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El último trimestre de 2016 empezó con una intensificación de los reclamos gremiales por reaperturas de negociaciones salariales en paritarias y el pago de un adicional de fin de año. El objetivo de las demandas es amortiguar el duro golpe inflacionario acumulado que sufrieron los bolsillos de los trabajadores, a partir de decisiones políticas del gobierno de Mauricio Macri que desembocaron en una recesión económica. En un escenario laboral heterogéneo, estas exigencias se mezclan con protestas que buscan romper la ola de despidos y parar los intentos de precarización.En Santa Fe, docentes picaron en punta y ya metieron cuatro paros, el último el miércoles pasado, en demanda de una recomposición salarial. Estatales de ATE y UPCN, y trabajadores municipales, también piden aumentos complementarios, mientras el Ejecutivo provincial cerró la caja con siete llaves. También hubo paro en la UNR, en el marco de un idéntico reclamo a nivel nacional. El gobierno de Cambiemos negocia con la CGT el pago de un bono en busca de evitar una huelga general y tratar de contener la conflictividad sindical en ascenso. La situación generó un efecto no deseado por la gestión Macri: gremios del sector público y privado aceleraron sus demandas salariales.

Amsafé y Sadop reclaman al gobernador Miguel Lifschitz que reabra la paritaria porque, argumentan, quedó desfasada frente a la inflación. El mandatario y algunos de sus ministros fueron claros: “No hay plata”. Los gremios docentes, más ATE y UPCN, avisaron que insistirán con sus demandas, al tiempo que vislumbran un fin de año complicado en caso de que la Casa Gris no de el brazo a torcer. De paso, el ministro de Gobierno Pablo Farías negó la posibilidad de pagar un plus salarial para la temporada de la sidra y el pan dulce.

La Asociación Bancaria volvió a realizar paros parciales de tres horas sin atención al público en las 53 seccionales que tiene el sindicato en todo el país en reclamo de la “inmediata” reapertura de las negociaciones paritarias. La organización gremial anticipó que en caso de que las cámaras patronales no den una respuesta satisfactoria convocarán a un paro nacional. También exigen el cese de despidos y la derogación del impuesto a las Ganancias.

¿Plan canje?

Desde el Movimiento Sindical Rosarino, que nuclea a grandes gremios de la ciudad, expresaron su “total rechazo” al posible bono de fin de año que la CGT negocia con el gobierno nacional y exigieron la reapertura de la paritaria salarial. En este sentido, el MSR expresó que “es vital definir de manera presurosa la fecha del paro general de actividades votado por el confederal de la CGT”.

En el marco de un proceso inflacionario que “ha superado ampliamente los pronósticos de principios de año, y que ha dejado retrasados los aumentos salariales obtenidos en las paritarias proyectadas para este año, es de necesidad urgente para los trabajadores abrir las instancias requeridas para paliar la pérdida de poder adquisitivo que ha sufrido el salario”, señalaron desde el MSR en un comunicado.

Y agregaron: “Creemos que dicho bono tampoco resolvería la tensión social generada por los aumentos de tarifas, devaluación, inflación y despidos producidos en los últimos meses”. Desde la CTA que comanda Hugo Yasky también criticaron la postura de la conducción de la CGT de acotar la negociación con el gobierno al pago de un extra de fin de año y no reclamar mejoras salariales con mayor énfasis. “No hay que negociar migajas, hay que ir al paro contra el ajuste”, dijo el secretario general de la CTA de los Trabajadores Hugo Yasky.

La Federación de Trabajadores de la Alimentación resolvió reclamar a la cámara empresaria del sector el pago de un bono de fin de año como compensación por la estampida de precios. En la rama industrial, la UOM y Smata preparan sus demandas para el último trimestre del año. En el caso de los metalúrgicos quieren el pago de tres adicionales de 2.000 pesos cada uno, aunque estarían dispuestos a aceptar que sea para el primer trimestre de 2017 como puntal de su paritaria. Los mecánicos, que vienen concretando rondas de discusión salarial trimestrales con las terminales automotrices, esperan volver a negociar un aumento.

Empleados de Comercio y la Uocra, el gremio de la construcción, actividad que concentra la mayor cantidad de despidos por el parate de obra pública y reformulación del plan Procrear, tienen pendientes acordar con las cámaras empresarias subas en paritarias para el segundo semestre, después de que para la primera parte del año cerraran incrementos salariales en el orden del 20%. También evaluarán la posibilidad de ir por el eventual bono que negocia la CGT a fin de achicar la goleada inflacionaria contra sus ingresos.

Desde la Cámara de la pequeña y mediana empresa  (Came) anticiparon que respecto a la discusión paritaria ofrecen un 15% de aumento salarial y un bono a fin de año por 2.000 pesos. “Eso completaría un incremento del 38% anual para el convenio mercantil”, resaltaron desde la entidad. Otras pymes, heridas de muerte por el modelo de Cambiemos, dicen que no están en condiciones de afrontar el pago de un plus salarial para sus empleados. Desde la Unión Industrial Argentina (UIA) indicaron que el bono dependerá de la realidad de cada sector.

La CGT mantiene el diálogo abierto con la Casa Rosada. El dirigente camionero Pablo Moyano alza una voz discordante con la “mesa chica” de la central obrera y lanza amenazas de paro. El gobierno nacional busca pactar un bono para empleados públicos y esperar que se replique en el ámbito privado, al menos en algunos sectores, como si fuese un “plan canje” para disuadir reclamos por la reapertura de la discusión salarial. También analiza una exención del impuesto a las Ganancias para el medio aguinaldo de diciembre.

El contexto económico es malo: caída de la actividad, freno del consumo popular, desempleo en alza, más pobreza y, para colmo, sostenida suba de precios. Según el Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (Ceso), la inflación en supermercados para la primera semana de octubre fue del 1,4%, con lo cual, si se mide con octubre de 2015, el índice de precios anualizado trepó en las góndolas más de 40%.

La reactivación no llega y la recesión se profundiza. Lo admite el Indec y también organismos internacionales que sin embargo aplauden el rumbo que adoptó Cambiemos. Mientras felicitan a Macri y le piden un ajuste mayor, tanto el FMI como el Banco Mundial empeoraron sus pronósticos para la Argentina. Mientras, el gobierno y economistas amigos siembran optimismo y hablan de “brotes verdes” como una supuesta señal de recuperación de la economía. Hasta el momento, pura ficción.

Fuente: El Eslabón

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