Foto: Manuel Costa.
Foto: Manuel Costa.

Las protestas de docentes, trabajadores municipales y estatales de los últimos días, que piden volver a discutir una suba salarial para intentar frenar la pérdida de poder adquisitivo frente al alza desmesurada de los precios, las demandas para que cesen despidos y suspensiones en todas las actividades, y los reclamos de organizaciones sociales por una ayuda de fin de año, son un fiel reflejo de los resultados de la política económica de la alianza Cambiemos, cerca de cumplir un año en el poder. El modelo M ensanchó la brecha entre los más ricos y los más pobres, con niveles de desigualdad en ascenso por la regresiva distribución del ingreso. Cae la venta de autos en general, pero sube la de las camionetas 4×4 cero kilómetro. Se contrae el consumo de carne y otros alimentos básicos, pero aumenta la venta de champaña importada. Son postales amarillentas de los 90 que vuelven remozadas.

La restauración conservadora que emprendió el macrismo tiene pocos ganadores y muchos perdedores, en algunos casos por goleada. Al analizar la trayectoria de la distribución de los ingresos en la Argentina durante el período comprendido entre 2003 y 2016, un reciente informe del Centro de Economía Política Argentina (Cepa), en base a datos del Indec, demostró que este año la tendencia a la baja de la brecha entre los más adinerados y los sectores vulnerables se revirtió de manera brusca. “La brecha aumentó en un año 4,5 veces adicionales, pasando de 18,7 a 23,2, siendo el incremento más intenso en todo el período observado (+24 por ciento)”, se señaló en el reporte titulado Desigualdad, un cambio con ganadores y perdedores.

El desequilibrio en términos de ingresos se da tanto en casos individuales como en la comparación por hogares. En el primer caso se observó que en 2003 el ingreso promedio del decil más alto de la población superó 33 veces al ingreso más bajo, mientras que en 2015, esa diferencia se redujo a 18,7 veces. Y en lo que va de este año se amplió a 23,2 veces. La megadevaluación, la quita y rebaja de retenciones al sector agroexportador, los tarifazos, la duplicación de la inflación, muestran con crudeza sus consecuencias en el tejido social.

Entre 2003 y 2015 se dio una reducción de la grieta entre los ingresos del 10 por ciento más rico de la población y los ingresos del 10 por ciento más pobre, a raíz de una mayor distribución del ingreso en torno a un proyecto político basado en la creación de empleo y fortalecimiento del mercado interno. Esta situación se mantuvo más o menos estable durante ese tiempo en el que gobernó el kirchnerismo, menos los años 2009 (estallido de la crisis internacional) y 2014 (devaluación). Sin embargo, once meses de gobierno le bastó al macrismo para derrumbar los avances en este terreno, y en tantos otros.

El indicador más utilizado para medir la desigualdad de ingresos es el denominado coeficiente de Gini. El coeficiente es un número entre 0 y 1, en donde 0 representa la perfecta igualdad y 1 implica la perfecta desigualdad (una persona tiene todos los ingresos y el resto no tiene ningún ingreso).

“La evolución de los indicadores de desigualdad y bienestar muestran una clara mejoría entre 2003 y 2012-3. En ese período el coeficiente de Gini del ingreso per cápita familiar y del ingreso por ocupación principal se redujeron un 23% (un menor valor implica una mayor equidad distributiva), mientras que el índice de bienestar (que toma en cuenta la mejora distributiva junto al incremento en el ingreso real de los hogares) mejoró un 114 por ciento”, se destacó en un informe del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (Ceso).

A contramano, en 2016 la tendencia a la baja se alteró. “En el ingreso a escala individual el coeficiente de Gini aumentó más de 0,03, el alza más significativa en todo el período. Esto representa un 8 por ciento de aumento. En base al ingreso medio de los hogares, el coeficiente de Gini aumenta 0,0172, lo que en términos relativos implica un aumento de casi de 5 por ciento, siendo también la suba más grande del período. En base al ingreso medio per cápita familiar el coeficiente de Gini se incrementa 0,0169, que en términos relativos significa más de 4 por ciento, y constituye asimismo la suba más grande del período”, coincidió el trabajo estadístico del Cepa.

“La variación del coeficiente de Gini corrobora los resultados del análisis de la brecha entre los deciles 1 y 10 de los ingresos considerados y a su vez indica un muy pronunciado cambio de tendencia hacia el aumento de la desigualdad en el último año bajo análisis”, se subrayó en el mismo informe.

Los ricos, que no piden permiso para abultar sus ganancias, le ganaron la carrera a los precios, mientras los pobres, que suelen ser más educados y menos vulgares, fueron noqueados por la remarcadora. En consonancia, el documento del Ceso indicó que “entre 2015 y 2016 se observa que mientras el 10 por ciento de la población de mayor ingreso incrementó sus ingresos en 10 puntos porcentuales por encima de la inflación, el 10 por ciento de la población que menos gana perdió el 11 por ciento del valor de su ingreso per cápita familiar y el 19 del ingreso por ocupación principal a manos del incremento de los precios”.

Fuente: El Eslabón

Más notas relacionadas
  • Esperando el milagro

    Los paliativos anunciados por Massa, como el refuerzo para trabajadores informales, se dan
  • El plan no cierra

    Milei, motosierra en mano, propone podar el gasto público en perjuicio de grandes mayorías
  • Sergio Tomás Medidas

    Para morigerar el golpe de la inflación, que tras la devaluación llegó a dos dígitos, el m
Más por Guillermo Griecco
  • Salir de la pesadilla Milei

    Ni soluciones mágicas ni desesperanza. Así se presenta el escenario que indefectiblemente
  • Olvido, mentira, injusticia

    Marzo no es un mes cualquiera en la Argentina. Desde 1976, su día 24 tiene un significado
  • Carne y hueso

    Me despierto todo meado y lleno de resaca. Me duele hasta la uña del pie. Tomo aire y el o
Más en Columnistas

Dejá un comentario

Sugerencia

Amenaza con arma de fuego en medio de una protesta de estatales

Delegados de ATE de la secretaría de Derechos Humanos denunciaron que un custodio policial