era baterista, pero buscaban un cantante, me animé y me mandé con el canto. Arrancamos con el tributo y después sacamos un EP con dos temas en castellano y tres en inglés”, dice Robles sobre los inicios y cómo los encontró componiendo temas propios y armando el proyecto actual.
El material comenzó a grabarse en 2015, en Estudio 312 y la mansión mutante de Rosario, y fue mezclado y masterizado por Nacho Espumado, gestor del sello Soy Mutante. “Nacho es una masa. Él nos fomentó a comenzar con un proceso serio, agarrar el metrónomo, estructurar las canciones, hacer grabaciones en casa y cerrar partes de temas. Hizo todo: produjo, armonizó las voces, mezcló y masterizó”, destacó el cantante.
El Post Papismo
“El nombre de la banda, Gay Gay Guys, ¿tiene que ver con la sexualidad?, ¿con lugares y símbolos establecidos del rock?, ¿con su status?”, preguntó el eslabón.
“Admiramos a todos los fundadores del rock. Pero con los Gay Gay Guys nos corremos del «Pappismo» (el legado de Pappo)”, respondió Robles.
“No diría que Pappo hacía música acartonada pero en un punto se volvió limitador. Pappo es contemporáneo de Susana Giménez, que por estos días anda diciendo que es mejor ser mujeriego que homosexual. Entonces, a pesar de ser un procer del rock, Pappo y una ola de bandas que vinieron después reproducen una cosa que no nos cabe. Y concretamente, en las acepciones de la palabra «gay» también encontramos significados como felicidad, histrionismo e irreverencia”, abundó.
Y remata: “Creemos que ser gay en la sociedad en que vivíamos hasta hace muy poco, ya en sí es una forma de revolución. Y si el rock no se para a romper, pierde su impacto en la gente. Hay bandas que continúan con la misma estética de Pappo o La Renga: a lo macho, a lo crudo. Nosotros no somos Miranda, pero festejamos que exista Miranda, aunque agarremos cosas también de La Renga y de los Babasónicos”.
